Natalia.
¡Hoy es un gran día! debo ir al instituto con mi hermana— nótese el sarcasmo; desayunamos en silencio, el ambiente está algo pesado aun, veo a mi padre y no prueba el desayuno, solo da un sorbo al café y se levanta. Me da un beso en la frente y se retira, me entristece que él tenga que soportar todo esto solo, ¿Por qué no me había hablado de todo esto y de su enfermedad? ¿Por qué llevar este sufrimiento por si solo? Amo a mi padre así no tenga su misma sangre, él ha sido lo mejor que he tenido hasta ahora.
Veo a mi madre arreglar las cosas de Minerva, aconseja y se despide con un beso en la mejilla, me duele porque nunca lo hizo conmigo. Me subo al auto sin esperarla tratando de calmar mi tristeza y solo pensar en algo más, como por ejemplo, que hoy me voy a casar con Robert, ¡me pone de nervios, pero lo hare! Estoy decidida, aunque me digan loca por el poco tiempo que he compartido con él y por no conocer a su familia, siento que lo amo y es suficiente para mí.
-Ni creas que voy andar detrás de ti como dice mi madre, no soy tu niñera, así que no te despegues de mi lado ¿Te queda claro?— dice mi hermana al entrar al auto, ruedo mis ojos y decido ignorarla.
¿Por qué mi madre quiere mantenerme vigilada? ¿Será que sospecha algo?, sacudo mi cabeza negando la posibilidad de que arruine mi día, hare lo posible para escaparme.
Llegamos al instituto y ella baja primero, al intentar bajar escucho a mi amiga emocionada.
-¡Wow! ¿Natalia? que cambio amiga— me bajo y se lleva la mano a la boca reprimiendo un grito de asombro— ¿Qué… estoy alucinando?— pasa su mirada de la de mi hermana a la mía.
-¡Ja! Gentuza— dice Minerva a mi lado—¡muévete!— me hala del brazo para que camine.
-¡Hey Espera! ¿Por qué la tratas así?— interroga mi amiga molesta.
-No te metas en lo que no te importa, mocosa— le advierte con rabia e intenta amedrentarla acercándosele de forma amenazante.
-Tranquilas, vamos a clase— agarro la mano de mi amiga y le cuento todo mientras vamos camino a clase, aprovechando que mi dulce hermana esta distraída observando todo a su alrededor, detrás nuestro.
Luego de clase vamos al comedor y aprovecho que estamos solas, porque mi guardaespaldas está en el baño para explicarle lo que mi padre me dijo que hiciera hoy.
-Es por ello que debo tratar de escaparme amiga, no tardan en venir a buscarme—termino por decirle.
-¿Estas segura de casarte amiga?— me mira dudosa— ¿no crees que eres muy joven para esto?— me insiste en que lo piense.
-Lo medite muchas veces, pero mi padre tiene razón, sería una de las formas de alejarme de mi madre y de su hija predilecta— explico acongojada.
-Bueno, en eso estoy de acuerdo, pero todavía no lo puedo creer, sé que tu madre es una bruja— suspira— no pensé que llegaría a tal extremo.
-Ni yo, pero por favor ayúdame— le suplico.
-Tengo una idea— dice de repente.
Me cuenta el plan y analizamos los contra, luego llega Minerva y comemos como si nada, nos mira como analizándonos y decido hablar de nuestras compañeras para distraerla; saca su móvil y se entretiene, aprovecho y hago señas a Ally para ir al parque, a esta hora esta concurrido y sería una de las mejores formas de escaparme de sus garras.
Al llegar al parque nos acercamos a Albert y veo como le llama la atención, como me lo dijo mi amiga. Vemos como coquetean unos instantes y decido desaparecer, voy al lugar donde me encontré ayer con Robert para buscarlo, me envío un texto diciendo que vendría a esta hora, pero no está. Me desespero un poco, ¿Qué hace que no llega? Me muevo inquieta, me siento, me levanto, ¡Dios! ¿Dónde está?
Escucho pasos y me escondo.
-¡Maldita sea!— escucho la voz de Robert maldecir y salgo de mi escondite.
-¿Qué pasa?— da un salto y voltea a verme con la mano en el pecho.
-¿Cómo es posible que estés aquí si te vi allá?— pregunta confundido.
-Tengo un rato esperándote— no cambia su expresión— es mi hermana gemela.
-No te creo, lo dices porque te vi con ese chico, me pasaste por un lado como si no me conocieras y lo que me parece extraño es ¿Cómo llegaste antes que yo?— dice pensativo.
-Cariño, créeme— me acerco pero me rechaza— nuestra madre dio la noticia ayer y la ha enviado a estudiar aquí conmigo, la verdad me enfada tanto, hasta la mando a vigilarme— sacudo mis brazos y camino de un lado a otro— ¿Puedes creerlo? ¿Acaso se volvió demente? Mi padre está sufriendo por su culpa y ahora quieren hacernos la vida imposible, cuanto odio no poder hacer algo por él, me duele verlo tan mal— hablo sin parar hasta salir mis lágrimas por la impotencia que siento— solo busca mi bienestar y yo ¿Qué puedo hacer por él? Nada, porque debo hacer lo que mi madre quiera y a su hija preferida hasta le da un beso de despedida, ¡que linda! Nunca hizo eso conmigo, yo…
-Shh— pone un dedo en mis labios— ya chiquilla, te creo, solo me moleste porque pensé que eras tú la que se besaba con ese chico, pero aquí estoy— me abraza y respiro su dulce aroma tranquilizando todo mi ser.
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Editado: 26.06.2020