Al llegar a la calle indicada por Luke, solo se veia una puerta de madera, enorme, vieja, agrietada. El paso de los años se notaba en ella.
No había un timbre, por lo que decidí golpear. Nadie respondió.
–¿Hay alguien en casa? ¿Kate estas ahí?
La puerta se abrió.
Ahi estaba él. Jhon. Mi Jhon.
–Jhon...
–Taylor...
Ambos estabamos paralizados. Dieciséis años fueron necesarios para este encuentro.
Por detrás de él, apareció Kate.
–Hija– alcancé a decir ahogada por la emoción.
–Tranquila, mamá. Estoy bien.
No podía creer lo que mis hijos veían, tantos años soñándolo, imaginando que, quizá, algún día volvería a ver a ese hombre.
–Tienes que explicarnos muchas cosas, Jhon.–habló James, que hasta ese momento estaba mudo.
–Claro, por favor, pasen.
Todos entramos a esa casa, le faltaba una buena limpieza, se notaba la humedad en las paredes y todo eso me recordaba el paso del tiempo en mi vida. ¿Cómo era posible que ya hubieran pasado dieciséis años? ¿Por que nos ha dejado? ¿Luke dice la verdad? ¿Qué demonios esta pasando? Esas y tantas preguntas más eran las que había acumulado con el paso del tiempo, y ahora que Jhon estaba aquí, las palabras no querían salir de mi boca. Cualquiera diría que era muda.
–Tal vez deberías comenzar con explicar todo lo que sucedió en el avión.–le pidió James, se notaba el enojo en su voz.
–Antes, permiteme que los pueda observar detenidamente. Esperé tanto tiempo para este momento.–dijo Jhon y observé una ternura particular en sus ojos.
–Papá, estaría bien que les expliques todo, así como lo hiciste conmigo.–habló Kate.
–Supongo que Jake ya les debe haber comentado alguna cosa. Antiguamente, trabajaba para el FBI, ésto es algo que ni su madre sabía, debido a que de ser involucrada en mi vida, podría verse afectada, tanto ella como ustedes. Fue asi que cada vez que debía ir a una misión, utilizaba un nombre falso.
–Oh, alguien mas que utiliza nombres falsos. ¡Qué divertido!–se oyó decir a James con sarcasmo.
–Lo sé, esto es moneda corriente para ustedes. En fin, continuando con la historia, me infiltre en las filas de Bernie, me gané su total confianza. Fue ese el momento en que cometí dos errores. El primero, asesine accidentalmente a su hijo...
–Uy, si, claro. Uno va por la vida asesinando gente «por accidente». –interrumpió James.
–Hijo, por favor, respeta.–me atreví a decirle, aunque sabía que tenía razón.
–Fue un accidente, lo juro, ni siquiera sabía que era su hijo. El punto es que cuando Bernie se enteró, yo ya tenia toda la información necesaria para enviarlo tras las rejas.
–¿Y por qué demonios no lo hiciste?
–Cariño, no podía. El habia descubierto a mi familia, a ustedes. Fue asi que, entonces, le ofrecí negociar, si él me dejaba en paz, yo lo dejaría en paz. Allí fue cuando Jake nos descubrió y Bernie creyó que era una emboscada.
–Asumo total responsabilidad sobre eso. –habló Jake.
–Que bueno, porque todo fue tu maldita culpa.
–Sabes que no fue mi intención.
–Como sea, Bernie creyó que todo era una emboscada. Esa vez logré escapar, al otro día, volé a Los Ángeles y de allí iria a Costa Rica. Desde Los Ángeles, enviaría un mensaje para ti –dijo mirándome– para que me siguieran a ese nuevo país y recomenzar nuestras vidas.
–Pero nunca lo lograste porque Bernie interceptó ese avión. –Jhon asintió con la cabeza– ¿Y que fue el disparo que escuché?
–Ese disparo fue lo que me salvó la vida.
Editado: 24.07.2019