Me volteé de cara a la puerta, aún de rodillas la embestía con todas mis fuerzas en mi desesperado intento por salir de aquel lugar. A pesar de lo aterrorizada me encontraba en aquel ambiente cargado, lóbrego, frío. Acompañado de la lluvia que azotaba con ímpetu las ventanas. Aquella tormenta se convirtió en una eléctrica dando paso a los rayos y truenos. Junto a aquellos destellos rojos que apuntaban fijamente a mi lugar, la iluminación de segundos de la tormenta. Me permitió divisar a aquella criatura, no se distinguía, más pude ver su silueta, una silueta humanoide, femenina y grande.
Mi ritmo cardíaco había aumentado a tal punto, que pensé que mis latidos cesarían, aquella criatura se estaba arrastrando, lo puedo decir por aquel sonido que producía. Era tenue pero audible, entre la tormenta y sus mecánicos pasos pesados. Cerré los ojos con fuerza, deseando despertar de esta horrible pesadilla cuando los abriera.
Silencio, la habitación regreso a su temperatura "normal" a excepción de ese fresco otoñal que se colaba por las ventanas aun abiertas. Era, como si hubiese sufrido alguna clase de alucinación por agotamiento o tal vez en el peor de los casos, un primer episodio de esquizofrenia. Solté un largo suspiro e intente calmarme un poco sin éxito alguno, me posicione para levantarme y al momento en el que parpadee -Olivia-. Un rápido, pero siniestro susurro en mi oreja izquierda, hizo presencia junto con un olor fétido a descomposición, proveniente del lado contrario.
No tuve el valor de girarme a ninguno de los lados, estuve así durante unos segundos, hasta que decidí hacerlo. Nada, absolutamente nada. Solo los grandes ventanales que daban hacia la solitaria calle iluminada por unos pocos postes de luz, sacudí mi cabeza. Con el corazón en la mano y el cuerpo tembloroso, me levanté. Exhausta, me acerqué a un mostrador cerca de mí, donde se encontraba mi pequeña mochila, la recogí y me la coloque en la espalda, torne a la salida. Fue entonces que unos pasos se aproximaban a gran velocidad, mi instinto de supervivencia me hizo correr lo más rápido que mis piernas podían hacia la gran puerta de cristal reforzado.
- ¿¡Por qué no abres puerta de mierda!? - Dije histérica en un llanto aterrado, una vez más el silencio inundo el lugar y solo las gotas y mi agitada respiración eran presentes. Mi vista fue dentro de la casa mientras las lágrimas recorrían mis mejillas, encontrándome con aquella criatura a unos metros de mí, que mantenía una sonrisa diabólica en su cara, cerré mis ojos, comencé a rezar en sotto voce, pero fue callado por un fuerte golpe a unos centímetros sobre mí, cosa que hizo que me abalanzara hacia delante, cayendo frente a aquella cosa que a su vez desapareció en la oscuridad. Mi corazón y mi mente estaban al límite, giré mi cabeza hacia mis espaldas.
Ahí fue cuando la vi... Mi querida amiga, mi compañera. Ahí yacía su cadáver, mi cuerpo giro de una forma brusca quedando frente a ella, en shock sentí como algo dentro de mí se despedazaba.
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Mientras Olivia en su estado de shock había desconectado todos sus sentidos, una sombra se alzó detrás de esta, y en un abrir y cerrar de ojos la chica había desaparecido, solo dejando atrás las llaves con las que debía cerrar el local...