Dulce Venganza

Prologo

Dicen que a veces los errores que cometamos en nuestra vida nos perseguirán por siempre. Eso me sucedió a mí y ahora les contare mi historia.

No es que me arrepienta o desprecie a mis hijos. Pero para todo, tenemos que prepararnos antes de ponernos a traer hijos al mundo, o planearlos.

Quede embarazada a los 16 años, tan solo una niña. El padre de mi hija en ese entonces un año mayor que yo. Ambos estudiábamos en la misma preparatoria, estábamos en el mismo curso. Él era el mariscal de campo, el chico más bello de la escuela. Yo era la simple nerd, quien el chico más popular se fijó.

Lo bueno es que nuestras familias son de dinero, aunque más la mía que la de él. AL cumplir los 18, nuestros padres hicieron que nos casáramos; ya que no podíamos seguir manchando nuestros apellidos. Todo fue de maravilla, dos chicos jóvenes viviendo solos en una enorme mansión; era lo mejor que te podía pasar. Su familia feliz, el feliz y yo dedicándome a mi hijo mientras él hacía fiestas en nuestra casa o salía con sus amigos.

Lo peor es que no aprendemos y seguimos cometiendo el mismo error, con mí bebe de tan solo unos meses volví a quedar embarazada. Su familia Feliz, el feliz y yo, pues ya se imaginarán.

Mientras él iba a la Universidad, yo tuve que quedarme sola en nuestra mansión a crías a nuestros dos hijos y estudiar por Internet y clases privadas. Mientras él recorría el mundo yo me llenaba de hijos y me abandonaba a la vida en mi hogar, solo dedicándome exclusivamente a mis estudios e hijos.

No tuve amigas, mis amigas eran mis hijas. Jugaba con ellas, compartía con mis otros hijos varones y así fue mientras ellos crecían, yo me hundía más en mi matrimonio. Ya no me importaba arreglarme, ya mi esposo dejo de mirarme; cosa que agradecí. Ya que eso evitaba más hijos, porque mi esposo jamás se quiso operar y mucho menos permitió que yo lo hiciera.

En total tuve seis hijos. Mi hijo Mayor Liam, Aracely, Bruno, Tomas, Danna, Ian el pequeño.

Ahora tengo 35 años y siento un gran vacía en mi corazón. Solo los tres pequeños me respetan, mis otros tres hijos mayores no hacen más que faltarme al respeto. Se avergüenza de mí, tanto así que sus amigos piensan que soy su niñera. Solo buscan a su papi para que les de todo, dinero, ropa, carro. Claro que su padre, ni corto ni perezoso los complace, para él es primordial que ellos tengan todo, sin importar que tenga que esforzarse por conseguirlo. Siempre me desautoriza, y siempre él se presenta como el héroe y yo el ogro.

Mi querido esposo, se puso en la cabecera de mis empresas y compañías. Patrimonio que había dejado mi difunto padre al morir. Todo me lo dejo a mí, su única hija.

Como había pasado mi vida detrás de un computador y criando a mis hijos. Había perdido algo de vista y tenía que utilizar unos anteojos gruesos y mis adorados hijos mayores les encantaba esconderlos, para así volverme loca en su búsqueda. Yo decía, son unos niños, ellos me aman. Pero cuando tu hija te grita delante de los empleados que eres una vergüenza, que mi aspecto era nefasta, como dice ella y que le daba asco que yo fuera su madre. Me di cuenta de que había cometido el error más grande de la vida de una madre, y es permitir a tus hijos que hagan lo que quiera y nunca corregirlos a tiempo.

Ahora mi hijo mayor tiene 19 años vive en un super departamento que le dio mi querido esposo. Mi hija 18 y ya no pasa en casa, sigue Bruno de 15, Tomas de 10, Danna 8, Ian 5años.

Mi esposo ya no escondía a sus amantes, ya no se limpiaba el cuello cuando llegaba de estar con ellas. Ya no me tocaba, no me buscaba, yo solo era la madre de sus hijos y la que alimentaba su cartera. Mientras yo quedaba en casa, él salía con sus amantes y pasaba la noches con ellas. ya No importaba que yo estuviera presente, les contestaba el teléfono y coqueteaba con ellas. Solo me sonreía y guiñaba su ojo y pasaba por mi lado despeinando mi pelo como si fuera la mascota de la casa.

Pero ahora ya me cansé de tanta humillación, me cansé de tanto maltrato psicológico de parte de mi esposo y de mis hijos mayores. Me canse de que mis propios empleados me vean con lastima. No puedo permitir que mis tres pequeños se pierdan como lo han hecho sus hermanos. Ya es hora de demostrarle a los presentes de esta casa y de mi familia quien soy yo y empezar a planear mi dulce venganza...



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En el texto hay: familia, hijos, venganza

Editado: 06.09.2024

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