Y así finalizó mi aventura. Aquél vórtice me transportó a Japón. A mi Japón. Al Japón que no estaba siendo reprimido por Britannia. El Japón donde los japoneses eran japoneses y no Elevens. Volví a casa.
Los fieles fanáticos de la joven Idol se reunieron en un enorme parque ubicado en Kitanagoya, Japón. Tras su regreso luego de pasar tanto tiempo desaparecida, lo único que podía hacer era dar un concierto totalmente gratis. En especial, luego de llegar a Japón y ver los carteles de Se Busca con su fotografía, todos por cortesía de sus fanáticos. El escenario se colocó a mitad del parque donde, según sus recuerdos, había tenido lugar la última batalla en aquél Japón alternativo.
Decidí mantenerme alejada de todas las familias del Xros Heart. Claro que tuve que dejar de escapar cuando la familia Hinomoto me contactó para saber qué había sido de su hija. Gracias a Mervamon, ideé un plan perfecto. Dije que Akari había escapado de casa tras haber pasado por una experiencia traumática en el Mundo Digital. No fue difícil convencerlos ya que conocían perfectamente nuestras viejas andanzas.
Recién había terminado el número de baile más complicado de entre las canciones seleccionadas para aquél día. Estaba acalorada y tomó un respiro mientras el público aplaudía. Una rosa roja cayó sobre el escenario mientras ella tomaba un gran trago de agua.
Tuve que empezar a usar lentillas para ocultar el Geass en mi ojo derecho. Está activado casi siempre y tengo que tener cuidado de no dar órdenes a lo tonto cuando estoy hablando con alguien. Aunque, a decir verdad, fue así como convencí a mi agente de hacer una gira por Europa. Así que no es del todo malo. Otra cosa que agradezco de esos días fue que Tagiru y Nunally utilizaron también el portal de Lloyd Asplund, un par de días después de que yo volviera. Ahora, Nunally vive conmigo. Al parecer, Suzaku pensó que eso era lo mejor para ella. Y tiene razón. En mi Japón, no hay nada que pueda hacerle daño.
Les dedicó un guiño a los muchachos que gritaban en primera fila. Los saludó con una sacudida de los dedos y se preparó para el último número. Quería terminar pronto para volver a casa, donde su lisiada mejor amiga la esperaba para pasar la noche entera viendo teleseries y comiendo helado. De no haber sido un concierto al aire libre y lleno de personas, la habría invitado a estar en primera fila. Se preguntó entonces, como venía ocurriendo desde su llegada, ¿qué habría sido de Taiki y Kiriha? Desechó sus pensamientos cuando escuchó los gritos de entusiasmo de sus fanáticos.
Había pasado mucho tiempo fuera, no podía decepcionarlos.
—Para terminar, quiero cantar una canción especial —dijo por el micrófono, por un minuto se imaginó que estaba hablando a través del comunicador y tuvo que concentrarse para evitar recordar en ese momento—. La canción que escucharán la he escrito para una persona especial… No sé dónde estás —dijo, como si él pudiera escucharla o estuviera presente entre el público—. No sé dónde pueda encontrarte. Pero… Sólo quisiera decirte que tú cambiaste mi mundo.
Comenzaron entonces los acordes de la canción. Tomó un respiro y dejó que la letra dedicada a ese muchacho transmitiera todos sus sentimientos.
Kuzure ochiru boku no mae
Ni hirogaru sekai de
Tada hitori dake
Mamorubeki hito
Escuchó animarse al público. Las luces y los fuegos artificiales se encendían al ritmo de la música.
Kimi ga mitai to omou mono wo
Hitotsu demo fuyashite okitakute
Destroy the world for you!
Destruiré el mundo por ti.
La parte favorita de la canción. Deseaba que su amado pudiera haber escuchado.
Kowasu koto de shika kawaranai nara
Boku wa akuma to yobarete mo ii’nda
Kamen no shita namida kakushi
Tomo ni se wo muke