Dios Del Arrebato

Capítulo #3.

Capitulo: Tu Nombre

Aki

"Si tan solo las flores no existieran, tal vez me olvidaría de la muerte"

En un solo momento, en un solo movimiento sus manos, sus dedos y sin olvidar la delicadeza destruyo todos esos seres sin mirar atrás con dos dagas que ni siquiera eran sostenidas por sus manos, fue tan rápido que solo escuchaba gritos de dolor y pude ver el rostro de tranquilidad de un hombre mayor que no tenia ni un rasguño a pesar de que se encontraba a solo centímetros de aquello.

-Te estoy hablando ¿Quién eres? - su cabello era largo juraba que era corto hace unos segundos era grueso, color café sus ojos del mismo color tan sencillos, tan penetrantes. 

- Déjelo señorita, no tiene sentido parece que esta en shock. - fue lo que dijo una mujer vestida formalmente que caminaba hacia nosotros.

Después de unos minutos esperando a que recuperara la voz por el miedo se me quedaron viendo fijamente. 

Había un hombre mayor detrás de ella mirándome fijamente también estaba la mujer arreglada que antes me había defendido, la chica de los cuchillos tenía un anillo color plateado, que lastima y de pronto hablo.

- ¿Cuál es tu nombre? - pregunto.

- mi nombre es Aki. - mi voz estaba ronca por no hablar en mucho rato. Bueno tal vez fue por los gritos de loca que di, algo que me sorprendió era que la gente caminaba fuera del callejón de donde estábamos como si nada. - ¿Qué son esas cosas? 

- son tenebris, salen del infierno y llegan aquí. ¿Y tu eres? 

- un humano. - les juro que mi respuesta fue seria. 

- eso es un tanto evidente. - la primer sonrisa que ella me mostró en todos los minutos que nuestros ojos habían estado conectados. - me refiero a ¿Por qué...nos puedes ver? - mientras decía eso se sentó a un lado en el suelo igual que yo lo estaba.

- ¿no debería? ¿Por qué? 

-No, no deberías. Hay cosas que ustedes no deben ver. 

- ¿y tu eres...

- una diosa para ser lo mas directa. 

- eso no existe - después de todo lo que ella había hecho y lo que me había mostrado no era tan imposible pero como ya lo dije tantas veces ella si que era linda, así que quería ver su sonrisa una vez más, así que le respondí con la sonrisa más burlona.

- Ven - extendió su mano. - será mejor que no nos quedemos aquí los tenebris tienden a juntarse y si nos rodean contigo aqui será un serio problema.

- No, no quiero, hay muchas de esas cosas. - respondí dejando atrás mi hombría que tanto me había enseñado mi padre.

- No te preocupes la mayoría de ellos son inofensivos, casi siempre. - la chica se volvió a hincar y me sonrió dedicándome una mirada tierna que todos en la vida le hemos dado a un perro pequeño asustado. - Además estoy aquí. - movió la cabeza de un lado a otro cambiando a un tono desafiante ahora se que no mentía, pero aun así negué otra vez con la mirada y la chica de atrás parecía cada vez desesperarse mas con cada palabra que salía de mi boca. - bueno pongamos las cosas más fáciles, si te quedas aquí ellos te van a comer porque yo me tengo que ir y no te voy a volver a defender. 

- Ok - también no mentía en eso se puso de pie y me ayudo. 

- Naomi, Naoki no bajen la guardia y díganme si ven algo, Natzuki ¿Cuál es la horda más cercana de tenebris? - ella después de un rato comenzó a hablar sola en voz alta, sin que ninguno de sus acompañantes le respondía. - Hana dirígete 4 kilómetros con dirección al sector 24, para asegurarnos de que la horda se desintegre como lo dijo Natzuki 

- si señorita - esa fue la primera y unica vez que ella obtuvo una respuesta de alguien, la mujer arreglada no miro ni siquiera a la chica y comenzó a caminar al sector 12. Y yo no me iba a aguantar las ganas. 

- Disculpe ese es el sector 12 y el sector 24 esta hacia allá - señale con mi dedo la dirección contraria - la chica sonrió y asintió. 

- Oh pero que distraída soy, bueno ya nada me detiene - en su boca se formó la sonrisa más tranquila y tenebrosa que jamás había visto. -adiós Aki creo que nos volveremos a ver. 

La chica y yo estuvimos hablando un rato mientras quien sabe a dónde caminábamos, la gente no dejaba de mirarme y cruzaban al otro lado de la calle para no pasar cerca de mi, algo que de verdad no dejo de sorprenderme es que yo juraba que su cabello era largo y ondulado pero ahora era corto, supongo que su locura se me ha pegado. 

- Entonces ¿solo te levantaste y comenzaste a ver Tenebris? - no lo niego ella era muy linda pero también muy rara. 

- Así es, fue horrible - conteste de una manera graciosa. - pero puedo preguntar ¿Quién eres? Tal vez ¿Qué eres?. 

- Esas son preguntas cortas con respuestas tan extensas... - sonrió mirando al suelo - ya te lo dije soy una deidad. 

- Y yo ya te dije que es no es real. 

- Entonces ¿Cómo explicas lo que paso hace rato? 

- No lo se, hoy no fue un día normal. 

- De acuerdo no pasa nada, ¿te gustan los lobos? - se detuvo casi afueras de la ciudad. 

- No. 

- Excelente. Carlos ¿me ayudas?

Y de pronto de aquel hombre mayor callado no quedo nada, un lobo era lo que tenia enfrente de mi, mi abuela siempre antes de dormir me contaba cuentos de dioses, pero ahora me doy cuenta de que no eran cuentos si no verdad oculta tras las palabras de mi abuela, su cabello comenzó a crecer a la vez que su cuerpo radiaba una luz color gris y sus ojos cambiaron de ser gentiles a ser tan profundos como un precipicio y frente a ella se encontraba un lobo si no enorme mas grande lo normal color blanco, gruñendo y apunto de atacarme. 

- Ahora lo sabes soy tan real como tus sueños Aki.




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