Capítulo 10. Tu pero enemigo puede estar en tu casa

Cada quien sabe el infierno que ha vivido, esas palabras eran las que le ayudaban a Jason a intentar entender a las demás personas o tal vez, justificarlas por las acciones que realizan, sean buenas o malas.

Lastimosamente las personas llegan a ser egoístas y se aprovechan de sus malas experiencias para manipular a sus seres queridos, usándolos así como sus marionetas.

Por desgracia aunque Jason no deseará verlo, su padre había logrado obtener ese poder sobre él.

Jason no adoraba del todo a su padre, él era casi un extraño para él, un padre ausente durante su infancia al estar solo trabajando. Lo obligó a estudiar finanzas con el propósito de que en el futuro él pudiera seguir con el legado y hacerse cargo de su prestigioso negocio de café.

Dylan siempre fue un padre estricto, buscando su mejor y próspero futuro, incluso si eso implicaba que los sueños de Jason quedarán en segundo plano al lograr las metas de su padre

Al chico ni siquiera le importaba conocer cuáles eran sus propios sueños y metas, pues sabía que eso lo distraía de poder ser un hijo digno de su padre y con ello honrar a su familia.

Aún así le tenía mucho respeto a su padre, desde chico, siempre intentó ser un orgullo para él, al ser hijo único sentía el deber de impresionar a su padre, captar su atención.

Realmente en su interior solo buscaba escuchar las palabras, -estoy orgulloso-, de parte de su padre, esas dos palabras que nunca llegaron en su infancia, esas dos palabras que lo convirtieron en algo que nunca deseo, pero que tanto anhelaba escuchar, ahora en sus primeros años de adulto tenía la esperanza de lograrlo.

La semana transcurrió como de costumbre, Daina llegaba por las mañanas a la panadería e intentaba atender a los clientes con la mejor actitud posible, si bien su interior parecía un rompecabezas, por las tardes se iba al hospital a visitar a su padre.

Cada mañana la visita de Jason nunca faltó, la angustia de saber cómo se encontraba Daina hacía que nunca fallará a su encuentro, en las tardes Jason trabajaba con su padre, aunque no le gustará estar allí, trataba de terminar tan rápido como pudiera para poder acompañar a su madre por las noches.

Aquella tarde, Jason se encontraba un poco apurado, cuando su padre interrumpió en su oficina.

—Hijo, quiero hablar contigo, intenté hablar con tu madre ayer en la noche sobre nuestro negocio, pero me fue imposible.

La prepotencia y el sentido de superioridad era una gran característica de su padre, lo cual, hacía que las pláticas entre ellos llegarán a peleas, sin excepción alguna.

—Dime padre, ¿En qué puedo ayudarte?.

La actitud de Jason ante su padre, era la de un joven adulto, educado y sofisticado, siempre atento a realizar cualquier orden que proviniera de él.

—Hijo, con orgullo te informo que la empresa cafetera más importante de España, me ha contactado, les gustaría asociarnos en nuestro proyecto de las cafeterías. Para ello es necesario extender nuestros establecimientos, iniciaremos en el estado y luego nos extenderemos a todo el país.

—Te felicito padre, supongo que estarás muy feliz, asumo que ya has tomado las decisiones correspondientes y me informarás que debo realizar.

—Todos los locales están listos para iniciar, excepto uno, un lugar que parece importante para tu madre, me gustaría que tú personalmente vayas y realices los tratos correspondientes, es la última prueba, con ello lograré saber si estás listo para hacerte cargo completamente de la empresa, pero eso será más adelante, yo te comunicaré cuando.

El local no era importante para Kate, sin embargo, Dylan sabía que si le decía a su hijo la verdad, este nunca haría negocios. Aún cuando ni siquiera él entendía por completo la insistencia de la Sra. Anne, al poner como única condición tener el local de Daina.

—Está bien, me avisas.

—Ahora debo de ir a visitar a tu madre, que últimamente está más dramática que de costumbre, solamente se la ha pasado inventando escenarios y fingiendo ataques.

—!Dramática!, has llamado a mi madre dramática, justo cuando ha tenido más ataques de pánico de lo normal, cuando la ansiedad y depresión la están haciendo sufrir más que nunca, ella ha estado sufriendo porque su mente no hace más que decirle cosas negativas, no deja de recordarle sus errores, sus miedo, sus carencias, en su mente solamente existe el terror y el estrés, mi madre sufre y eso para ti es ser “dramática”, perdóname padre pero eso es una total estupidez. -La irá recorría poco a poco el cuerpo de Jason, sentía como su sangre le hervía de enojo y por primera vez no se quedó callado ante los comentarios de su padre.

—Hijo, creo que estás exagerando las cosas, por eso yo decidí retirarme el día que tu madre inició haciendo su teatrito.

—¿Tu estabas ahí?, el día del ataque no la ayudaste, la dejaste sufriendo, no te importó, ¿Qué es lo que te pasa?, ella te necesitaba y preferiste irte.

—Jason. -con voz de autoridad, su padre le ordenaba-. Por alguna razón estás muy alterado, prefiero que te vayas a tranquilizar y conversaremos más tarde.

—No. -fue la primera vez que Jason desobedeció a su padre-. No, no me voy hasta que me expliques que sucedió ese día.