Un escalofrío recorrió la espalda de Aixa. Robó una mirada a Tae, topándose con sus dorados ojos.
– No es un juego...
– Por la forma que tienes de comportarte, a mí me parece que sí. ¿Has comprobado acaso si estás embarazada? – Preguntó Taehyung – ¿O es demasiado pronto para saberlo?
La pregunta dejó perpleja a Aixa.
– ¿Embarazada? – balbuceó – ¿Quieres decir que no usaste...?
– Cuando me dejaste llevarte a la cama, asumí que íbamos a seguir casados – Tae la estudió con sus áureos ojos pero Aixa se escabulló bajando sus pestañas. – Me dijiste que deseabas tener un hijo, así que no vi la necesidad de usar preservativo.
– Deberías habérmelo dicho.
– Deberías haberte dado cuenta tú misma. Si no te percataste, es que soy bueno de verdad – Taehyung le lanzó una mirada juguetona que resultó tan física como una caricia, pues hizo que el corazón de Aixa empezara a latir con brío – Era la primera vez que hacía el amor sin preservativo... Tengo que confesar que me gustó. Me gustó muchísimo.
Aixa todavía estaba en estado de shock por la confesión que Tae le acababa de hacer. Un sentimiento de culpa le ardía en la boca del estómago.
– No es tan fácil quedarse embarazada, ya lo sabes...– musitó Aixa mientras intentaba evitar la mirada de su esposo.
– No. No lo sé. Admito que soy bastante ignorante en ese aspecto…
– Es muy improbable que ocurra – Aixa estaba indignada por la actitud mundana y burlona con la que Taehyung estaba tratándola.
– Dame un mes. Cuando me propongo un objetivo, siempre lo llevo a cabo.
Molesta y furiosa por ese comentario, Aixa intentó callar a Taehyung con una afirmación mucho más tajante: – Estoy absolutamente segura de que no estoy embarazada – le dijo, creyendo sinceramente que en un par de días como mucho su cuerpo le daría la prueba de que tenía razón.
– Qué lástima. Entonces, por el momento, me conformaré con que uses un poco el sentido común y te convenzas de que ser madre soltera es una mala idea – dijo el secamente.
– Tengo una casa confortable y la pensión que mi tía puso a mi nombre para mi madre y para mí...
– La pensión es muy pequeña. Eso no cuenta.
– No tengo gustos caros, Taehyung. No sé apreciar el champán tan bien como tú. Además, me pondré a trabajar. En cualquier caso, tengo dinero suficiente para criar a un niño – argumentó Aixa.
– Las consideraciones materiales son sólo un lado de la ecuación. Las objeciones que te pongo son otras. Un niño necesita un padre...
– Yo me las arreglé sin uno.
– Hay quien diría que su ausencia te dejó con una muy mala opinión acerca de los hombres – dijo Tae con los ojos entrecerrados – Incluso aunque no fuera tu marido le pondría las mismas pegas a tus planes. Criar a un hijo ya es, de por sí, tarea bastante complicada para un padre y una madre, no digamos para una madre sola. ¿Qué ocurrirá si te pones enferma? ¿Y si el niño nace con alguna discapacidad?
– Ya he pensado en esas cosas – Aixa estaba muy pálida – Me las arreglaré. He pensado mucho en esto. Creo que tengo mucho que ofrecer.
Taehyung dejó escapar su aliento con un suspiro.
– Nunca me había dado cuenta de lo mucho que te pareces a tu abuelo. Cuando un Demakis quiere algo, es incapaz de mirar más allá de sus narices por pura testarudez.
– ¡No soy testaruda!– Sinceramente ofendida por la comparación, Aixa lo miró con furia – ¡No me parezco a él en nada!
– Por lo menos intenta aprender de los errores que Theo ha cometido en su propio círculo familiar. Un hijo debería tener la oportunidad de disfrutar de las ventajas de una vida en familia con un padre y un entorno convencional.
– ¿Un entorno como el que tú ofreces? – Herida por lo convencido que estaba Tae de que ella no podía ofrecer a un bebé lo que necesitaba, Aixa irguió la cabeza – ¿Tienes tanta desfachatez como para decir que tú puedes ofrecer a una mujer una vida en familia normal?
– Sí, así es.
“Tres amantes en tres países diferentes”, pensó Aixa con doloroso resentimiento. ¿Normal? ¿Convencional? ¿Cómo se atrevía a criticar su tranquilo estilo de vida en el campo y dar a entender que él podía hacerlo mejor?
– Es increíble que todavía quieras seguir casado conmigo después de todo este tiempo – Aixa le dijo enfadada– ¿Por qué eres tan reacio a concederme el divorcio? ¿Sabes lo que estoy empezando a pensar? Que, después de todo, sigo siendo la nieta de Theo Demakis...
El inteligente rostro de Taehyung se contrajo por la tensión y sus impresionantes ojos le dijeron a Aixa que no siguiera por ese camino.
– Ni se te ocurra decirlo – advirtió Tae – No me insultes mencionando su nombre.
Aixa estaba demasiado alterada como para prestar atención a la advertencia. Todos sus instintos le pedían que devolviera el golpe a Tae.
– Quizá sigues pensando que puedo serte todavía útil como activo financiero – dijo Aixa – Aunque mi abuelo siga sin hablarme todavía...
– Eché a Theo la semana pasada de mi oficina. Estaba hecho una furia por tus planes de divorcio. Pensó que le habías llamado para decírselo por pura malicia y acudió a mí para contarme que te había quitado de su testamento.
– Lo echaste de la oficina... Oh – dijo Aixa incómoda, incapaz de mirar a Taehyung, ya que estaba avergonzada por aquel golpe bajo. Lo que le había echado en cara no tenía fundamento, pensó Aixa.
Taehyung era un hombre orgulloso y su sentido del honor era muy fuerte. Él nunca se habría casado con ella por salvarse a sí mismo de la quiebra. Sin embargo, no había podido soportar ver cómo su familia se hundía en la pobreza. Y en cuanto a la noticia acerca del testamento de su abuelo apenas le dio importancia, ya que nunca había esperado que le dejase nada, dado el odio que sentía por ella.
– Como ves, no me resultas muy rentable, financieramente hablando. De hecho, creo que seguir casado contigo puede ser un mal negocio para mí, considerando lo amargado que está Theo en estos momentos – dijo Tae con los dientes apretados – Y, como ya sabes, terminé de pagar tu dote hace muchos años. Con intereses. No debo nada a Theo. Y mucho menos cuando se comporta de una manera tan descortés hacia ti como hizo el otro día.