Jungkook
Durante el recorrido hacia el lago, descubrí que a Sae no le gusta los animales, a pesar que algunos son muy inofensivos.
Mientras llegábamos al lago, se cruzaron muchos recuerdos de cuando era niño y estaba acompañado de mi padre. Me embargó un sentimiento de profunda tristeza y rabia a la vez. "Estoy con la hija de la persona que mató a mi padre" . Esa idea inquietó y estremeció mi mente. "Aún no me olvido del propósito de todo esto y ella no debe darse cuenta de mi plan, aunque me sienta confundido algunas veces". Entonces, me dejé llevar por mis emociones y le compartí algunas vivencias mías.
Mis pensamientos y mis recuerdos desaparecieron cuando Sae cogió mi brazo. Un cosquilleo pasó por todo mi cuerpo. La miré fijamente y pude ver cómo ella se iba sonrojando al igual que yo. En ese instante, me acordé que había cogido una mariquita en mi otra mano.
"Tengo una idea" -pensé.
Me acerqué un poco más y ella cerró sus ojos herméticamente. Coloqué silenciosamente aquel insecto sobre su cabello.
-¡Sae, ¡hay algo en tu cabeza! -No pude disimular un fugaz sonrisa en mis labios.
-¡¿Qué?! -se puso de pie y empezó a mover la cabeza- ¡Ahhh! ¡Sácamelo! ¡Sácamelo! -gritó.
No podía parar de reír, pero me detuve asustado cuando empezó a retroceder demasiado. La cogí de la cintura, pero era demasiado tarde. Caímos juntos al lago y no la solté, pues temía que se ahogara. De pronto, ella comenzó a gritar, a golpearme y me empujaba muy enojada. Recién pude darme cuenta que sabía nadar.
-No me hables, Jungkook. Estoy enojada. No me pareció gracioso lo que hiciste -dijo mientras salía del lago, tiritando de frío.
-Sae, no te pongas así ¡Perdón! ¡Lo siento! Solo era una inofensiva mariquita.
-Llévame, ya, a mi casa.
-Cómo crees que vamos a ir así. Vamos, entremos a la cabaña. Habrá algo para ponernos.
-No, no, no. Me regreso, ahora mismo. Si no me llevas, me voy caminando.
-No seas testaruda, Sae -le dije mientras logré cogerla de la mano.
...
Entró a la cabaña, cogió una manta y su bolso. Yo la seguía, muy arrepentido, pues lo había estropeado todo. No encontraba palabras para convencerla y ella subió al auto.
-Sae, entremos -le dije casi implorando.
Tuve que subir. Me dispuse a arrancar el carro y este no respondía. Salí y abrí el capó de auto. Los cables estaban rotos que conectaban al motor. Alguien debió cortarlos.
¡Rayos!
-Sae -dije
-¿Qué pasó? -dijo saliendo del auto.
-Tenemos que pasar la noche en la cabaña, pues no hay opción -dije.
Sae
Estaba muy enojada y también tenía mucho frío, pero se me iba pasando al verlo preocupado y avergonzado como un niño que hace una travesura. De pronto, Jungkook me dice que han cortado los cables del auto. Lo miré.
"¿Quedarme con un chico?" "¿Qué hago?" "¿Y si llamo a Hoseok? " "Estoy en problemas."- pensé.
-¿Te vas a quedar aquí en el auto? -preguntó.
-¿Es posible? -contesté.
- No pienso en insistir, Sae. En verdad, esto salió de control -dijo resuelto y se dirigió a la puerta de la cabaña.
Miré a mi alrededor y empezaba ya oscurecer. Me dio miedo. No tuve más remedio que coger mi bolso y entrar a la cabaña. Me hacía la fuerte para soportar el frío, pero mi temor era otro.
-Sae, vamos. No seas tímida. Mira, entra por ese pasillo y la segunda puerta de la derecha hay una habitación. Toma, aquí está la llave. Allí puedes encontrar ropa. Ponte algo cómodo- dijo mientras se disponía prender fuego en la chimenea.
-Gracias -dije forzando una sonrisa.
Entré a la habitación. No era muy grande ni muy pequeña. Dejé mi mochila en la cama y me dispuse a buscar un polo con un buzo. Por suerte encontré uno. Seguro es de su madre, pero este en una talla casi como de mi contextura ¿Será de su novia? Jamás me dijo que tenía una.
...
Me cambié y me hice un moño. Me senté en la cama y empecé a llamar a mi mamá para avisarle, pero no me contestaba. Intenté con mi hermano y contestó, puse la llamada en altavoz para poder hablar, mientras doblaba mi ropa y arreglaba mis cosas en la pequeño velador que estaba a lado de la cama.
-Sae, ¿sabes qué hora es? Son las 7:00 p.m. -dijo mi Hoseok casi gritando.
-Hola hermanito -dije- Ya lo sé. Dile a mamá que no podré llegar a casa, porque...
-¿Cómo que no, Sae?
-¿Quieres dejar de interrumpir? Dormiré esta noche en la cabaña, pues tenemos problemas con el auto y no podré llegar a Seúl.
-¿Cabaña? ¿Qué cabaña? Pásame con Suga -dijo.
"Nooo ¿Y ahora qué hago? Estoy perdida" -pensé.
-Él esta en... -no sabía qué decir.
En esos momentos, la puerta de la habitación se abrió y entró Jungkook y me quitó mi celular.
-Hola, soy Jungkook. Mañana llevaré a Sae a su casa, no se preocupen. Mientras esté conmigo, nada le pasará. Téngalo por seguro -dijo y colgó -Demorabas tanto, por eso me tienes aquí. Al parecer, te resolví el problema. Vamos, ya está la cena -Me guiñó, sonrió y se retiró del cuarto.
Me quedé muda y pensativa, pues intentaba procesar lo que había pasado en los últimos momentos "¿Jungkook colgó a mi hermano?" "Sí que tendré problemas, pues le dirá a mamá que estoy con Jungkook y no con Suga" -pensé.
Volví a mi nueva realidad. Estoy a solas con un chico. Claro, lo conozco y no desconfío. Al contrario, a lado de él me siento protegida y cada momento que estoy a su lado me agrada sobremanera. "¡Tonterías!" -dije -Suspiré y salí de la habitación.
-¿Ibas a salir con Suga? -preguntó.
Realmente no me gusta hablar sobre Suga con él, pues el ambiente se vuelve tenso. Él ya estaba sentado en la mesita que había él acondicionado junto a la chimenea.