Reino SongMoon
En las lejanas tierras de Acteck, justo a inicios del inmenso desierto se encuentra un lugar ambivalente, puede ser mágico de noche cuando miras hacia el cielo y te encuentras con un hermoso techo lleno de estrellas, la más importante de ellas es sin duda la luna, pero puede ser también el mismo infierno cuando de día el sol se apodera de él causando que la tierra que pisas sea completamente caliente y áspera. Hay una frase que dicta que si estas en el desierto jamás hay que tener miedo cuando este oscuro por que en dicha oscuridad salen las estrellas.
Este reino está gobernado por el rey Truman, el último descendiente de la línea "Abjirla". Fue criado y educado lejos de Acteck para que cuando cumpliera los 25 años de edad regresara a gobernar SongMoon. Desde que llego al trono por primera vez ha cumplido los estándares del linaje "Abjirla", es un hombre sereno, centrado y con un sentido de justicia bien establecido, ha ganado popularidad al guiar al reino de manera intachable. Castiga a quien en verdad lo merece y premia a aquellos que le demuestran fidelidad. Los pobladores siempre rumorean que el Rey Truman en una persona muy buena, pues nunca es egoísta y siempre está pendiente de ellos.
El reino SongMoon está siempre bien vigilado y cuidado, no solo por soldados, sirvientes y la guardia real del país, ya que existe un famoso "Abkerem" que cuida la salud de todas las personas en el Reino, especialmente al Rey en posición. Este "Abkerem" a quien todos acuden y quien el mismo rey ha decretado como su mano derecha y mejor amigo es Tahiel, un chico de 23 años, nacido en ese lugar y criado en buenos valores para servir lealmente a su país y reino. Él es muy noble, fiel y servicial, con un alto sentido de Justicia y Valentía.
El último Abjirla y el famoso Abkerem han sido amigos desde adolescentes, pese a llevarse 2 años de diferencia, han compartido varios momentos juntos, tristes y alegres. Una vez Truman caminaba cerca de un pequeño pozo cuando salía a visitar al pueblo y verificar que todo estuviera bien con ellos, hasta que, un grupo de niños lo empujaron por accidente provocando que Truman cayera a dicho pozo y fue precisamente Tahiel quien lo salvo, no solo lo saco de ahí también le dio primeros auxilios y lo cuido hasta que recuperara completamente su salud. Desde ese día Truman decidió darle privilegios a él y su familia y entre ellos estaba ser su mano derecha, con el paso del tiempo se hicieron mejores amigos y entre ambos toman decisiones acertadas para el bienestar del reino SongMoon, decisiones que hasta el día de hoy han dado buenos resultados.
—¡Abjirla! —dice una voz imponente—¿Alguien sabe dónde se encuentra nuestro soberano Abjirla.
—Está en una importante reunión, no puede ser molestado para nada en estos momentos—responde un sirviente inclinando la cabeza
—Nuestro Abkerem necesita de su presencia en el salón principal, es urgente hablar con el
—No puedo hacer nada, lo siento mucho—responde aun sin levantar la cabeza
—¡ChanKai! No puedo esperar demasiado por él, tendré que romper las reglas solo por hoy sin importar las consecuencias—dice mientras hace una lado al sirviente de manera brusca
Desde dentro el rey Truman pudo escuchar los murmullos que se estaban generando ahí afuera, así que antes de que el guardia entrara, el actuó primero y abrió la puerta de par en par. Quería saber que era lo que estaba ocurriendo.
—¡¿Qué está pasando aquí?! — pregunta Truman con gran curiosidad.
—¡Jahbla! Soberano Rey — responde el guardia real mientras pone su mano derecha en el pecho a manera de respeto—pido su perdón por tal actitud pero es de suma importancia para el Abkerem Tahiel hablar con usted, al parecer tiene que ver con el reino.
—No se preocupe, agradezco que viniera de inmediato.
Pronto el guardia real junto al Rey abandonaron el cónsul donde se llevan a cabo todas las reuniones del reino y se pusieron en marcha hacia el salón principal. Ahí estaba Tahiel, tan impecable como siempre.
—Mi buen Abkerem, ¿Cuál es el motivo para hablar conmigo tan insistentemente? —dice Truman tomando asiento en un gran sillón de terciopelo negro
—Estimado Rey— se inclina mostrando respeto— ¿me permite tomar asiento junto a usted?, mis pies me duelen a morir, camine desde mi casa hasta aquí, el camino fue pesado gracias al brillante sol.
—Permiso concedido Tahiel—responde con un pequeño golpe en su hombro— ya te dije que no es necesario que me pidas permiso para este tipo de cosas, eres libre de sentarte donde quieras, menos en mis piernas—dice finalmente con una pequeña risa.
El Rey Truman tenía un buen sentido del humor siempre, su carácter pasivo con aquellos que apreciaba y quería era una de sus virtudes pero también una de sus debilidades ya que podrían usarlo en su contra. Tahiel era su mejor amigo y le parecía gracioso hacerle bromas así, ya que él también se las hacia constantemente. Parecían niños chiquitos cuando estaban juntos.