Capítulo 17

Toco varias veces el timbre mientras daba pequeños brincos de emoción, el solo se limitaba a mirarla recargado en la pared con una sonrisa.

—  ¿Por qué me ves así?

—  Ya tenía mucho tiempo que no veía esa alegría

—  ¿Cómo no estarlo? Salvamos dos vidas y ya quiero ver la casa que escogerán, eso siempre me emociona

—  ¿Por qué nunca compraste la tuya?

—  Porque desde el inicio ingrese a la Guardia Rigel, eso lo sabes, además, no soporto la soledad

—  ¿Tu abuela te sigue culpando por lo que paso?

—  No pero es mejor dejar las cosas así, ella piensa de una manera muy diferente y no tiene sentido discutir con ella —  Dio un paso hacia ella

—  ¿Si entiendes que no fue tu culpa? Que lo que ellos hicieron fue solo responsabilidad de ellos, tú eres solo una víctima más ¿Cierto?

—  No uses la psicología en mí, por supuesto que sé que no es mi culpa, sé que yo no busque lo que paso y que no soy una mártir —  Rigel acaricio su mejilla pálida —  ¿Qué?

—  Nada —  Después de eso la puerta se abrió haciendo ambos se separaran

—  Ay, lo lamento, no quería interrumpir, nosotros podemos…

—  No interrumpieron nada —  Continuo Rigel —  ¿Ya están listas? Sera un día largo, tendrán que escoger una casa y los muebles y toda la decoración

—  No olvides que tendrán que comprar ropa también, esa ropa es muy… humana y eso no va con los mutantes así que andando —  Dijo emocionada Europa

—  Pero ¿Vamos a hacer todo eso hoy?  

—  Tranquila Claudia, lo primero será la casa y los muebles, lo demás vendrá después —  Comento Rigel

—  Disculpen, —  Los tres bajaron la vista, era Carmen —  ¿Por qué no puedo entender los canales de televisión? ¿Están en otro idioma?  —  Europa se colocó en cuclillas para poder hablar con ella

—  Si, nuestro idioma no es el español o el inglés o el portugués o francés o italiano, nosotros tenemos un idioma propio y ustedes podrán hablarlo pronto, claro, una vez que estén mutadas

—  ¿Qué es la mutación?

—  Un programa implantado en su cabeza y a nivel celular, se vuelve parte de nosotros

—  ¿Y hace la diferencia entre ustedes y nosotros?

—  Tengo tanta fuerza que si yo lo deseo podría aplastarte la cabeza con tan solo presionarla un poco contra la pared

—  ¿Cuánta fuerza?

—  La que usas cuando abres una botella de agua, no es mucha ¿Cierto? —  Carmen negó —  No tengan miedo de nosotros, no nos atacamos, tenemos la mutación como protección y porque al crear este lugar somos merecedores de no ser humanos, ser algo más

—  ¿Ustedes son humanos? Bueno ¿Eran humanos?

—  Si, yo provengo también de La Primera, Rigel proviene de Lupus

—  ¿Qué es Lupus?

—  Basta niña, deja de ser tan preguntona

—  Esta bien Claudia, Lupus es una dimensión, Rigel viene de ahí —  Volvió a erguirse —  Y Claudia, a todo esto ¿Ya decidieron en que ciudad vivirán?

—  Revisamos el mapa, es un país muy grande

—  Otra vez a sufrir con las clases de geografía —  Todos rieron

—  Te será mucho más fácil aprender una vez que seas mutante —  Comento Rigel —   ¿Qué ciudad será?

—  Rungita, según vimos es una ciudad tranquila, casi parece un pueblo, no somos muy amantes de las ciudades grandes —  Europa y Rigel se miraron

—  Esta bien, si es lo que quieren, vamos a buscar a la agente de bienes raíces, Liria ya no podrá asesorarlos pero si una ex compañera de trabajo que vive en aquella ciudad, es un lugar muy bonito, tranquilo y lejano, nosotros los llevamos hasta allá

—  Pero está un poco lejos de la ciudad

—  ¿Tomamos una capsula bala? —  Pregunto Europa a Rigel —  Nos dejara ahí en media hora

Dos horas más tarde se encontraban descendiendo de las capsulas, Claudia lucia mareada, Carmen por el contrario estaba encantada, ahí decidieron rentar un automóvil, la pequeña gritaba de emoción por estar dentro de un automóvil que podía volar, no paraba de hacer preguntas sobre la fundación de Casterbell y sobre Fausta y el cómo funcionaba toda la tecnología, Claudia detestaba la adrenalina así que prefirió permanecer con los ojos cerrados hasta que aterrizaron frente a la oficina de la vendedora de bienes raíces. La mujer con albinismo llamada Cuarzo les atendió amablemente, cuando les dijeron el motivo les llevo a una amplia habitación con paredes blancas, en su mano un cristal con botones digitales.

Claudia se quedó sin palabras, la habitación estaba diseñada para recorrer las casas en realidad virtual, giro a su alrededor, todas las casas eran hermosas y de gran tamaño,

—  Yo no puedo pagar por una casa así

—  ¿Cómo? —  Pregunto divertida Cuarzo —  ¿No le explicaron el sistema de nuestra dimensión cuando ustedes llegan? —  Negó —  Usted será ayudada por el gobierno hasta que comience a poder generar dinero, no tiene nada de qué preocuparse