Dulce obsesión

Capítulo 3 "¿Culpable?"

“Tomen la mano cubierta en promesas carmesí, no rompan el contrato en el que se han bautizado estas palabras, juren lealtad a lo que ahora somos y no teman al manto que cubre la noche.

Entierren los secretos que una vez los lastimaron, secuestren cada gota de verdad, y eliminen cada ave o testigo, descarten su propio ser, puesto que tampoco en ustedes pueden confiar. Adéntrense en el sendero de las mentiras y hostilidades.

Si planeas sobrevivir has lo posible por olvidar. ¿Conoces lo que es real? ...”

24 de septiembre…

Los recuerdos que cruzaban por mi mente se volvían tan rutinarios. Pequeños flashbacks de mi madre y de Allison atormentaban mi mente, ahora más que nunca necesitaba un poco de consuelo de mi madre. Evelyn, así llamaba a mi madre, ella estuvo a mi lado el tiempo suficiente, solo el que ella considero correcto.

Como madre fue demasiado cariñosa cuando era necesario, pero como ser humano siempre fue egoísta, ruda y cruel, se alejó de mi vida y de la de mi padre cuando cumplí 13 años, ella argumentaba que necesitaba otros horizontes, otras experiencias, otra vida… sin duda alguna ser madre nunca fue lo que tenía planeado, antes de todo, Evelyn era un alma libre y debía seguir como tal. Después de su partida jamás volvimos a saber de ella.

Nunca sentí odio hacia mi ella por abandonarme e ir en busca de la libertad que siempre la hizo feliz, por el contrario, desde aquel entonces le he deseado lo mejor en su vida (aunque por dentro, siempre me lastimó su decisión). Pese a su adiós, lo que dejó para mí fue demasiado bueno, en su breve estancia a mi lado siempre tuvo algo valioso por decir.

A veces, solo a veces podía jurar que ella solo me preparaba para lograr sobresalir sin su presencia, aunque realmente jamás estuve sola; por una parte, estuvo mi padre dando hasta el último de sus suspiros por mí.

Por otro lado, estuvo Allison y su familia, que siempre me brindaron su presencia y apoyo incondicional en todo momento (bueno o malo), estuvieron ahí incluso cuando ni siquiera yo deseaba estar… tal y como fue hace años tras la muerte de mi padre, ellos abrieron las puertas de su hogar para mí, los padres de Allison me trataron como una hija más, y de nuevo tuve un hermoso hogar.

En estos momentos en los que Allison ya no estaba con nosotros, deseaba tanto poder hacer lo mismo por Sophie y por Frank, ellos necesitaban consuelo, pero no podía darles algo que no poseía, no hasta cumplir mi promesa…

–Samy cariño, a veces duele ser la segunda opción…– las palabras de Evelyn eran demasiado obvias ¿Quién podría negar que algo así no dolería? Siempre duele ser una opción, no por el hecho de serlo, sino porque aun estando conscientes de ello mantenemos la vana ilusión de obtener el primer puesto. Pero ¿Por qué nos mantenemos firmes en donde solo somos una opción?

Durante mucho tiempo imaginaba erróneamente que Allison jamás había tenía que pasar a ser una simple opción, quizás no era la persona más carismática con las chicas y sin embargo todo aquel que la conocía la trataba como una prioridad.

Conocer los secretos de mi amiga sin duda alguna me quemaba por dentro. Ambas éramos conscientes de que la atención que recibía de los demás no era dañina… y si tan solo hubiese permanecido ahí, conforme con lo que poseía, quizás su muerte podría haberse evitado, ella continuaría sobre aquel gran pedestal, seguiría significando mucho para todos. Pero sin pensarlo, se dejó arrastrar en un rio peligroso del que ya no pudo escapar.

–Todas las cosas que hacemos mal nos cobran un precio muy alto, pero ello depende de la cantidad de dolor o daño que causemos, y pase lo que pase no podemos escapar cariño– las palabras de mi madre una vez más sonaban en mi mente, pero no sentía la seguridad de que todo aquello fuese verdad, después de todo, esas palabras ya no eran importantes para mí, lo único importante surgiría después.

Cuando por fin se realizara aquella promesa que imaginaba sería demasiado fácil, pero que poco a poco comenzaba a atemorizarme, pues no esperaba con ansias a que llegara el día en que tuviese que cumplir mi palabra ¿Qué tendría que decir? ¿Cómo lo podría hacer? No sabía con exactitud y, sin embargo, cada nueva cuestión me atormentaba más.

Lo lamento, pero alguien tiene que pagar…




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