Él profesor escribe en la pizarra unos ejercicios, mientras que todos escriben, igual yo.
Escribo las ecuaciones y miro a mi compañero que esta durmiendo. Se le llega a caer la baba.
—Baboso... —susurro.
Desvío la mirada y sigo anotando. Miro a Ilarien y esta está anotando todo en su cuaderno. Miro a Abdiel y este ya esta que se queda dormido. Lo entiendo, no se le da eso de matemáticas.
La campana suena y todos suspiran. El profesor termina de escribir ecuaciones y nos miran.
—Para la próxima semana, quiero esto listo. Pobre de ustedes si llego a descubrir que se copiaron, o sino los repruebo. —guarda su plumón en su bolso y sale de la sala mientras que mis compañeras suspiran...
Apuesto que mas de una quiere acostarse con el pobre profesor Telier, que así se llama.
Guardo mi cuaderno en la mochila y la cuelgo detrás de la silla no sin antes sacar mi Pingüino y mi yogurt para comermelos. Miro a mi compañero y este sigue durmiendo. Me levanto y ordeno la silla. Voy donde esta Ilarien y la espero.
Le decimos a Abdiel que vamos a estar en él baño. Este asiente y vamos en busca de los baños.
Los encontramos y entramos. Me meto a un cubículo y sierro la puerta. Me bajo el pantalón y trato de no sentarme en la taza.
Es por los millones de infecciones que puede tener, a parte todas hacen a qui y no se si tienen enfermedades vajinales. hago pipi y luego saco confort, me seco y me subo mis calzones y luego mi pantalón.
Salgo y me lavo las manos. Miro y no veo a Ilarien.
—¿Amiga, estas ahí? —seco mis manos en mi ropa porque no ay toalla nova o algo para secarmelas.
—Si, estoy cagando. —hago una mueca y río.
—¿Te sentaste, sierto? —me apoyo en el lavado.
—No tuve otra opción —escucho como saca confort para limpiarse.
Luego de unos segundos sale y se lava las manos.
—¿Recorramos el colegio? —le pregunto.
Estoy muy aburrida, demasiado diria yo.
—Okey
Caminamos por los pasillos y luego descubrimos que ay una mini plaza. Ay un arbol enorme y sesped, columpios y unas maquinas.
Bamos donde esta él gran arbol y nos sentamos. Creo que nadie viene para aca, esto esta desierto y todos los alumnos están en él otro patio.
—Que relajante... —me apoyo en el tronco del arbol.
Saco él Pingüino y le comparto a mi mejor amiga. Nos cominos él pingüino y él yogurt lo guardo para Abdiel.
Suspiro.
Me apoyo en él tronco y sierro los ojos. De repente siento que alguien me tapa los ojos.
Esas enormes manos, esas venas que resaltan...
—Abdiel —abro los ojos.
—¿Como supiste? —se sienta al medio de nosotras.
—Como que no te conosiera. —ruedo los ojos.
—Chicas, este lugar es solitario y muy tranquilo. Ahora en adelante, este sera nuentro lugar favorito. —sonrio.
—Claro que no —mis ojos se topan con tres chicos que viene caminando asia nosotros.
Ruedo los ojos y me cruzo de brazos sonriendo.
—¿Y quien lo dise? —alzo una seja desafiándolos.
Como dije, se acabo la chica dibilucha, la que se queda callada y la pasan a llevar como quieren.
—Yo —mi compañero de puesto se deja ver.
Si es...
Me cae mal. Son los típicos chicos que se creen dueños de todo, los que pueden hacer lo que quieren, los que rompen las reglas, los que se creen malos, los que son mujeriegos y no son mas que un par de iditas. Engreídos y completamente estúpidos.
—Pues me vale si eres tu o no. —lo miro a los ojos.
Yo no soy asi. Yo siempre soy alegre y sonrio, pero esta vez alguien hace que me convierta en esto.
—Pues a mi me vale que te vale. Nosotros llegamos primero y por lo tanto, este es nuestro lugar. Asi que andate por donde viniste.—se acerca mas a mi y me desafía.
Miro a los otros dos chicos y estos sonrien.
Siento mis ojos quemarme y se me dibuja una sonrisa en los labios. Ella...ella se a poderado de mi...
Sigo mirando a los dos chicos y estos retroceden asustados. Sus caras son de confusión y eso me hace reaccionar.
¿Pero que carajos?.
Mi sonrisa desaparece y veo que mis amigos tambien están confusos. Mi amigo se da cuenta de la situacion y se levanta tomandome del brazo. Me levanto y Ilarien hace lo mismo.
—F-fue un gusto, es todo suyo. —y me empieza arrastrar.
Escucho como los dos chicos me susurran:
—Rara...eres un fenómeno. —paro en seco y mis ojos se llenan de agua.
Me volteo y le pego una cachetada a uno de ellos. Mis amigos me sostienen antes de pegarle otro al otro chico.
—Buelvanme a decir asi, y les juro que les parto la cara —le doy una mirada rápida al chico que se sienta conmigo y este frunce las cejas.
Me volteo y camino con mis amigos detras mio. Ilarien saca de mis volsillos una caja de pastillas, saca una y me la da.
Ni siquiera se que es, solo se que me la tengo que tomar y esto hace que me relaje. Me la trago sin agua.
Camino mas lento.
—¿Que fue eso? —me dice Abdiel.
—Yo...
—¡Estuviste increible amiga! —me abraza Ilarien.
—¿Tambien lo escuchaste? —la miro.
—Claro, ya estaba que les pegaba. Pero tu...tu estuviste excelente, te felisito. —me abraza nuevamente.
Abdiel hace lo mismo y caminamos a la sala para la segunda clase.
Llegamos y cada uno se sienta en sus puestos. Veo las materias y me toca lenguaje. Saco el cuaderno de lenguaje y el estuche tambien.
Todos los alumnos van llegando y luego la profesora. Nos saluda y empieza a escribir en la pizarra.
Pero unos toques en la puerta, hace que la profesora suspire y deje de escribir. Abre la puerta.
—Pasen —entran los tres chicos y me miran como un bicho raro.
Les sonrio y se sientan en sus puestos.
Él chico que estava en la direccion se sienta y saca su cuaderno. No le presto atención y me dedico a escribir.
—Oye... —me susurra de repente.
—Mmm —no dejo de escribir. Puedo hacer dos cosas a la vez, escribir y hablar.