Diario de un amigo imaginario

Diario de un corrupto II

-Hace poco, menos de una semana, su última llamada fue a esa casa, a la que tú y Carlos fueron antes de ayer- dice Karen.

-Ya veo- respondo.

-El hombre estuvo por última vez en el Barrio Belgran a dos cuadras del Aríoz.

-Barrio en el cual se encuentra la casa a la que fuimos antes de ayer- digo asombrado, ella asienta con la cabeza. -Pero no entiendo, ¿qué tendría que ver? la mujer dijo que el hombre secuestro a su hijo.

-Lo dijo porque no encontraba otra razón, su marido tendía a ser violento verbalmente con ella, pero afirmó que nunca tocó a su hijo, lo quería mucho, pero a ella no, por ello creyó que cuando ella decidió divorciarse, él se llevó al niño como acto de consecuencia.

-¿Y él alguna vez la amenazó con eso? Sobre secuestrar a su hijo.

-No, dijo que no.

-¿Y sin embargo ella afirma que él secuestró al niño solo porque era violento con ella?

-Si. Pero no parecía segura, se puso triste y dijo que ojalá estuvieran bien.

-No entiendo, y él porque estaba con el niño entonces.

-Por lo normal, tales días con la madre y otros con el padre.

-No puedo hacer nada, no podemos marcarlos como culpables solo porque su última llamada fue en esa casa- y los dos tratamos de pensar.

-¿Y si los interrogamos?- propone ella.

-No, no nos darían la autorización.

-Pero podemos ir sin ella.

-La mujer y el hombre de esa casa no parecen tontos, sabrían que necesitamos una orden la cual ellos pedirían y si no las tenemos nos acusarían. Perderíamos nosotros.

-Sé que parece descabellado y que no hay sentido, pero mostraré el registro de llamadas y al testigo que lo vio por última vez y te llamaré ante cualquier cosa.

-Me parece bien.

-Decime, ¿notaste algo raro en esa casa?

-Un ambiente tenso, el que hay en muchas.

-Okey adiós- nos despedimos con un beso y ella se marcha por la puerta de la oficina del jefe, pero voltea –Por favor, investiga algo de esa gente- yo respondo que si con la cabeza y ella se va.

<Cómo busco datos ahora> pienso.

 

Mi día apenas comienza y ya tengo novedades, y no, más allá de ese caso, tengo otro, un poco más complejo.

Llegué a mi casa, no, no vivo ahí, mi madre y hermana sí. Eh tratado de venir pero lamentablemente no me he animado. Pero ahora si lo haré.

Toco la puerta y ella abre.

-Qué haces aquí- dice.

-Hola Gabi, solo quiero ver a mamá- contesto.

-Ella a ti no.

-Por qué no la traes y que me lo diga.

-No tienes derecho a pedir pruebas, ella no quiere a un ladrón en su casa, ni menos yo.

-Fueron tiempos difíciles, pero te dije que ya no lo hacía.

-Ah ¿enserio? Mírame y júrame que no lo hiciste en estos días- yo solo agacho mi cabeza –Lo sabía, largo.

-Solo quiero dejar este dinero para los medicamentos de mamá, por favor recíbelo.

-Largo- y me cierra la puerta.

-¡Por favor!- el dolor y la desesperación me hacen golpear la puerta y romper en llantos -¡Solo toma el maldito dinero, juro que no lo robe!... por favor- deje de golpearla ya no tengo fuerzas, la angustia me la quitó, merezco todo esto y eso… eso es lo que más me pesa.

No lo logré, llegué a mi departamento, si aquí vivo, solo. Me gusta estarlo, pero a veces extraño a mi familia. Pensando en ello, recuerdo, recuerdo a ese hombre que supuestamente secuestró a su hijo, y su ex esposa la cual lo asegura pero con dudas, todos ya lo dan por hecho que es así, pero yo al igual que Karen, no lo creo. Hago una llamada al D.A.P (División Antecedentes Personales).

-Buenas tardes, con quién hablo.

-Hola soy Raúl Gómez, trabajo en la estación de policías central.

-Muy bien señor Raúl deme sus datos para verificarlo- se los doy y me pregunta que necesitaba.

-Datos de una persona.

-¿Bien tiene su nombre completo o DNI?

-No… pero si tengo su dirección y su nombre, podríamos hacer algo con eso.

-Déjeme ver- se escucha que aprieta botones de computadora –Okey deme la dirección y el nombre, veré que puedo hacer.

-Fairol, Barrio Aríoz al 143.

-En esa localidad viven tres personas- en ese momento recordé, que en esa casa era cuatro, quitando a la empleada.

-¿Segura?

-Sí señor- responde, -Me dirá el nombre.

-Nicolás, los datos de Nicolás- contesto.

-…- se tarda un momento, -Muy bien, Armando Nicolás Ruíz, treinta y seis años, domicilio antes mencionado, casado con Georgina Corral Ruíz, y su hijo Valerio Ruíz, al parec…

-Espere, ¿solo un hijo?

-Sí señor, solo eso- me extraña pero le digo que continúe, -okey, al parecer tuvo un problema, tiene antecedentes penales.

-¿Por qué?

-Una mujer lo denuncio por matar a un niño, entre otras cosas, fue detenido por unos días por ello, pero no se encontró pruebas de nada y él fue liberado exento de toda culpa.

-…- mi mente queda en blanco -¿Y quién es la mujer?



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En el texto hay: misterio

Editado: 06.10.2019

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