Fernanda no creía lo que veían sus ojos, como era posible que la gente siguiera sin hacer caso a las indicaciones de los profesionales. Niños y adultos por todos lados entallados en sus disfraces de Halloween entrando y saliendo de los negocios para pedir dulces.
“¿Es que acaso no habían aprendido nada de la anterior cuarentena?” se pregunto recordando que no habían sido pocas las personas habían muerto por hacer caso omiso de las indicaciones.
-Buenas noches Doctora ¿Qué tal las vacaciones?- saludo amablemente el guardia de turno a la entrada del estacionamiento subterráneo del hospital.
-Buenas Jorge, estuvieron bien gracias.
-Ayer se les armo un buen escándalo allá en emergencias.
-No sabía nada al respecto de eso- una expresión curiosa se formó en su rostro-. Gracias haber que me cuentan ahorita Jorge- Fernanda no le dio mas importancia a lo que dijo el guardia, agitó su mano para despedirse mientras se alejaba en su coche. Parqueo en su lugar de estacionamiento y al bajar del vehículo, el lugar se llenó con el sonido de sus tacones. Decidió usar el elevador y al salir fue directo a los vestidores.
-Anoche fue un completo caos….- un par de enfermeros acababan de llegar y su plática de inmediato captó la atención de Fernanda-. Tuvimos que abrir una sala completa en el sótano para resguardar a todos los infectados….- Fernanda se acomodo su bata y cambio sus tacones por unos zapatos más cómodos-. Tenemos a todos completamente sedados ahí abajo….- los enfermeros se alejaron y Fernanda salió justo detrás de ellos para saber más de aquello que la había intrigado.
-¿Que tal las vacaciones?- María José, una amiga la sorprendía dándole la bienvenida nomás al verla salir de los vestidores.
-¡Bien!, muchas gracias amiga- la mujer que era de edad similar a la de Fernanda la envolvió en un agradable abrazó.
Sin poder resistirse a terminar de contarse las buenas nuevas Fernanda le pregunto a Marijo por lo que recién había escuchado hablar a los enfermeros. Su amiga acepto contarle pero le dijo que primero bajarán al estacionamiento. Puesto que necesitaría un cigarrillo para hablarle de lo sucedido. El transcurso fue silencioso y hasta cierto punto incómodo para Fernanda quien observaba a su amiga un tanto perturbada.
-Esta enfermedad es en verdad peor que la anterior- comenzó su amiga con aflicción en el rostro-. Estoy segura de que está vez si nos someterán a la fuerza para cumplir con la cuarentena- se sentó sobre el adoquín de una orilla y metió una mano entre su larga cabellera rubia para rascar levemente su cabeza-. Los últimos tres días no han dejado de llegar más y más enfermos. Algunos en verdad muy afectados- saco una cajita de metal del bolsillo de su bata, tomo un cigarrillo y ofreció otro a su amiga que lo rechazo amablemente, lo encendió y después de darle una profunda bocanada siguió-. Tampoco ya no tengo espacio para más cadáveres en la morgue.
Fernanda le aceptó el cigarro después de escuchar eso último y también se sentó junto a ella.
-Y lo peor fue anoche. Por un momento perdimos el control por culpa de un chico infectado, Edgar lo estaba tratando, tenía una enorme laceración en el pecho, pero de alguna manera el chico logro zafarse, aún así entre Edgar y uno de los guardias, lograron someterlo, pero un poco de sangre entro en la boca de Edgar y no tardo ni un minuto en presentar los síntomas- dio otra bocanada profunda al cigarro y expulso más humo del que pareciera que hubiera absorbido-. Una enfermera corrió para auxiliarlo pero el término mordiéndola…. ahora mismo tanto él como la enfermera están ahí abajo sedados, junto a todos los demás contagiados…. Si vieras cuántos son y lo mal que están….
-¿Por que no me contaste de esto por teléfono?- comento Fernanda con un nudo en la garganta mientras miles de cosas rondaban por su cabeza.
-Estabas de vacaciones- dijo en tono apagado y negando con la cabeza-. Para que arruinártelas mas…. de seguro con los noticiarios en la Tv ya tenías suficientes malas…. ¿Qué es eso….?- el ruido de alguien corriendo hacia ellas las alteró.
-¡Rápido llegaron algunos pacientes de gravedad!- era un joven enfermero con la cara colorada y respirando hondo.
-¡Cuantos son y que tan mal están!- Fernanda se levantó de inmediato tirando el cigarrillo a un lado suyo.
-¡Una familia, la madre embarazada, un niño y el padre!- las cejas del chico estaban totalmente fruncidas y su respiración entrecortada eran lo único que se escuchaba. Fernanda comenzó a caminar con diligencia y le indico con las manos al joven que se fueran, pero el joven tardó un poco mas.
-También trajeron otro cuerpo- el chico agachó la mirada y se fue de inmediato detrás de Fernanda.
-Bien aquí vamos de nuevo- dijo Marijo que dio una última bocana antes de tirar su cigarrillo para pisarlo e irse de ahí.
-¡Dios santo...! ¡¿Pero que fue lo que pasó?!- Fernanda cuestiono a la enfermera al ver a la joven embarazada-. ¿Quien le hizo eso en la cara….?
-¡No doctora!- exclamó la enfermera al ver qué Fernanda estuvo apunto de tocarle la cara-. Use guantes…. está infectada…. La acabo de sedar…. Y fue ella misma la que se causo esas heridas.
-¿Como que ella misma? ¡¿Por qué haría algo así?!
-Es algo que he visto en otros contagiados- la enfermera se cambiaba los guantes-. Por alguna bizarra razón mascan su lengua y mejillas hasta destrozarlas para tragarlas.
-¡¿Y el niño y el padre?!- Fernanda observaba el vientre de la mujer.
-El niño no lo logro- un hombre de bata blanca, robusto y de piel rosada entro a la habitación-. Estaba en muy mal estado-. Observaba el rostro de la embarazada mientras le palpaba su vientre y revisaba su pulso-. Conseguimos sedar y estabilizar al padre…. Pero es seguro que tampoco lo lograra-. Saco un estetoscopio de uno de los cajones del enorme mueble de metal a la orilla de la habitación y lo coloco en el estomago abultado de la mujer- bajo la mirada y negó con la cabeza-. Tenemos que operarla rápido, el bebé está muerto.
-¡¿Qué?! ¡¿De que estás hablando Mario?!- Fernanda tomo el estetoscopio pero al igual que el hombre, tampoco escucho latidos de parte del bebé-. ¡Por dios!.- Se llevó la mano a la boca sin creer que aquella mujer embarazada acaba de perderlo todo en esa misma noche.
-Enfermera prepare los instrumentos- la mujer apurada fue a hasta un mueble cerca de la ventana.
-¿No creen que esa ambulancia viene muy rápido para acá?- dijo la enfermera que se quedó un instante frente a la ventana sin decir palabra alguna-. ¡Oh por dios!- se dio la vuelta y justo detrás de ella la pared voló por los aires la ambulancia entro lanzando a la enfermera contra el concreto, destrozando sus huesos y haciendo que órganos y sangre salieran a toda velocidad por sus orificios. La mujer quedó igual que un tomate lanzado por un niño contra la pared.
Fernanda quiso gritar ante la conmoción pero el paramédico saliendo por la ventana de la ambulancia la hizo olvidarse de eso. El joven gruñía desesperado, tenía los huesos expuestos y aún a pesar de estar al borde de la muerte se acercaba lentamente a Fernanda que presa del pánico se había quedado petrificada.
-¡Muévete!- Mario hacía señas con la manos queriendo atraer la atención del paramédico-. ¡Que te muevas con un carajo Fernanda!- ella salió del trance en el que se encontraba y enseguida se arrastro a su detrás tan rápido como pudo. El joven paramédico cayó terminándose de desangrar haciendo gárgaras con la sangre y espuma de su garganta.
Los minutos habían pasado, Fernanda no sabía exactamente cuantos, estaba sentada en una esquina fumando un cigarrillo. Le echó un vistazo al reloj en su muñeca.
-10:55, ¿Por qué rayos no está aquí Marijo? Todo el mundo está aquí menos ella- Fernanda se irguió para buscar a su amiga.
-¿Que rayos?- murmuro al escuchar ruidos extraños que venían desde la morgue, tomo un extintor de la pared y giro lentamente la perilla para entrar al lugar-. Marijo…. ¡Ahhhh!- Una mujer bañada en sangre que portaba una pijama se lanzó sobre Fernanda y está última lanzo tan fuerte como pudo el extintor sumiendo la nariz de la mujer hasta su cerebro que cayo de inmediato y tras algunas convulsiones quedó inmóvil.
Le echó un vistazo en general al lugar, observó algunas bolsas negras apiladas en las esquinas, pero lo que más llamo su atención fue el blanco de bata en el suelo.
-¡Por dios Marijo!- corrió hasta su amiga que estaba boca abajo tirada bajo un charco rojo y a un costado de la mesilla para autopsias, la sujeto entre sus brazos, su piel había perdido cualquier brillo y tenía un enorme desgarro en su cuello.
-¡No, no, no amiga….!- Fernanda detuvo sus lamentos al escuchar algunos sonidos provenientes de unos de los cubículos donde guardaban los cuerpos. Sonaba como si alguien pateara desde dentro.
-¡Ayuda…. Alguien me escucha!- los gritos apagados venían desde el cubículo donde acaba de escuchar los sonidos.
Fernanda se levantó y con precaución abrió el cubículo, del cuál un joven salto de inmediato.
-¡Gracias! ¡Por dios! Comenzaba a creer que me quedaría ahí con ese cadáver durante horas….- el chico respiro profundamente-. Mierda doctora- observó a Marijo tendida sobre el suelo.
-¡Que fue lo que pasó!
-Una chica llegó envuelta en la maldita bolsa negra…. se suponía que estaba muerta…. bueno ahora sí lo esta….- observó a la chica de pijama tirada junto a la puerta-. Fui hasta la mesilla por los instrumentos para abrir a la chica….- señaló una mesa llena de cuchillos y sierras junto al cubículo del cuál tenía poco de haber salido-. Y entonces la desquiciada se despertó y le arranco la yugular a la doctora de una mordida…. Y yo obviamente me escondí ahí dentro.
-¡¿Acaso no hiciste nada para ayudar a Marijo?!- reprochó molesta.
-¿Que se supone que podía hacer? Si cuando voltee ya le habían arranco un cacho de cuello…. ¿Ir a que me arrancará un cacho a mi también?- hablo molesto el joven.
-¡Pudiste haber echó lo que sea! ¡Menos esconderte!
-Escúcheme bien doctora, no me voy a sentir mal por tratar de salvar mi vida, ya no había nada que pudiera hacer por la doctora…. ¡Tan solo mire el pedazo que le arrancaron a su amiga de cualquier manera moriría!- el joven señalaba la herida de Marijo.
-¡Algo se podría hacer!
-¡Suficiente! Está bien, entiendo era su amiga…. Pero no sé va a desquitar conmigo de todo esto- el joven camino hasta la puerta haciéndose a un lado de la joven tirada en pijama a la vez que hizo muecas de desagrado y salio de inmediato de la habitación.
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Editado: 05.10.2020