Destrucción de reyes y reinas

CAPITULO 8

Ya no tiene el traje negro que llevaba esta mañana, ahora tiene puesto, espera, ¿una falda? ¡Cielos! Se ve de maravilla, de hecho no es una falda completa, más bien en como una tela que se queda abierta en la mitad, debajo de esta tiene un pantalón del mismo tono negro de la media falda y un cinturón dorado. Saliendo de mi estupor me pongo de pie para poner mucha más distancia y hacerme a un lado de la ventana del otro extremo, mis manos tiemblan y las pongo a mi espalda para que él no se de cuenta.

—¿Qué haces aquí? —Trato de que mi voz no tiemble —. ¿Vienes a defender a tu madre? —Él sonríe de medio lado y eleva su ceja izquierda.

—Deberías saber que mi madre no necesita que alguien la defienda, y solo quiero decir que ella ni siquiera está enojada —se acerca deteniéndose a tres pasos de distancia —, le conté lo sucedido y se sintió demasiado mal.

—¿Vienes a traer una disculpa en su nombre?

—De hecho yo vengo a disculparme en mi propio nombre —no se que habrá hecho Yeik en el lugar de Fiushinas, pero ahora tiene un poder magnético para alterarme las hormonas aun con el susto que me causa tenerlo cerca. —, Disculpame por pasar por alto el momento traumático que habías vivido.

Bueno, me alegra que no haya dicho nada mientras yo estaba ahí frente a toda su familia, no hubiera querido tener a todos encima preguntando cómo estaba y tener que fingir diciendo que estaba bien, porque me puedo bajar un dedo y aun así no diría que estoy mal, justo porque no soy ese tipo de persona, debería cambiar ese aspecto de mi vida y decir sin miedo a nada como me siento, pero es algo que no puedo cambiar de la noche a la mañana.

—No pasa nada, supongo que me deje llevar por el enojo y reaccione de esta forma con la reina.

—¿Te arrepientes de haberle respondido de esa forma?

—No.

—Si, la respuesta era obvia.

Por primera vez en lo que llevo de conocer a este chico, puedo esbozar una sonrisa sin sentir miedo, no se el sufrimiento por el que haya tenido que pasar, pero puedo sentirme aliviada por eso, ahora al menos puedo tolerar tenerlo cerca y hasta podría decir que podríamos ser amigos.

—¿Que tal estuvo tu viaje? —me acerco para sentarme a la orilla de mi cama y él se recuesta en el marco de esta —. Tù madre dijo que lo pasaste mal —se encoge de hombros con sus brazos cruzados y me sonríe de medio lado.

—Digamos que ser un Fiushina no es lo más agradable del mundo, entrelazarse con una persona que ni siquiera conoces es algo ilógico —asiento dándole la razón y siento como todo mi cuerpo entra en confianza teniendolo a èl cerca.

—¿Ahora todo está bien?

—Nunca nada estuvo mal —responde casualmente, pero con firmeza —, al menos puedes estar tranquila, tus pensamientos algunas veces no me dejaban dormir.

Un jadeo se me escapa y la respiración se me entrecorta, èl parece caer en cuenta de lo que me ha dicho y abre sus ojos en asombro, yo me recuesto en mi cama y cubro mi cara con mis manos.

¡Qué vergüenza! ¿En serio podía saber todo lo que pensaba? ¡Dios!

Su peso hunde un poco la cama y lo puedo sentir demasiado cerca, ni siquiera estoy viendo su atractivo rostro y me siento atraída como imán por él, su olor es exquisito y yo quiero hundir mi nariz en su cuello.

—No podre verte a la cara en unos mil años —la vibracion de su pecho a causa de su risa hace que olvide mi momento de verguenza y me quite las manos de mi rostro para ver como sus lindos ojos negros casi ni se ven.

Se recuesta en mi cama y yo me pongo de medio lado para observar como su mandíbula definida se contrae, en serio quiero saber como ellos pueden llegar a ser tan perfectos, es demasiada belleza para ojos mortales como los míos.

Controla su risa y se pone de medio lado para observarme, sus ojos cambian a un color café y simplemente me hipnotizan, sus pestañas son tan negras y tupidas que hacen resaltar a la perfección cualquier color al que cambien sus ojos, sus cejas negras contrastan perfectamente con el tono de su piel, él es simplemente majestuoso.

—¿En que piensas? —Lo dice en un susurro suave y mi vista se posa en sus labios, son tan preciosos como las piedras preciosas de Draguens, ahora realmente puedo entender porque le pusieron ese nombre.

—¿No lo sabes? —¿No se supone que leía mi mente o lo que sea que fuera eso? ¿Acaso eso se terminó en su viaje?

—Si —me mira respondiendo y yo frunzo mi ceño —, no lo sé a ciencia cierta, pero supongo que estas pensado en Klaus —¿Klaus? Ah sí, Klaus, hace poco menos de unas horas me hice una confesión a mi misma y ahora ni siquiera me acordaba de mi prometido, pero no voy a tapar el sol con un dedo, es obvio que Klaus no es tan guapo como su hermano.

Se fue con un cuerpo enclenque y llegó siendo todo un monumento de hombre, y ni siquiera pasó un año, ¿cuanto fue?, ¿dos semanas?, ¿solo eso se demoró en romper lo que sea que teníamos? Y no es que no esté feliz, pero vamos, que este hombre tan guapo se fije en mí, es algo que en un principio me elevó el ego y después me llenó de miedo.

Qué cosas, ni yo me entiendo.

—No estaba pensando en Klaus —respondo mirandolo fijamente, un brillo rojo cruza sus ojos y mi corazón late como si estuviera corriendo una maratón.

Me siento en un trance del cual no quiero salir, su cabello sigue siendo tan negro como el carbon y las ganas de pasar mis manos por el son enormes, hago de mis manos un puño para no ceder ante mis ganas.

—Estas enojado —lo suelto de la nada y su ceño se frunce, ni siquiera estoy preguntado, es una total afirmacion, esta vez acaricio levemente su cabello rozando solo una parte minima —, me he dado cuenta que tus ojos y tu cabello cambian a negro cuando estas enojado, solo que ahora tus ojos son de color cafe.

Se sienta rápidamente en la cama y acaricia su cabello, yo me siento igualmente y estoy a punto de disculparme por cualquier cosa que lo haya podido ofender.



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En el texto hay: amor, fantasía drama

Editado: 15.10.2024

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