Cuando lo vi, supe que él no era de este planeta, su belleza era increible, parecía alguien que los dioses se tomaron el tiempo de crear poco a poco para que fuera perfecto.
Aunque seguía pensando que no era de este planeta, no esperaba que eso fuera tan literal.
Comencé a sospechar con cosas minimas, él estando en un lugar cuando segundos antes no estaba, aunque el afirmaba estar ahí.
Él adivinando lo que pasaba por mi cabeza.
Su carácter tan de la mierda para una persona que fuera normal.
Y otros pequeños detalles, que en su momento me parecian estúpidos.
Por lo que mi sorpresa no fue tan grande al darme cuenta que yo nunca estuve equivocada.
Aunque según él lo mejor era que ni yo ni nadie supiera de su verdadera naturaleza, nunca le quise creer, hasta ahora.
Él era muy diferente y nuestras diferencias nos colocarian en peligro.
¡BIENVENIDOS A LOS JUEGOS DEL HAMBRE!