Prólogo.

Sentía el frio en mi piel, y mi cuerpo temblaba. Mi cabeza dolía demasiado, era como si alguien martillara fuertemente en varias partes de ella. Yo solo podía cerrar mis ojos fuertemente y acurrucarme para darme calor.

Fue así hasta que me perdí en la inconsencia, no se cuanto tiempo paso, pero ahora sentía calor. Mucha calor. Mi piel estaba caliente y sentía que me quemaba, intente abrir mis ojos y sólo vi luz, mucha luz. Era él sol.

Después de lo que sentí que fueron horas pude sentarme en lo que creo era arena y después de mucho más tiempo pude abrir mis ojos.

¿Dónde estaba?

Todo a mi alrededor era arena, y mucho sol. No había nada ni nadie y fue entonces cuando comencé a entrar en pánico.

¿Por qué estoy aquí?

Intenté tratar de recordar cómo había llegado hasta éste lugar, pero mi esfuerzo solo hizo que sintiera una gran puntada en el centro de mi cabeza haciendome gritar de dolor.

Caí en la arena mientras cerraba mis puños y gritaba de dolor y  nuevamente perdí la noción del tiempo.

No sé cuanto paso hasta que el dolor paro un poco.

Intente colocarme de pies y fue cuando me di cuenta de como me encontraba.

Estaba descalza, mis pies sucios y con lo que parecía ser sangre seca pero no sentía ninguna herida en ellos, tenía una bata de hospital sobre mi cuerpo o creo que eso sería si no le faltaran tantos pedazos de tela estaba muy sucia y rota, y de no ser porque me encontraba en medio del desierto y sin ni siquera recordar mi nombre hubiera enloquecido por la falta de mi ropa interior.

Observe uno de mis brazos el cual tenía una gran brecha, mostraba lo mal que se veía y pensé también en la gran infección que podía tener ya que la herida estaba llena de mucha arena.

Intente caminar, no sabía en que dirección ir pero aún así intente caminar hacía donde creí que podría sacarme de este desierto.

Camine por lo que creo fueron dos horas, cuando el sonido de helicópteros llego a mis oídos.

Sentí una gran fuerza en mi pecho, me rescatarian de este lugar. Alze la vista al cielo y no veía ningún helicóptero aunque lo seguía escuchando muy cercas.

Fue así hasta que por fin comencé a verlos en el cielo, eran un montón. Más de los que creí fueran necesarios para rescatar a una persona.

Y él pensamiento llego a mi cabeza, tal vez ellos no querían rescartarme.

Tal vez por ellos yo estaba aquí.

Y aunque no recordaba nada, confíe en mis instinto, pero estuve aún más segura de que ellos querían lastimarme cuando escuché la voz en mi cabeza.

Corre, no permitas que te atrapen. 
Por favor, yo llegaré primero a ti, pero corre.

Y aunque creí que estaba enloqueciendo, hice caso a la voz de mi cabeza.

Y aunque creí que era estúpido correr, ya que me encontraba en medio de la nada corrí.

Y me sorprendí cuando al correr, era más rápida de lo que cualquier ser humano sería.