Disfrutando el dulce néctar de tus labios

Capitulo XIV

Natalia

8 años después.

El tiempo pasa, así los recuerdos se van haciendo más llevaderos, las pérdidas se van superando convirtiéndose en un recuerdo que depende si son buenos o malos. La muerte de mi padre fue muy dolorosa, gracias al cielo tuve a un ángel cuidando de mí en cada momento y luego llego otro angelito que me lleno de alegría pasando los malos momentos a segundo plano.

Amo lo que tengo, mi familia, la unión y la felicidad que me brindan, juntos somos una fuerza capaz de soportar todo. Robert maneja con entusiasmo la empresa que me dejo mi padre, yo lo ayudo siendo su asistente personal, ya que no tenía conocimiento mis estudios se basaron en secretariado ejecutivo para poder ayudar a mi esposo en todo momento; por otra parte el señor Peralta se encargó de meter a mi madre a la cárcel por haberle disparado a mi padre, aunque haya alegado que era en defensa propia, nadie podría creer que un hombre tan bueno pudiera cometer algún acto delictivo hacia su esposa.

De mi hermana gemela no sabemos nada, es como si la tierra se la hubiese tragado y que decir de mi supuesto padre biológico, quien también se dio a la fuga tras la muerte del hombre que me crio.

-¿Qué tanto piensas cariño?— me abraza por la espalda sacándome de mis pensamientos.

-En lo que hemos pasado y que no puedo creer que ya nuestra Azucena tenga 8 años— doy la vuelta y le doy un beso en la mejilla.

-El tiempo ha corrido de prisa— suspira— pero me alegra que ya estés renovada— acaricia mis mejillas, me encanta cuando lo hace.

-Solo fueron unos momentos duros, pero con mis amores soy más que feliz— se acerca a mis labios, los acaricia y luego me da un beso apasionado.

-¡Hey!— lo miro con diversión al sentir un azote en mi trasero.

-Apresúrate, hay que llevar a nuestra princesa al colegio y debes ir al médico— lo miro mal— no me mires así, has estado pálida y has perdido peso, además no es bueno que tengas tanto dolor de cabeza— me da la cartera y me mira con una ceja levantada.

-Sí señor— hago un ademan militar y se ríe.

-Sabes que me preocupa tu salud— me mira con tristeza.

-Está bien cariño, iré al médico como lo prometí— lo abrazo y le doy un corto beso— aunque no quiero dejarte solo con esa secretaria, no me da confianza— le explico mirándolo a los ojos.

-Puede ser porque sea nueva y no la conoces, debemos darle una oportunidad para ver cómo se desenvuelve en el campo laboral—suspiro resignada.

-Ok, pero iré a verte después de recoger a Azucena— me agarra la mano y me da un beso en el dorso.

Así salimos todos de casa, Robert se fue en su auto para la empresa, mi pequeña y yo nos fuimos con nuestro chofer, pasaremos primero al colegio de mi nena y luego a la clínica.

-Te portas bien princesa, vendré por ti para ir a almorzar con tu padre— le doy un beso en la frente.

-Si mami, te estaré esperando— me abraza de la cintura— te quiero mami— acaricio su cabello y le sonrío.

-También te quiero preciosa— me despido de la maestra y me subo al auto.

Me quedo embelesada mirando el camino por donde pasamos, todos están camino a su Trabajo, Colegio, Universidad, entre otras cosas que deben estar pensando hacer se ven muy activos y me brindan esa energía que necesito.

-¿Señora?— me llama Rey.

-Si Rey, ¿Qué pasa?— le pregunto observando que se ha detenido.

-Le estaba diciendo que mientras usted este en consulta con el medico podría hacer algunas diligencias y me contacta cuando termine para venir por usted— me explica.

-Disculpa, estaba muy distraída, está bien ve tranquilo— bajo del auto y me dirijo adentro de la clínica.

Cuando voy cruzando la puerta me tropiezo con alguien.

-Lo siento— decimos al unísono, pero al mirarnos quedamos en shock.

Mi hermana está aquí, por lo que veo está embarazada, no ha perdido su belleza y su buen gusto para vestirse.

-¿Cómo has estado?— me pregunta ya que de mi boca no sale palabras.

-Eh, yo…— no sé cómo actuar ante esta situación, ya que en ese entonces no me agradaba tenerla cerca— bien y ¿tu?— intento ser buena.

-Estoy bien, por lo que ves embarazada— acaricia su vientre que está un poco abultado— no has visitado a mama, ¿verdad?— suspiro para no descargar mi ira y gritarle tantas cosas— esta arrepentida, quiere pedirte disculpa, ese día solo discutieron, no sé en qué momento llego un arma a sus manos, pero mi padre se había ido molesto con ella luego de que te llevaran al hospital,  lo llamo con la excusa de que querías conocerlo, ella te ataco ferozmente, él estaba triste…— levanto mi mano para interrumpirla.

-No creo que sea mejor momento para hablar de ello, debo ir a consulta— no quiero rechazarla de mala manera, después de todo es mi única hermana y me vendría bien aclarar las cosas.




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