Capítulo 4: Aroma a conflicto

Sección 1: Aroma a conflicto

Diego entra en la panadería, su rostro muestra una mezcla de alivio y ansiedad. Kaythlin, sorprendida por su llegada temprana, apenas tiene tiempo de saludarlo antes de que la puerta se abra de golpe.

Miriam irrumpe en la panadería, su rostro rojo de ira. Acusa a Diego de abandonar a sus compañeros de trabajo por Kaythlin, creando una escena que deja a todos en la panadería en estado de shock.

Miriam, con el rostro rojo de ira, se dirige directamente hacia Kaythlin. “¿Así que tú eres Kaythlin?” pregunta, su voz llena de resentimiento.

Kaythlin, sorprendida por la repentina confrontación, asiente lentamente. “Sí, soy yo. ¿Podría saber quién eres y por qué pareces tan molesta?”

Miriam se ríe amargamente. “Oh, claro, juega a la inocente. Soy Miriam, trabajo con Diego. ¿Sabes quién es Diego, ¿verdad?”

Kaythlin asiente, cada vez más confundida. “Sí, conozco a Diego. Ha estado ayudándome con la panadería. Pero aun no entiendo…”

Miriam la interrumpe, “¡Exacto! Ha estado ‘ayudándote’ tanto que ha renunciado a su trabajo. ¿Sabías eso, Kaythlin? ¿Sabías que Diego ha dejado todo por ti?”

La noticia deja a Kaythlin sin palabras. Mira a Miriam, luego a Diego, y finalmente baja la mirada. “No… no tenía idea”, murmura

Diego, viendo la tensión entre Miriam y Kaythlin, intenta intervenir. “Miriam, Kaythlin, por favor, déjenme explicar…”, comienza, pero su voz se pierde en el calor de la discusión.

Miriam, todavía furiosa, y Kaythlin, claramente sorprendida y molesta, continúan discutiendo, ignorando los intentos de Diego de mediar en la situación.

Diego intenta hablar varias veces, pero cada vez que abre la boca para explicar su decisión, las palabras parecen escapársele. La intensidad de la discusión y la presión de la situación le impiden expresarse claramente.

Finalmente, Diego se queda en silencio, observando la discusión sin poder intervenir. La frustración y la impotencia se reflejan en su rostro mientras la discusión continúa sin él.

Kaythlin, sintiendo que la discusión con Miriam no lleva a ninguna parte, decide centrar su atención en Diego. Se vuelve hacia él, sus ojos buscando respuestas en los suyos.

“Diego”, dice, su voz firme pero llena de confusión. “¿Es cierto lo que dice Miriam? ¿Renunciaste a tu trabajo por mí?”

Diego, sorprendido por la pregunta directa de Kaythlin, asiente lentamente. “Sí, Kaythlin, es cierto. Pero no fue solo por ti, también fue por mí. Quería seguir mi corazón…”

Kaythlin lo interrumpe, “¿Y crees que renunciar a tu trabajo y poner tu vida patas arriba es la manera de hacerlo? Diego, eso no es justo. No es justo para ti, y definitivamente no es justo para mí.”

La discusión se detiene, dejando a Diego sin palabras y a Miriam observando en silencio. La panadería, una vez llena de risas y conversaciones animadas, ahora está llena de tensión y preguntas sin respuesta.

Kaythlin, cada vez más molesta por la situación, finalmente estalla. “¡Basta ya!” exclama, su voz resuena en la panadería. “Diego, no tienes derecho a tomar decisiones que afectan mi vida sin consultarme. Y tú, Miriam, no tienes ningún derecho a venir aquí y causar un escándalo.”

Justo en ese momento, Héctor, el hermano de Kaythlin, entra en la panadería. Al ver la tensión en el aire, rápidamente se da cuenta de lo que está sucediendo. “Creo que todos necesitamos un momento para calmarnos”, dice Héctor, su voz tranquila pero firme. “Diego, Miriam, les pido que por favor abandonen la panadería por ahora.”

Diego y Miriam, aunque sorprendidos por la intervención de Héctor, asienten y salen de la panadería. Mientras se van, las palabras de Kaythlin aún resuenan en el aire: “No tienes derecho a tomar decisiones que afectan mi vida sin consultarme.”

Secciòn 2: aroma a incertidumbre:

Diego, con su rostro tenso, se vuelve hacia Miriam. “Miriam”, dice, su voz temblorosa pero firme, “estoy muy molesto por lo que has hecho”.

Miriam, sorprendida por la reacción de Diego, intenta defenderse. “Solo estaba preocupada por ti, Diego. No pensé que…”

Diego la interrumpe, su voz subiendo de tono. “¿Preocupada? ¿Preocupada? ¡Has irrumpido en la panadería y has causado un escándalo!”

Miriam se pone a la defensiva. “¡No sabía que estabas renunciando a tu trabajo por ella! Pensé que estabas siendo engañado…”

Diego se ríe amargamente. “¿Engañado? ¿Realmente piensas tan mal de mí, Miriam?”

Miriam, visiblemente afectada, murmura, “No, Diego, no es eso…”

Pero Diego ya ha tenido suficiente. “No, Miriam. Has cruzado una línea. Necesito tiempo para pensar… y tú también deberías hacerlo.”

Con eso, Diego se da la vuelta y se aleja, dejando a Miriam sola. 

Diego camina lentamente hacia su casa, su mente llena de pensamientos y preguntas. El altercado en la panadería, la confrontación con Miriam, la reacción de Kaythlin… todo parece un torbellino de emociones y confusiones.

Mientras camina, no puede evitar preguntarse sobre el futuro de su plan con Kaythlin. Habían trabajado juntos en la campaña de marketing para la panadería, y Diego había visto cómo la panadería había comenzado a prosperar. Pero ahora, después de todo lo sucedido, ¿decidirá Kaythlin olvidar el plan?

Diego suspira, sintiendo el peso de la incertidumbre. Sabe que ha tomado una decisión importante al renunciar a su trabajo, pero no puede evitar preguntarse si ha hecho lo correcto. Y lo que es más importante, se pregunta si Kaythlin entenderá su decisión y seguirá adelante con el plan, o si decidirá que es mejor olvidarlo todo.

Al llegar a su casa, Diego se sienta en su sofá, mirando por la ventana a la ciudad que nunca duerme. A pesar de la confusión y la incertidumbre, sabe que tiene que enfrentar las consecuencias de sus acciones

Secciòn 3: aroma de madre

Al anochecer, Kaythlin se encuentra en su cama, su rostro refleja la molestia y confusión que siente. Los eventos del día, la discusión entre Diego y Miriam, la confrontación en la panadería, todo parece dar vueltas en su cabeza, atormentándola.