Detrás de la Sombra

2

Mi pensamiento se encontraba en aquel sueño después de aquella noche del abrazo de papá.

El presentimiento seguía allí al igual que el día anterior, incluso se sentía como que algo pudiese ocurrir de un momento a otro.

—Hola Callie —dijo Miles apareciendo en frente mío interrumpiendo mi camino a la cafetería— ¿iras a la reunión de esta noche?

Lo mire disimulando una sonrisa. ¿A qué reunión se refería?

—No lo sé debo ayudar en casa —dije sin saber que responderle.

Aparte que él era demasiado guapo los nervios no me ayudaban.

—Tienes que ir Callie o podría invitarte uno de estos días a ir al cine ¿Qué dices? —al escuchar eso sentí mis mejillas enrojecerse.

—Si yo… no me parece mala idea —dije tratando de no trabarme con mis palabras.

—Espero verte esta noche Callie —dijo el guiñándome un ojo y pasando por mi lado.

Baje mi cabeza, pero no podía disimular la sonrisa.

¡El chico que me gustaba me había invitado a salir!

—¡No puedo creer lo que acaba de ocurrir! —exclamo Kate que había visto toda aquella secuencia.

Durante todo aquel día parecía haberme olvidado de lo que había ocurrido con mis padres y solo podía pensar en Miles, en sus adorables pecas y su cabello revuelto.

—¡Tienes que ir esta noche Callie! —volvió a insistir Kate.

—Para ser sincera los compañeros de tu hermano están muy guapos —comento Cloe otra del grupo.

—A ti solo te gustan los de último año —comento Rita entre risas.

—Acabo de recordar que le dije a mamá que quería otro sostén —dijo Cloe tratando de llamar la atención.

Puse mis ojos en blanco al ver que empezarían a hablar otra vez de los cambios en su cuerpo y otras cosas que no me interesaban.

—Si quieres puedo pasar a recogerte —dijo Kate tomando mi mano.

Las ganas de ir a esa reunión no era mucha y solo la emoción aparecía con que compartiría con Miles.

—Debo preguntarle a mamá —dije mirando en otra dirección.

—¡Siempre es lo mismo contigo!

—¿Por qué insistes con ella Kate? Quizás ni siquiera tiene que ponerse —comento Cloe tratando de hacerse la graciosa.

Me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta de salida.

—Oye Callie puedo llevarte a mi casa y te quedas allí —mire a Kate con el ceño fruncido.

—¡Te dije que no quiero ir Kate! ¡Y tampoco quiero de tu caridad! —exclame molesta.

Ella levanto una ceja mostrando confusión por lo que acababa de decir.

—¿Por qué dices eso?

—¡Tu amiga me acaba de tratar de mendiga! ¡Y aparte te dije miles de veces que no quería juntarme con ellas!

—¡No entiendo porque te molestas con ellas Callie! —fruncí mi ceño al ver que Kate iba a ponerse del lado de ellas— son así solo intentan ser buena onda.

—¿Buena onda? ¡Todo este ultimo tiempo se la pasaron haciendo comentarios sobre mi y mi cuerpo! —dije sintiendo la molestia.

—¡No entiendo que te pasa! ¡Encima me pones en esta posición!

—¡Nos conocimos primero Kate!

—¡Tu entiéndeme a mí! ¡Yo quiero empezar a divertirme! ¡Y tu siempre tienes alguna excusa!

No quería seguir discutiendo con ella pero Kate no parecía entenderme.

—Quédate con ellas entonces Kate— dije eso y me di la vuelta para alejarme de allí.

—¡Haz lo que quieras Callie! ¡Ya no somos amigas!

Ni siquiera me gire para verla, sentía el nudo en mi garganta y las ganas de llorar.

Levanté la mirada buscando a mi hermano, hasta que lo vi junto a su grupo de amigos.

Solo quería llegar a casa y encerrarme en el cuarto a dibujar.

Levante mi mano simulando una sonrisa y el se alejo de allí, el empezó a caminar en mi dirección.

Nash era un friki mas era alguien bastante estudioso y algo tranquilo no salía casi nunca como otros chicos de quince años.

—Los tipos de último año son de lo peor —comento el mientras empezamos a caminar en dirección a la escuela de los niños.

Escuchaba la voz de Nash a lo lejos, aun trataba de procesar lo que había ocurrido con Kate.

Varias personas que cruzábamos saludaban a mi hermano, hasta que un grupo de chicas lo observaban.

—¡Adiós Nash! —saludo una de ellas.

El solo sonrío y yo empecé a reírme.

—¿De qué te ríes tonta? —pregunto mirándome con el ceño fruncido.

—Creo que esas chicas necesitan lentes o que alguien les haga las tareas —dije entre risas.

—Eres una tonta Callie —el me dio un pequeño empujón.

Caminamos unas calles hasta llegar a la escuela primaria de nuestros hermanos menores.

Los primeros en salir fueron Jaren y Varek, junto con ellos los mellizos salían tomados de la mano y detrás de ellos salió Shery que se encontraba cabizbaja.

—¡Nash! —Hunter corrió hacia los brazos de nuestro hermano.

—¡Callie! —Halsey grito de la misma manera y corrió hacia mis brazos.

—¿Cómo estuvo su día? —pregunto Nash observando las masas que traían en sus manos los mellizos.

—¡Miren mi dibujo! ¡Somos nosotros! —exclamo Varek feliz.

—¿Y a ti niño? —pregunto Nash pasando su mano por la cabeza de Jaren.

—Tengo diez años y no soy un niño —respondió nuestro hermano.

Me acerque a Shery que no había dicho ni una sola palabra.

—¿Esta todo bien? —ella me miro y sonrío.

—Hoy la maestra me llamo la atención —dijo Jaren que caminaba pateando cada cosa en su camino.

Mire a Jaren sorprendida.

—¿Qué fue lo que hiciste? —pregunte al ver que lo contaba con tranquilidad.

—Un niño tonto me empujo y yo se lo devolví —dijo sonriente— aunque digamos que solo lo hice caer.

A unos metros se veía la casa de la señora Flikins.

—¡Jaren! ¿Cómo que lo hiciste caer? —exclame con molestia.

—Esta bien que te defiendas pequeño —mire a Nash con el ceño fruncido— es que si Callie nadie debe empujarlo.

Puse mis ojos en blanco y vi que la Sra. Flikins se encontraba regando sus plantas.



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En el texto hay: hermanos, muerte misterio, miedo enojo y culpa

Editado: 04.01.2024

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