Mi vida la puedo resumir en una sola palabra, y es ¡Hecatombe! siempre he sido el chico tímido y sabelotodo al que todos molestan, soy poco sociable y la verdad la mayor parte de las veces que abro la boca es para decir incoherencias o para convertirme en la burla de los demás, detesto hablar en público, prefiero pasar desapercibido en todo momento de mi vida, pero mi curiosidad intensa me termina metiendo en problemas siempre, salgo bien librado gracias a mi carita de angelito y mi excelente conducta académica no necesito prestar atención en las clases, para mí es como si todas las respuestas estuviesen escritas en la pizarra.
Mi mejor amiga se llama Camila y mi mejor amigo se llama Clark, ellos son los únicos que día a día me ayudan a lidiar con los problemas y los brabucones de la escuela, lo curioso de esta historia es que mis mejores amigos son el típico “Súper deportista” y la “Súper Popular”, contradictorio ¿No?
Dentro de la escuela ellos regresan a sus vidas estereotipadas y ¿Yo? Simplemente prefiero quedarme en el mundo real, siempre he pensado que el mundo sería un mejor lugar si quitamos las etiquetas de las personas y empezamos a valorarlas más por sus valores personales que por su apariencia física o por el tamaño de sus bolsillos.
Pasando de hoja esta mañana ha sido un completo caos, como es de costumbre, y como siempre es una historia digna para que mis mejores amigos la escuchen, de camino a la escuela.
…
Mientras caminamos por la acera tranquilamente les relato otra más de mis famosas anécdotas mañaneras, entre risas y burlas comienza la famosa y divertida historia de todos los días.
—Toda la mañana la he pasado fatal, —Aclara Alex—, peor que las otras veces, —aclara en voz más baja, tragando saliva frustrado—, para iniciar mi día he despertado tarde.
Como de costumbre —Interviene Clark—.
—Lo mira poniendo sus ojos en blanco y continúa—. Tratando de desenredarme de mis sábanas me fui de cabeza al piso —niega avergonzado—. Al entrar a ducharme el agua se cortó, resulta que olvide conectar el agua a la casa y utilice lo poco de las tuberías, me quede con jabón el en cabello y prácticamente desnudo tuve que ir a buscar agua en casa de mi vecina con un par de cubetas para acabar mi baño —se escuchan risas de fondo—. El pan de mi desayuno se me quemo y eran las ultimas dos rebanadas, todo por culpa de un libro que leía, me olvide por completo que tostaba el pan, estaba tan inmerso en la lectura que me desconecte del mundo completamente, hasta que empecé a oler el humo que salía por la tostadora—añade desanimado—.
Prácticamente, todas las mañanas me sucede lo mismo, o algo parecido al menos
—Bufa—, si no acabo de cabeza en el basurero en la mañana es un completo milagro —arregla sus lentes ligeramente. A momentos me pongo a pensar que la vida tiene preferencias, suspira pesadamente.
—No seas bobo —, interviene Camila con una sonrisa—, eres un poco despistado nada más.
—¿Un poco? Yo diría que es el padre de los despistados —menciona Clark en un todo divertido—.
Debes prestar más atención a lo que haces, —Camila mira de reojo a Alex—, deja de meterte tanto en los libros que lees y empieza por fijarte más en lo que vas haciendo, hoy tomaremos un camino diferente, así que vamos —toma su brazo y van en otra dirección.
—Ca… Camila ¿Qué haces? No… no creo que sea buena idea, —acomoda rápidamente sus lentes mientras va admirando su belleza de perfil—.
— ¿Por qué no?, deja de ser tan miedoso y cambiemos de caminos, sal de tu zona de confort arriésgate muchacho, —le pega un golpecito en el hombro—, no toda la vida es sencilla y lo sabes, —habla relajada y sonriente—, hay que aventurarte e ir por caminos desconocidos.
—Bu… Bueno la última vez que vinimos por aquí yo termine lleno de agua de charco ¿recuerdas? —Alex se avergüenza en el instante de terminar la oración, notándose un llamativo rubor carmín en sus mejillas—.
—Bueno, sí esos idiotas asoman nuevamente esta vez sí conocerán mi furia —levanta la mano en forma de puño y la agita. Más te vale que esta vez no estés metiche y no me trates de detener, —Camila lo mira amenazante—, la próxima que lo hagas te golpearé como a ellos —Alex baja la vista avergonzado—. Soy perfectamente capaz de defenderme y de defenderte, exclama ligeramente malhumorada.
—Solo no quería que terminases lastimada, se supone que yo debería ser tu protector, ¿no? —Murmura para sí mismo— No… no debería ser al revés
—Camila sonríe—, no seas bobo, Alex, soy cinta negra ¿recuerdas? no debes preocuparte por esas cosas, además aprenderás poco a poco, solo trata de dejar un poco las cosas de nerds a un lado y verás cómo las cosas van cambiando.
—Chicos es mejor que apresuren el paso, vamos llegando tarde, — comenta Clark mirando la hora—.
…
Dentro de la escuela cada uno toman diferentes direcciones, tomando sus respectivos lugares y se pierden por los pasillos a sus anchas.
Clark se reúne con el equipo de fútbol y Camila enseguida se une con los chicos más populares de la escuela y algunas porristas por ahí.
Las clases se ponen más aburridas de lo habitual, las horas eternas de frases interminables me atosigan incansablemente, mierda murmura Alex para sí mismo. Me siento cansado de solo estar sentado escuchando materias que nunca me ayudarán en la vida, no comprendo realmente como es que la hipotenusa me ayudará a comprar, no es como que valla a la tienda y le diga al vendedor “Me da la raíz cuadrada de 9 en limones”, me siento tan inmerso en mis pensamientos hasta que una voz del maestro me trae de regreso a la realidad.
— ¡Señor García! —exclama furioso el maestro—, ¿Me está prestando atención?
—Pregunta en tono burlón y todas las miradas se centran en Alex—
—He… He… ¿Sí? —responde nervioso y acomoda rápidamente sus lentes mirando para todos lados. ¿Está usted prestando atención? —Pregunta el profesor molesto por la repentina interrupción. Sí…sí —Alex titubea nervioso—. Estoy prestando atención a su clase.