A pesar de que le habían dado una paliza, Rau venía exultante.
Según él, todo había resultado a su favor cuando un ser casi mitológico le había sacado de encima a un par de compañeros del secundario que siempre lo molestaban.
Nicolás y Leandro.
Los detesto con toda mi alma.
Más de una vez, yo, que soy cinturón negro en Kung Fu los he detenido, pero siguen buscándolo y lo que más me preocupa es que lo acechan esperando a que se encuentre lejos mío para lastimarlo.
—No solo me rescató de ese par de desgraciados, si no que después me presentó al compañero que se ofreció a acercarme. ¡Ani, no te imaginás! ¡Juro que fue amor a primera vista! —declaró vehemente mientras tomábamos jugo de naranjas.
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Editado: 04.11.2024