Una vez en el apartamento la vi descalzarse y dejar su cartera tirada en el suelo junto al sofá, sonreía demasiado y se trastabillaba un poco, todo era signos de que había bebido de más y sería mi culpa. La mejor cita que le he podido dar terminaría con ella vomitando en el baño. Aunque eso es demasiado mejor que terminar en el hospital...dios que mala suerte cargo.
─ ¿Y qué esperas?
─ ¿De qué o qué?
─ Ven aquí y bésame...no creerás que dormir aquí va a salirte gratis ¿no?
─Nena, estás borracha...─ me acerqué a su cuerpo y acaricie su preciosa cintura.
─No cariño, no lo estoy...y créeme que lo he estado cuando estabas en tus vacaciones por España...sólo me duelen los pies un poco y estoy demasiado feliz.─ sonrió colgando sus manos en mi cuello mientras yo trataba de procesar que se emborrachaba por mi culpa─ Entonces... ¿vas a besarme?
Hablo volviéndome a la realidad, se veía tan sexy que sin responderle sólo devore sus suaves labios estrechándola a mi cuerpo, no creo que exista mejor sensación en el mundo que la que yo tengo al besarla. La besé durante un largo rato hasta que ella saltó sobre mí enroscando sus piernas en mi cintura, no pude evitar reír, es todo un monito mi nena, me senté en el sofá con ella encima mío, acaricie su espalda y su cabello mientras ella me miraba fijo a los ojos, no puedo creer que logré estar tantos meses sin sentir su piel, sin ver su rostro sin poder sentir sus tibias y delicadas manos tocar mi cara.
─Mi amor...─ abrió sus ojos prestándome atención─ vamos a dormir, ya es tarde...
─Tu eres mi amor...─ besó mis labios y rio.
─A dormir dije...─ movió su cabeza en negación cómo toda una niña caprichosa y reí.
─No quiero dormir...quiero besarte...─ hizo puchero y carita de perro mojado.
─podemos besarnos en la cama...
─Pero si nos besamos en la cama yo no voy a querer solo besarnos...
No pude evitar encenderme un poco con sus palabras pues ella nunca manifestó querer hacerlo conmigo al menos no tan directamente y sentirme deseado por ella lleva mi mente a un lugar dónde no razono bien.
─Nena, dije que nada de sexo hoy...─ cerré mis ojos tratando de pensar en otra cosa para que mi amigo no se levante y haga un acto de aparición pública.
Ella no volvió a hablar pero comenzó a besar mi cuello tan sabrosamente que no pude evitar disfrutarlo pero cuando comenzó a mover sus caderas sugestivamente sobre mí tuve que detenerla y apartarla antes de que no pudiese pensar con la cabeza que tengo sobre mis hombros.
─Amor, nena, nos seas así cariño...─ ponía unos cuantos mechones tras su oreja derecha ─ calmadita por favor...
Ella reía pícara mientras se enderezaba para luego pararse frente a mí seria.
─Te extrañé muchos meses Nazareno...no voy a dejar de disfrutar mi tiempo contigo...─ tomó del borde del vestido y se lo sacó sobre su cabeza quedando en un bello culote y brasier blanco frente a mí.
─Deya...
─Quiero que me beses...que me toques ¿acaso no me extrañaste? ─ Su sonrisa radiante y segura me tranquilizó pues no está ebria, está completamente segura de lo que me está pidiendo, pero tanta soltura sólo me hace pensar en que no es su primera vez, haberme perdido eso me da tristeza pero no interesa.
─Eres perfecta, cariño...─ arrime su cuerpo a mí y besé sobre su ombligo, acaricie su espalda baja─ Pero amor si no te sientes cómoda me detienes, por favor, dime que pare porque si por mi fuera...no pararía jamás.
Asintió con su cabeza y una sonrisa tan sensual que sólo incrementó mis ganas hacía ella. Acaricie sus piernas, apreté su tan lindo trasero, ella tiraba de mi pelo y reía la besé entre sus pechos mirando cómo sus ojos se cerraban ante mi tacto, la senté sobre mí, la vi un poco nerviosa así que sólo la abracé acariciando su espalda, estuvimos así un buen rato hasta que noté su cuerpo estremecerse por el frío por lo que la tomé en mis brazos para irnos a la cama.
La deposite en las sábanas frías para luego desvestirme quedando en ropa interior, apenas me metí en la cama ella se arrimó a mi costado colocando la cabeza en mi pecho, besé su frente y la abracé intentando que entre en calor.
Sentía su mano acariciar mi vientre y me daba cierta electricidad cada vez que su juguetón dedo acariciaba el elástico de mis bóxer. Mi amigo obviamente estaba súper despierto y me apenaba que lo notase o peor aún, que lo tocase.
─Te amo...─ susurro en la tenue oscuridad.
─Y yo a ti, mi bella Deya...─ estreche sus labios con los míos.
Ella profundizó el beso y arqueo su espalda, estaba sumamente excitada y su cuerpo me pedía más, me coloqué sobre ella para ver sus ojos oscuros, me deseaba y yo a ella pero no quería hacerle el amor tan rápido, quería que ella disfrutase así que comencé besando sobre su brasier sus prominentes pechos. Bajé suavemente dando pequeños besos por su vientre luego besé sobre su ropa interior y la oí gemir bajito, volví a su rostro y con mi mano derecha levanté la tela de su culote acariciando apenas su pubis, sus ojos se abrieron grandes y esperé que diga que me detenga pero no lo hizo, suavemente acaricie su entrepierna húmeda mientras su pecho subía y bajaba claramente agitada.
─ Naza yo nunca...
─Cariño sólo dime si quieres que me detenga...─ ella aún era virgen, soy el primero en tocarla, besé su mandíbula mirando cómo sus ojos permanecían cerrados mientras yo la acariciaba─ Estás tan hermosa mi amor...