Sentía el cuerpo pesado, me sentía frágil. La cabeza me daba vueltas y mis ojos veían borroso. Un olor a putrefacción y humedad ahondaba mis fosas nasales. Restregué mis ojos en un intento por ajustar mi visión a la penumbra, a la que parecía estar sometida, mientras mi vista por fin comenzaba a adaptarse, el frío calaba cada vez más, el suelo del cual me había desperezado estaba helado, y la pared donde había apoyado mi espalda también, fue entonces que note el cambio de mi atuendo. Ahora solo vestía con mi ropa íntima y una fina camisa blanca de botones algo sucia, con manchas carmesinas apenas visibles. No puedo recordar en que momento sucedió esto. Un zumbido en mis oídos, se sumó al malestar que sentía. Mi vista volvía a tornarse negra.
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¿Cuánto tiempo ha pasado desde que perdí la consciencia hasta recobrarla? No lo sé, no puedo saberlo, no hay un reloj, ni un calendario, nada. Me encuentro sola en esta maldita habitación oscura de paredes blancas.
He intentado levantarme una y otra vez para explorar la habitación desde lo alto, pero me es imposible. No tengo fuerzas. A duras penas pude alcanzar la pequeña mochila que llevaba conmigo... Aquel día...
Solo recordarlo me eriza la piel, me hace sentir escalofríos y observada. Cuando abrí mi mochila me encontré con la grata sorpresa que estaba intacta o eso creía hasta que, intente alcanzar mi móvil, el cual, para mi mala suerte, ya no estaba. Sentí mi corazón dar un vuelco.
Tengo miedo, mucho miedo. Quisiera ser optimista. Pero no lo consigo es una situación desalentadora. Tengo hambre y frío. Creo que ahora solo estoy escribiendo sin sentidos con la poca iluminación que hay.
Este lugar pienso que pertenece a la tienda, alcanzo a ver unas pocas muñecas, específicamente, marionetas; en una repisa. También hay un gran armario con puertas de cristal que ocupa bastante espacio de esta estrecha y lúgubre habitación, no me es visible que se encuentra en su interior, pero parecen haber unos garabatos inscritos.
Pocas cosas hay aquí, además de las ya mencionadas en una esquina superior hay lo que parece ser una pantalla antigua. Eso es todo lo que puedo describirles. Diría que lo más llamativo es la falta de una salida y la presencia de manchas apenas visibles en las distintas superficies.
Escribir está siendo mi consuelo, mientras hago esto, mis ojos recorrieron una vez más el sitio ahora notando unos ganchos raros en cada esquina con forma de corazón o al menos es lo que parecen.
El silencio poco a poco comienza a ser interrumpido por un sonido que no conozco. Comienzo a sentir que me falta el oxígeno, mi visión se está tornando borrosa... ¿Alguien... Viene?...