Destiny

Capítulo 1

P.O.V. Afaia

-!Tengo miedo!- chillo Emily en mis brazos,la tenía envuelta en ellos sintiendo como sus lágrimas mojaban mi camiseta pero no me importaba por mi hermana haría cualquier cosa.

Nos encontrabamos escondidas en el sótano de una de las casas abandonada de mi vecindario. Nos escondiamos de los devastadores apodados así por el hecho de devastar todo a su pasó.

Ellos iban de casa en casa destruyendo y asesinando, lamentablemente a mí vecindario le había llegado el turno. Mis padres se encontraban arriba tratando de detener a los devastadores pero eso era imposible.

¡Eran inmortales!

Con 11 años y sabía que estábamos perdidos.

Los disparos empezaron a sonar desde la parte de arriba y Emily se hundió más en mi pecho. Los disparos cesaron y sabía lo que se avecinaba.

La muerte.

¡Corre!-escuche el grito de mi madre y luego un disparo hizo que el silencio reinará.Me levanté con Emily aún en mi pecho y corrí hacia la pequeña ventana con los sonidos de los pasos de los devastadores acercándose.

Trate de abrir la ventana pero está estaba atorada iba a romperla cuando la puerta se abrió de golpe y los disparos empezaron.

Cubrí a Emily con mi cuerpo, tome impulso y salte por la ventana. El ruido del cristal rompiéndose rugió en mis oídos. Sin importar que empezé a correr. 

Corrí y corrí hasta llegar a una casa que ya había sido visitada, fue entonces que sentí mi pecho demasiado mojado así que aparte a Emily y vi su palidez junto a la herida de bala que adornaba su cuerpo.

Estaba muerta.

De repente abrió los ojos.

-Esto es tu culpa- pronunció.

Desperté con lágrimas en mis ojos y el sudor por todo mi cuerpo. Había sido otra pesadilla, la misma durante 6 años.

6 años desde la muerte de mi hermana. 

6 años desde que los devastadores gobiernan.

6 años en los que la humanidad se ha ido perdiendo.

Me pongo de pie y camino hacia el improvisado lavabo. Me hago un moño mal hecho y mojo mi rostro.Me miro en el espejo y ya no soy más esa niña de 11 años que amaba ir al parque y le gustaban las princesas.

Esa Afaia ya no existe.

Salgo del baño después de cepillar mis dientes y busco vestirme. Tomo unos shorts negros, una camiseta pegada al cuerpo verde y mis botas militares.

Al terminar voy a la cocina y como una rodaja de pan. Es de madrugada pronto amanecerá así que saldré.Tomo mi capucha, bandana y maleta,luego salgo.

Dejo el almacén abandonado y empiezo a caminar cuidándome de que los devastadores no me miren. Si me llegan a atrapar me utilizarían como una fábrica de bebés.

Ahora así es esto, si tienes 18 a 23 años te conviertes en la fábrica de bebés inmortales engendrados por.....LOS INMORTALES.

Lindo,¿No?

Empiezo a caminar pasando por los tejados y utilizando las sombras como mis aliadas.

Al llegar a los límite de la ciudad veo que no hay tanta seguridad como pensé pero igual no está de más ser precavida.

Logró pasar sin ser vista,una pequeña victoria, y empiezo a caminar bajo un cielo anaranjado donde el sol empieza a aparecer.

Se preguntarán:¿Qué hago fuera de los límites de la ciudad?

Sencillo,busco de todo.

Tres horas después vuelvo a la ciudad y ya a amanecido,asi que las calles están empezando a llenarse de varios puestos con muchas cosas, todas ellas diferentes.

Voy caminando tranquila, aún con la bandana en mi rostro, sin saludar a nadie ya que ahora tener a alguien más que como un conocido es un arma que se puede utilizar en tu contra.

Pasó enfrente de un callejón cuando paro de repente y veo a un grupo de tres arrinconando a un chico más o menos de mi edad.

No vayas,deja que la gente solucione sus problemas sola.

Me decía a mí misma pero vamos no podía ser tan imbécil así que sulto mi maleta y tomo un un tubo metálico de los tantos que hay en el callejón.

Nadie a notado mi presencia así que pegó un grito.

-¡¡HEY!!-dejan de arrinconar al chico y centran sus miradas en mi extrañados,ya que utilizo un amplificador de voz que la hace sonar robótica-Me parece que es de cobardes enfrentar a uno siendo tres-les digo burlonamente.

-A ti que más te da lo que hagamos-me dice con aires de grandeza-Zorra-agrega con una sonrisa maliciosa.

Oh, oh.

-No debiste decir eso-le digo y con una sonrisa maliciosa apareciendo bajo la bandana me acerco.

 

 




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