Devorador de Emociones

Cuando la Distancia de Acorta

El resto de la tarde como casi todos los sábados transcurrió con total normalidad, en casa, disfrutando de una gran taza de chocolate, leyendo un libro encogida sobre mi misma en mi sillón de terciopelo azul oscuro. Los sillones negros de cuero hacían que mi pequeño sillón azul en mitad de los otros dos individuales, justo en frente de la enorme estantería forrada de libros resaltara como un zafiro sobre un marco negro sobre el piso de madera.

El primer piso es muy espacioso. La sala está dividida del comedor y la cocina por un pequeño muro que apenas sobresalía por encima del sofá grande de la casa, pintado de blanco y con diferentes cuadros de mi familia y amigos en marcos de diferentes colores, la cocina está completamente enchapada en madera con mármol negro y los cuartos en un pasillo justo junto a la cocina. Tres habitaciones y dos baños en el primer piso, y el segundo lo convertí en mi salón-estudio, donde le doy clases a los chicos que quieren iniciarse en el arte de la danza, un gran espacio con ventanales que cubren por completo la pared este, el suelo de madera y el techo pintado de azul cielo, con dibujos de nubes y aves surcándolo. De todos estos lugares el que más me gusta es mi sillón de terciopelo azul junto a la estantería con libros de todos los tipos pero principalmente de ficción y fantasía, mi género favorito para escapar de la realidad al menos por un rato.

     Hacía rato que Carlos se había ido de aquí, no sin antes haber comido con nosotras, sin duda Lore lo tiene loco, espero que este chico no la haga sentir mal. El día estaba transcurriendo con normalidad, yo en mis libros y Lore... bueno... chateando en el teléfono. Justo cuando me disponía a cerrar mi momento de lectura del día, alguien toco la puerta.

-           Yo abro - Lorelys se levantó del sofá y fue a la puerta.

-           ¡Hola! - Era Keyla, mi otra mejor amiga, casi mi hermana, de piel clara ojos negros y cabello como el mío. Siempre no viene a visitar los fines de semana y los días en los que no tenemos nada que hacer, ya sea para pasear o salir de compras... si es que se puede.

     Apenas entro saludo a Lorelys con un beso en la mejilla y le entrego unos sobres, tal vez es la correspondencia, aunque siempre me llega el recibo de luz y del teléfono nunca lo reviso hasta final de mes, pero esta vez había un sobre de más en los que Keyla le dio a Lore.

-           ¿Qué es esto? - Preguntó Lorelys cuando Keyla le entrego la correspondencia.

-           No sé, estaba en su buzón, a ver si lo limpian que esta todo lleno de polvo, ¿jamás lo usan?

     Lore miro el tercer sobre además de los de servicio e intercambio miradas conmigo, preguntándome si sabía de qué se trataba. El sobre era de papel papiro y sobre la superficie corrugada había algo escrito, era el remitente, camine hacia Lore y le quite el sobre.

-           ¡Viene de la embajada de México!

-           - ¡¿Qué?! - volvió a tomar el sobre y lo abrió sacando la carta en cuestión de segundos -   ¡Es para mí! dice "Estimada Lorelys Arguello..." - Dio pequeños saltos de emoción al leer su nombre - "queremos darle la grata noticia de que ha sido invitada a la inauguración del Nuevo Teatro Municipal de Chacao, donado por la embajada de México"

-           ¡Es una invitación para una fiesta de gala en el nuevo teatro! - Grito Keyla que se había puesto junto a Lorelys para leer la carta.

     No era la primera vez que invitaban a Lore a una fiesta de ese tipo, trabaja en la aduana de La Guaira, y gracias a su trabajo digamos que ha podido codearse con muchas personas. Pero esta es la primera vez que la invitación llega directamente a la casa y además de parte de una embajada, ¿cómo eso podría ser posible? fue cuando recordé otra cosa, otra persona, y sin dejar que siguieran leyendo les quite la carta y comencé a examinarla; Si, era la dirección del nuevo teatro, en Chacao cerca de la misma embajada, y ahí está, a mano alzada y en tinta negra la Firma de la embajadora de México.

-           Brenda - Susurre, Lore se me quedo viendo extrañada con una ceja levantada.

-           ¿Qué? ¿Conoces a la embajadora de  México? - Me pregunto.

-           ¿Yo? no que va... - Le dije solo llegamos hablar por Facebook hace mucho, mucho tiempo.




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