El Xros Heart se quedó sin palabras cuando escuchó aquello. Taiki dio un par de pasos para acercarse a su amiga, pero se detuvo en seco cuando Kallen lo apuntó con su arma. El chico miró suplicante a Nene y ella asintió levemente.
—Libéralos —le dijo a Zero autoritariamente—. Al menos que los desaten y les quiten las mordazas.
—¿Es seguro? —le preguntó Zero, a causa de la máscara nadie podía ver que mantenía su mirada fija en Taiki.
—No nos darán problemas, te lo juro —aseguró Nene.
Zero asintió y miró entonces a Oggi.
—¡Oggi, desátalos!
Oggi obedeció al punto. Kallen no bajó la guardia en ningún momento, seguía lista para disparar en caso de que alguno de los amigos de Nene intentara acercarse demasiado a Zero. Cuando el Xros Heart fue liberado, Nene corrió con ellos y rodeó con sus brazos el cuello de Taiki. El chico respondió el abrazo y al gesto se unieron Kiriha, Akari y Zenjirou. Tagiru esperó unos segundos a que se separaran para darle una palmada en la espalda a la joven Idol, Ren y Ryouma se limitaron a dedicarle sonrisas.
Aunque Nene se alegraba de verlos, su reencuentro no había sido para nada lo que ella esperaba al principio. En otras circunstancias se habría mostrado en extremo cooperativa para escapar de Britannia así tuvieran que acampar a la intemperie durante días hasta encontrar un modo de volver al DigiQuartz. Sin embargo, en aquél momento se limitó a mirar de vuelta a Zero y dijo, experimentando de nuevo su cambio de voz:
—Déjalos ir, no son espías.
Kallen la fulminó con la mirada.
—¿Quiénes son? —preguntó Zero.
—Son mis… —comenzó a explicar Nene, pero Zero la hizo callar con un ademán de la mano y repitió su pregunta.
—¿Quiénes son?
Taiki intercambió una mirada con sus amigos y miró de nuevo a Zero. Dio un par de pasos al frente y se presentó.
—Soy Taiki Kudou, el general del Xros Heart —dijo—. Mis amigos y yo hemos venido por Nene.
La aludida se limitó a agachar la mirada, Akari alcanzó a notar el evidente rechazo de Nene hacia la idea de irse.
—Igual que su hermano —razonó Zero—. No permitiré que se la lleven sin antes asegurarme de que no están con Britannia como ese muchacho, Yuu Amano.
—¿Qué? —Intervino Kiriha—. ¿Dónde está Yuu?
—¿En qué se metió ese idiota? —terció Tagiru.
Zero intercambió una mirada con Nene y ella asintió. El enmascarado soltó un pesado suspiro antes de responder.
—Les explicaré todo en un sitio más cómodo. Síganme —ordenó y miró a Oggi para añadir—: Vigílalos. No quiero que ninguno se acerque demasiado.
—¿Qué hacemos con sus pertenencias? —Preguntó Oggi mientras avanzaba hacia el grupo de prisioneros—. ¿Quieres que se las devuelva?
—Que Tamaki se encargue de vigilar esos aparatos —fue la respuesta de Zero y echó a caminar para pasar a otro sitio de su guarida.
Nene apretó el paso para alcanzarlo, los seguían CC y Kallen. El Xros Heart iba detrás y Oggi cerraba la marcha. Nene no podía evitar sentirse incomoda mientras avanzaba a la derecha de Zero. No quería mirar hacia atrás, tenía que mantener esa actitud firme. Intentó convencerse a sí misma de que no podía ser una Digimon Hunter mientras fuera parte de la Orden de los Caballeros Negros. Era una elección difícil: ¿A quién debía serle leal? ¿Al Xros Heart o a Zero?
Zero los condujo hasta una sección de su guarida perfectamente iluminada. Era similar a una habitación de descanso. Había un par de alargados sofás, un minibar, un televisor de pantalla plana y una mesa de ajedrez. Zero y Nene entraron primero a la habitación y siguieron avanzando hasta sentarse en el sofá más pequeño, convenientemente sólo podía albergar a dos personas. Kallen y CC se quedaron a cada lado de la puerta. El Xros Heart entró después y Kallen entonces tomó a Taiki Kudou por el brazo, con fuerza deliberadamente excesiva, y lo lanzó en el sofá que debían ocupar. Taiki la fulminó con la mirada y Kallen, sin bajar su arma en ningún momento, esperó a que toda la comitiva se hubiera sentado. Eran tantos que Ryouma y Ren tuvieron que sentarse en los descansabrazos.