Capítulo 14

Era la primera vez que los veía actuar de manera tranquila, no hubo gritos, no hubo disturbios, se miraban unos a otros con miedo, pude ver que Eris trago saliva, su mandíbula estaba tensa.

—  Fausta, nos vas a disculpar pero sabes cuál será nuestra respuesta, absolutamente no, no queremos a esos monstruos con nosotros

—  Sé que son peligrosos pero es justamente por esto que lo digo —  Me miraron extrañados —  Hay gente que merece vivir aquí, las mujeres son secuestradas para ser prostituidas, cuando dejan de servirles las asesinan y las lanzan a alguna fosa clandestina o en alguna carretera, incluso desnudas, los niños y bebes están desaparecido para mercado negro, hombres de bien en prisiones pagando crímenes que no cometieron, personas condenadas a la discriminación por ser diferentes, todos ellos son especiales, candidatos para vivir entre nosotros y gozar de nuestro universo ¿Por qué no hacerlo?

—  Porque son violentos Fausta, si, quizá un hombre este en prisión siendo inocente en este momento ¿Quién te asegura que no va a discriminar? Puede ser un hombre trabajador pero recuerda que en este universo somos una mezcla de especies, orientaciones sexuales, religiones y mucho más en masa ¿Estarán ellos dispuestos a tolerar eso? Quieren imponer lo que ellos quieren y lo siento mucho pero no voy a someter a mi gente a ese trato, mi respuesta es no —  Comento Eris

—  Mi respuesta es la misma —  Respondió Asteria —  Son crueles, aquí hemos alcanzado algo semejante a la paz y no vamos a permitir que los humanos vengan a querer imponer sus creencias, su religión, sus gustos y sus ataques —  Wogrilng me observo, movió la cabeza de izquierda a derecha 

Todos se negaron, estaban por marcharse cuando alce la voz, sentí que me rompía —  Hay dos humanas que acabo de recibir para que sean mutantes —  Tomaron asiento nuevamente

—  ¿Porque? —  Cuestiono Ares

—  Sienten el mismo miedo que ustedes, una madre e hija que solo tratan de huir del caos, solo quieren recuperar un poco de esa paz que les fue arrebatada —  En la mesa apareció un holograma de ambas frente a ellos, todo controlado por Rigel

—  ¿Son ellas? —  Cuestino Wogrilng, asentí —  La mujer luce muy demacrada

—  No gusta de comer o dormir, no desde que sabe que tiene una oportunidad que vivir aquí —  Se alarmaron —  No ha visto nada aún, solo sabe que estamos muy lejos de su dimensión

—  Estupendo, le explicaste sobre las tres dimensiones —  Comento Ares molesto —  ¿Por qué lo hiciste? Es peligroso, ellas no so mutantes, no son de los nuestros

—  Esto es justo lo que estoy tratando de hacerles ver, ellas dos están en peligro, su vida está en riesgo y podemos salvarlas, darles una buena vida, una donde el dolor no exista

—  ¿Quién te asegura que no es como ellos? Si, puedes revisar que no tenga antecedentes de violencia pero ¿Y la discriminación? Ya lo dijo Eris antes Fausta, no conocen el respeto, quieren someter bajo lo que ellos consideran correcto, creen que pueden llegar a un lugar, matar a los animales que sean necesarios, destruir la naturaleza si así lo desean, matan y no sienten un poco de empatía por el dolor ajeno, lo siento pero sigo sin estar de acuerdo contigo —  Comento Adar, gobernante de Py, planeta a 20.000.000 años luz de nuestra galaxia, su piel verdosa brillaba con los rayos de luz

—  Por favor, considérenlo

—  No sabemos cómo son Fausta ¿Qué pasa si ven un cruce de especies? ¿Qué nos dirán a nosotros? Tú sabes que para ellos somos asquerosos, creen que son la especie superior y la que merece gobernar el mundo ¿Qué pasa si grupos extremistas nos descubren? Querrán tomar esto para ellos, dime ¿Vale la pena el riesgo por una cuantas personas?

—  No hay manera de que puedan hacer algo en nuestra contra, somos mutantes, ellos unos simples humanos, frágiles, su ambición no les permite llegar lejos ¿De verdad creen que pueden atacar?

—  La mayoría ha dado su respuesta y es no Fausta, no queremos convivir con ellos, no nos interesa, son la peste y a nosotros no nos importa si se pudren en el infierno que ellos mismos han creado

—  Si me permiten —  Hablo Rigel cuyo brazo izquierdo era abrazado por Europa —  Sus majestades, señorías… estamos siendo egoísta y de un modo semejante… actuamos como ellos, siendo indiferentes al dolor ajeno

—  No entiendes el problema —  Comento Orión molesto

—  Quien no lo entiende eres tú, esa mujer pidió quedarse aquí ¿Has visto a Estela? —  El semblante de Orión cambio —  Exacto, está sufriendo, esa mujer que ven ustedes ahí no pidió quedarse aquí por ella, lo hace por su hija, para mantenerla a salvo, está dispuesta a someterse a cualquier cosa si le brindamos protección a su hija