Diario de un Sin Memoria | Libro Uno.

Número Dos.

qυerιdo dιarιo: (sigo lo de la madrugada).

Por pensar demasiado, me quedé dormido. Cuando me levanté y vi la hora, eran las 06:34 de la mañana. Supuse que tenía que llegar temprano a clases, entonces caminé hacia mi armario y lo abrí. Había una flecha de metal señalando el vestuario de clases, me saqué toda la ropa y me lo coloqué. No obstante, fui dirigiéndome hacia el baño para perfumarme y arreglarme un poco. Supuse que me había hecho un café, porque siento algo caliente en mi boca todavía, (todo lo que escribo, lo hago al momento en que realizo las acciones para acordarme). Terminé de tomar el café y agarré la nota de la heladera, junto con mi smart watch. Al colocarme el reloj en la muñeca y ponerme en mi hombro el bolso, salí de mi hogar y observé mi reloj. Apenas había salido de casa, el GPS ya se había activado.

«Ya sabrá el camino para que no me olvide...», pensé.

Mirando para donde tenía que ir, comencé a caminar y a observar atentamente lo que había en las calles. No sabría decir si me las acordaré para mañana, pero solamente quería asegurarme de qué hay en cada calle. Noté que había llegado rápidamente, capaz que yo vivo cerca de la universidad. Cuando llegué al patio delantero del lugar, noto que algunos desconocidos (creo que también son alumnos) me miraban raro... Como si yo estuviese mal visto por la sociedad. ¿Qué habré hecho ayer para que me miraran así?. Noto que un par de chicos musculosos caminan hacia mí, riéndose. No sé si les agarró un ataque de risa o qué... Pero me acuerdo de la conversación:

− Hola, Corto Pla-Bastian. −el "líder" o el más "musculoso" me había llamado así, no sabía el porqué.− ¿Te has acordado de venir a clases?, ¡qué bueno!. −se burló de mí.− Me parece que tu "corto plazo" ahora es un "nada plazo".

Su grupo, junto a él, comenzaron a reírse de mí. Sinceramente... No sé quién es, ni siquiera lo conozco. Suspiré con cierta levedad, y como yo no hablo con extraños, me iba a retirar; no obstante, y sin que lo espere, me jalaron de la mochila y me tiraron al suelo. Comenzaron a patearme todos juntos en la cara y estómago con ambos pies. Después de realizarme graves moretones y hacer que sangre demasiado, mi vista se volvió nublosa y vi a un hombre corriendo hacia ellos y yo.




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