Euphemia siguió a Yuu hasta que finalmente consiguió alcanzarlo en uno de los jardines. Yuu se detuvo en seco cuando la escuchó llamar su nombre.
—¡Yuu!
El muchacho se giró y esperó a que Euphemia llegara con él. La primera acción de ella fue darle una fuerte bofetada.
—¡No permitiré que vuelvas a comportarte de esa manera!
Yuu la fulminó con la mirada.
—¿No tengo razón? —Inquirió el chico—. ¿Vas a decirme que Zero no es malo y que mi hermana estará a salvo con él?
—Tú jamás lo entenderías —le espetó Euphemia para luego añadir con voz aguda y enfurecida—: ¡Y no pretendas ser parte de Britannia cuando eres un Eleven!
Se dio media vuelta y se retiró dejando a Yuu con algo en qué pensar. El muchacho se limitó a soltar un pesado suspiro y echó a andar para dar un paseo.
El Xros Heart se encontraba aún en el elegante comedor. Tras la disputa con Yuu, Taiki había tomado la decisión que más favorecía a sus amigos.
—Nos vamos —les dijo—. Buscaremos otro sitio para ocultarnos.
—¿A dónde iremos? —inquirió Ryouma.
—¿Y qué pasará con Yuu? —secundó Tagiru.
—Buscaremos otro escondite —explicó Taiki—. No podemos quedarnos aquí.
—Entiendo —comentó Kiriha—. Quedarnos aquí implica tomar partido a favor de Britannia.
—Así es —confirmó Taiki—. Buscaremos a Nene por nuestra cuenta.
—Yo me quedaré aquí —intervino Airu—. Yuu me necesita.
Ren bufó y Ryouma ahogó una risa. El resto del grupo entornaron los ojos. No creían que Airu pudiera hacer alguna diferencia estando con Yuu.
Euphemia volvió entonces. Ni bien entró al comedor, Taiki habló por todos:
—Euphemia, te agradezco la ropa nueva y la comida, pero no podemos seguir aprovechándonos de tu hospitalidad.
Euphemia asintió lentamente.
—Lo entiendo —respondió—. ¿A dónde irán?
—Airu y Yuu se quedarán contigo —respondió Taiki—. Nosotros buscaremos otro sitio.
—Si han de irse, al menos permítanme asegurarme de que estarán bien —suplicó ella.
—Euphemia, no…
—Por favor —insistió ella con firmeza—. Me aseguraré de que al menos los hombres de mi hermana no los lastimen. Un grupo de Elevens con el extraño poder que ustedes tienen corre peligro en estos momentos.
—Estaremos bien —aseguró Tagiru.
—No estaré tranquila hasta que no lo haya asegurado —sentenció ella y Taiki no pudo seguir negándose.
Una hora tardó el Xros Heart en retirarse. Abordaron un vehículo blindado que los trasladó a una habitación de hotel, todo por cortesía de Euphemia. Airu y Yuu permanecerían dentro de la enorme residencia.
Taiki tan sólo esperaba que no fuera necesario interferir en los asuntos políticos de Britannia. Esperaba también que Yuu y Nene supieran mantener sus distancias. Tenían dos trabajos que hacer en aquél sitio: rescatar a Nene y hacer que Yuu volviera a la realidad.
Era un sábado por la mañana.
Nene se despertó con los primeros rayos del sol. Se vistió y se dirigió a la cocina para prepararse del desayuno antes de que Sayoko se levantara. Seguía sintiéndose algo intimidada mientras recorría los inmensos pasillos de la mansión Ashford. Sus pasos resonaban y deseó no haber despertado a nadie con sus andares. Aunque, claro, la mansión era tan grande que era casi imposible que la escucharan.
Cuando llegó a la cocina, encontró el mandil de encaje rosa que Lelouch usaba cuando cocinaba. Lo tomó y acarició el encaje con un par de dedos. Alcanzó a percibir el aroma de la colonia del muchacho y esbozó una boba sonrisa. Golpeó la pantalla de su Xros Loader cuando Mervamon soltó una risa burlona. Se puso el mandil y descubrió un reproductor de música guardado en uno de los bolsillos. Lo sacó y se colocó los auriculares en los oídos mientras veía la biblioteca de música. Era una mezcla de música clásica con power metal. Esbozó una sonrisa. Esa música no era de su agrado, pero igual podía tomarse la molestia de escucharla. Eligió la primera canción, llevaba por título Amaranth.