Dieciséis años sin Jhon

XII

A lo lejos, sentía un celular sonar, esperen, ¡es mi celular!

–Maldita sea, Jhon, despierta. Nos quedamos dormidos.
–Claro, cariño.
–¡¡Despierta ya!! –dije gritándole y quedó sentado en la cama.

Me levante en busca de mi celular. Joder, veinte llamadas perdidas de Jake. No alcance a responder y decidí no devolver la llamada para poder pensar una mentira antes.

–Ok, les diré que salí por ahi, me quede sin batería y luego me perdí.
–O mejor les dices que tuviste sexo toda la mañana. –sonrió pícaro.
–Callate, ya.

Comencé a vestirme y Jhon hizo lo mismo, tomé mis cosas y salí de la casa, no sin antes despedirme besándolo.

Al llegar al departamento que alquilaba Jake, apenas abri la puerta tenia seis ojos observandome.

–Hola, familia.
–¿Se puede saber dónde estabas?– preguntó Jake visiblemente molesto.
–Salí a recorrer, como te dije esta mañana, luego me perdí y no tenia batería para avisarles. Estuve horas y horas intentando regresar.
–La próxima vez pide un celular a alguien, mamá. Así sabremos que estas bien, estábamos muy preocupados. –habló James.

Katy simplemente sonrió y salió de la sala. Extraño.

–¿Qué hay de comer? Tengo mucha hambre.

Los chicos habían cocinado unos spaguetis con salsa carusso, los calenté un poco y comencé a comer. No dejaba de pensar en Jhon, aunque tenía miedo de volver con él y que me abandonara, otra vez.

–¿En qué piensas? –dijo Katy.
–En nada, hija. ¿Por qué?
–Yo sé dónde estabas. –sonrió pícara. Igual a su padre.
–Lo sabes porque yo te lo dije hace un rato.
–Uy, si, claro. Tu estabas con mi padre.
–Me ofendes, Katy.

Me levanté y sali casi huyendo de allí.

–¡¡¡Guardaré tu secreto!!! –gritó mi hija.

Decidí recostarme un rato, pasaron unos minutos y James entró a mi habitación.

–Hola, mamá.
–Hola, cariño.
–Yo... Te quería decir...
–Tranquilo, James. Con confianza. –dije mientras me sentaba en la cama.
–Voy a volver a Costa Rica.
–¿Qué?
–Eso, mamá. Voy a regresar a nuestro país, hable con Jake y él me ha dicho que no hay peligro en volver. Extraño a Mac, a mis amigos y a ese lugar. Argentina es un asco.
–¿Y tú padre? Por fin lo hemos encontrado, ¿vas a perder la oportunidad de conocerlo?
–No me interesa Jhon, mamá. Lo siento. 
–Pero, hijo, es tu padre. Creo que debes quedarte aquí para conocerlo mejor y fundamentar tu rechazo hacia él.
–Mamá, crecí viendo como te lamentabas, viendo como no podíamos hacer nuestras vidas en paz creyendo que ese maldito Bernie iba a aparecer para asesinarnos. ¿Y él? Escondido como una rata. Por lo menos podría habernos avisado, ¿no? –bueno, James tenía razon en eso. –y como si eso no fuera suficiente, ahora pretende contarnos unas historias fundadas en miles de películas esperando que nos creamos su cuento. Por favor, reacciona. Él se fue porque quiso, nos dejó a los tres porque le apetecía huir y yo no soy igual que él para abandonar a mi novia.

Dicho esto, dio un portazo y se fue.

–Ese chico tiene buen carácter. –dije cuando ya estaba sola.

No podía creer que James se iba a ir, Jake habia dicho que había una posibilidad de que Bernie estuviera vivo. ¿Y si lo perseguía? ¿Qué tal si lo asesinaba? Juro por Dios que no podría soportarlo.

Sin embargo, tiene razon sobre Jhon, él ni siquiera se molestó en avisarnos que estaba bien, dieciséis años estuve esperando una llamada, una carta, un mensaje, lo que fuera, una simple señal de vida.

Amo tanto a ese hombre a pesar de todo lo que nos hizo, pero James y Katy tienen el derecho a elegir que hacer con su amor, ellos eligen si lo perdonan o no. Después de todo es su padre...

–Hola, amor. –dijo Jake mientras entraba en la habitación. –Desde ahí fuera se oyeron los gritos de James. 
–Lo sé, él esta siendo demasiado duro con su padre. 
–Pues no lo sé, yo creo que él tiene razón. Si te deja mas tranquila, yo puedo viajar con él hasta Costa Rica. Debo ir allí para solucionar unos temas del supermercado. 
–Eso sería genial, Jake. Muchas gracias.

Por lo menos James no iría solo. Además, Jake esta entrenado, después de todo, estuvo en el FBI.

~~~

Narra James:

Una vez, podría haber dejado que mi padre nos arruine, pero en esta oportunidad, no dejaré que lo logre.
Oí por años, llorar a Katy por un padre, y a mi madre llorar por tener un esposo.

Tal vez en otra vida podría llegar a perdonar todo lo que nos hizo. Durante dieciséis años ni siquiera nos envió un mensaje de texto.

Saque mi maleta y la comencé a hacer, tomé suficiente ropa, de hecho toda la que tenía ya que no volvería jamás a ese lugar.

¿Que si me dolía por mi hermana y mi madre? Claro que sí, no habia nada que deseara mas que llevármelas conmigo, pero respetaba su decisión de buscarle una explicación a todo y perdonar a Jhon.

Tal vez en otra vida, lo perdone, pero en esta vida no.

–¿Te vas? –me dijo Katy. 
–Si, hermana, me voy. –cerré la maleta y me quedé sentado en mi cama. 
–No es necesario que te vayas tan lejos, podemos ir en vacaciones o traer a Mac aquí. 
–No es solo Mac, Katy. Es por mí, porque no soporto verle la cara a Jhon sin tener deseos de pegarle un puñetazo. ¿Recuerdas las veces que lloraste antes de dormir porque en la escuela preguntaban dónde estaba tú padre? Porque yo sí, y son cosas que jamás, jamás voy a olvidar ni dejarle pasar. 
–Lo entiendo, James. Pero no es necesario que te vayas. –unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. 
–Es necesario, Katy. Pero tranquila, seguiremos en contacto y yo viviré en la misma casa de siempre por si te quieres dar una vuelta.

La abracé y ambos lloramos. Esperaba que algún día, ella pudiera entenderme. Esperaba, sin dudas, que el maldito hijo de puta, no le hiciera más daño. 

 



#24737 en Otros
#3602 en Acción

En el texto hay: viaje, argentina, accion

Editado: 24.07.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.