Dioses: Los elegidos

CAPÍTULO 28. Caminos propios y malas decisiones

La casa de Adeline se miraba y se sentía diferente. El ambiente estaba denso y estaban nerviosos, tenían un plan, pero este estaba completo olvidado al notar la oscura tiniebla que los cubría, temían de separarse y terminar bajo las oscuras manos de Seth.

—¿Cuál es el plan? — Pregunta Albert, analizando un poco la situación.

—Tal vez deberíamos de jugarle al Luigi Mansión, pero el primero; el tres no es tan divertido como el primero.

Ya ni se sorprendían de las cosas que James podría decir en el ambiente tenso. Adeline se adelanta por su cuenta para ver si aún está la entrada secreta que había comentado, cada vez que rodeaba se hacía más densa que se hacía imposible ver hacia atrás, por lo que cuando una mano la toma de la muñeca ella no evita lanzar un golpe.

—Tienes que dejar de golpear la cara de las personas — Dylan había esquivado el golpe porque sabía que ella tendía a dar en la cara con el codo.

—Y tú de asustar a las personas — Este se da cuenta de que la seguía sosteniendo con fuerza por lo que la suelta —. ¿Qué ocurre?

—No tenemos que hacer esto. Lo he estado pensado y no le debemos nada a los dioses, podemos irnos, y hacer que nada paso, en serio podemos.

Adeline lo interrumpe, porque sabía que era el miedo de él hablando.

—No me iré. Este es nuestro destino, es mi destino, y estoy orgullosa de él. Si quieres irte puedes hacerlo. Pero yo no, ya se acabó.

—¿Qué se acabó?

—El seguirte con los ojos cerrados, yo quiero seguir mi propio camino.

—ADELINE — Le grita Samuel, llamándolos. Ella corre hacia los arbustos mirando que aún estaba allí, al regresar, deciden entre todos seguir el mismo plan, todos separados entrando a la casa.

Los grupos eran Dylan, Adeline, Malek, Noah y Owen, y el resto entrarían por la parte de atrás. Adeline abre la puerta normal, mirando como las luces de su casa se encontraban totalmente apagadas. Había un olor nauseabundo, como si alguien hubiera muerto, no era que tuvieran conocimiento del olor a muerto, pero les causaba ascos. 

Al pasar por la sala, algo se activó con el paso de Noah que hizo que una flecha se clavara en una de las fotos de la familia de Adeline. Malek la tira al piso, mientras más flechas se dejan venir, Malek ponía su mano sobre la cabeza de Adeline, para evitar que se dañara. Cuando una de estas roza su piel haciendo que la sangre caiga sobre la cabeza de Adeline es que se da cuenta que había perdido parcialmente sus poderes, ahora podía sentir.

—ATENTOS ESCUCHO PASOS — Una manada de gatos con garras demasiado raras, baja las escaleras, tomando a los chicos de sorpresa cuando aún estaban en el piso. Adeline sin pensarlo mucho lanza su estela de fuego arrepintiéndose inmediatamente por el dolor que le causó. 

Los gatos eran deidades en el antiguo Egipto, por lo que no importaba que hicieran los iban a dañar. Malek no parecía tener algún efecto, por lo que este hace que las fotos y marcos que había sobre las escaleras caigan sobre ellos, esto tiene un mal efecto en todos.

Adeline siente lo frío del piso, mientras que el llanto de su hermano hace que esta recuerde a que había venido, sin importarle algo, corre subiendo las escaleras, para nada más que encontrarse con Malak quien la toma del cabello haciendo que sea doloroso para la chica, la estaba tomando desde el cuero cabelludo, arrojándola por las escaleras.

Se miraba diferente, sucia en todo el sentido. Esta tenía un vestido pegado al cuerpo color gris ella se miraba realmente consternada. 

—Hola — Su voz no era la misma, ella mira a Dylan con una sonrisa demasiado macabra para Malek era difícil mirarla de esta manera, él seguía mirando a su hermana menor, pero en el fondo no era para nada ella —. ¿Qué no estaba muerto?

—No — Sale impulsivamente de Dylan.

—Oh, entonces buena suerte — Ella comienza a mover toda la habitación. Malek trata de usar sus poderes, pero eran demasiado débiles, Adeline lo jala de la camisa hacia el salón, pero hasta allí las cosas se movían.  Era imposible que se quedaran quietos en un lado, pues las fotos salían de las paredes girando en círculos en dirección a los chicos. Noah había creado una vara para golpear las cosas que se les acercaban, era inteligente sabía que esto era solo tiempo en lo que los demás realmente planeaban algo útil.

—Adeline piensa en algo — El chico se estaba cansado de que de todas las direcciones lo atacaran mientras que Owen intentaba con el viento poder cambiar de dirección, lo que haciendo que jugará en contra de él, era una odisea, y más porque había más manos quietas que ayudando. 

—Malek ¿Qué tan conectado estás con tu hermana? — Le cuestiona Dylan.

—Eso es un mito — El chico adivinó lo que él intentaba hacer.

—Pero no para los antiguos egipcios — Reitera Adeline —. Sus poderes fueron creados con semejanza, pero al mismo contrariedad.

—Apúrense — Malek mira los ojos de Adeline, sabía que en él tenía la respuesta para actuar, este sale de la habitación, para con la fuerza que él desconocía que tenía tapa la entrada de la sala, esto para que Adeline se metiera, confiaba en ella, está encontraría la salida, siempre era así.




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