Maratón 1/2
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"No te escaparás tan Fasil mente de mi...Kassia."
Esas palabras se reproducen constante mente, y la verdad es que me dio un poquitín de miedo.
¿Quien es ese tipo? ¿Porque tengo el presentimiento de que lo conozco de alguna parte?
Mi pobre cerebro no puede con tanto.
Me como mi último pingüino y Abdiel me mira como diciendo que quiere más.
—Si piensas que te daré más de mis pingüinos, estas completamente equivocado. Aparte tengo que ir al super, necesito más pingüinos. —eso último lo dije más para mi misma.
Abdiel hace un puchero y de reojo veo como Ilarien lo mira de una forma...diferente.
La miro y está aparta la mirada de Abdiel y me mira.
Niego y suspiró.
Hace media hora que me tomé la pastilla, si no tengo la inyección, puedo tomar una pastilla, dura por unas horas pero no se como se llama.
El timbre suena y veo la hora en el reloj. Mi padre a llegado. Me levanto y voy abrir la puerta.
—Hola pa... — lo saludo y este me saluda con un beso en la mejilla. Veo que tiene una caja en sus manos y está en vuelta en papel de regalo.
—Te traje un regalo —sonrió y cierro la puerta detrás de mi.
Me tiende la caja que es mediana y lo miro con una sonrisa.
—Gracia...
—Ábrelo —asiento y le sacó el papel de regalo.
O...por...Dios...
Es la muñeca que siempre quise.
Mi sonrisa se vuelve más grande y abrazo a mi padre. El se queja, pero no pienso soltarlo.
—Muchas gracias... — la beso la mejilla.
—Ya ya ya, mucho cariño. —me separo y veo mi muñeca.
Es completamente hermosa. Tiene un vestido de color rosa, dos trensitas a los lado...¡es perfecta!
Le doy un beso a mi muñeca y la abrazo como si fuera una niña pequeña.
Abdiel e Ilarien aparecen y papá los saluda.
Pero los chicos dicen que tiene cosas que hacer, así que se van.
—Me encanta tu muñeca, más bien nuestra muñeca... —
Ella...de nuevo ella...
Como dije, la pastilla no es 100% segura. Papá me nota y ve la hora en el reloj de su muñeca.
Me toma de la mano y me lleva a su despacho, que por sierto siempre está cerrado. Entramos y me siento en el sofa con la mirada perdida.
Recuerdos vagos pasan por mi mente como rayo y mis ojos se mueven de un lado a otro. Siento como mis manos tiemblan.
—No te preocupes, todavía no es la hora, pronto me aré dueña de ti y matare a todos tus amigos, no. Mejor dicho los matarás tu, igual como lo hiciste con tu madre...
Inconcientemente me empiezo a golpear la cabeza con mis manos echa puño y grito.
—¡Detente!! ¡Papá! —no veo a mi padre por ningún lado. Me tiro al suelo y de pronto dejó de gritar.
Una capa de oscuridad me nubla y la veo. Una mujer completamente de negro, como si fuera la muerte me mira con esos ojos tan peculiares. Son de color negro oscuro, pero sus pupilas son rojas. Los mismos ojos que se me colocan cuando pierdo la razón. Su cara no la veo, pero si sus ojos y su cuerpo. Mi cuerpo se mueve sólo y empiezo a caminar hacia ella. Veo sus labios y me dice algo que no logró decifrar.
Cada vez estoy más serca de ella y no puedo impedirlo. Es una maldita atracción que tengo hacia esa cosa...que parece la muerte.
No me doy cuenta asta que estoy descalsa asta que mis pies tocan algo frío y elado. Inertemente miro hacia bajo y ahogo un grito. Ahora si que tengo miedo, esto no me puede estar pasando a mi...no a mi...
Sangre, mucha sangre sale de los cuerpo. Abdiel está tirado en el piso y una cuchilla está enterrada en su corazón mientras que su cuello es degollado. Lloro al ver la ecena y no hay nada, pero de repente ya no siento absolutamente nada. Pasó mi dorso por mis ojos y sacó las lágrimas. Siento algo elado en mi interior y mi corazón ya no siente nada.
Me agachó y pasó mi mano por su cuello y está queda llena de sangre. Miro la sangre en mi mano y abro la boca. Sacó mi lengua y la pasó por mi mano llena de sangre. Una satisfacción inunda todo mi ser y me dan más ganas de saborear la sangre.
—Ayuda... — escucho una voz de mujer y levanto la vista.
Veo Ilarien que es atacada por algo raro y sonrió. No me causa ninguna emosión está escena, de echo la disfruto.
Me hacerco a ella y estiende la mano, la miro y sonrió. Su cara es de terror puro y eso me gusta. Giró mi cabeza y veo a esa mujer que parece la muerte y me sonríe.
—Todo esto tendrás si me apoderó de ti; ya no sentirás nada, no lloraras, no sufriras más y serás la ama. Ya no le tendrás miedo a nadie y aras todo lo que se te pegué la gana, tu sólo déjate llevar y tendrás mucho poder...
Sus palabras me llegan a mi y yo sólo sonrió.
—¿Y que recibirás tu? —le pregunto.
Ella sonríe. No la veo, pero si lo siento.
—Quiero mi libertad total; tu serás mi huésped y yo será la que maneje todo.
Proceso sus palabras.
¿Será esto correcto?
—Tal vez si, tal vez no, tal vez, puede ser... —la miro. —puedo leer tus pensamientos. —asiento.
Miro a Ilarien que todavía agoniza y la sed de sangre y carne fresca me controlan, asique abro mi voca y la muerdo arrancandole un gran pedazo de carne. Ella grita y su grito es satisfactorio. Nunca jamás en mi vida me sentí tan diva.
Ella agonisa y no ago nada. La criatura que estaba con ella hace unos minutos, se me acerca y tampoco puedo verlo.
Sus ojos son negros también y sus pupilas son rojas. Sonríe y sus dientes tienen sangre. Un escalofríos recorre toda mi espina dorsal y sonrió también. Me extiende la mano y se la tomo.
Veo sus tatuajes y...es el chico raro que me llamó por Kassia...
-Bienvenida Kassia...