Chloe cumplía 34 años. Estaba anciosa y muy feliz, no sólo porque era su cumpleaños sino que podía llegar a tener la primera oportunidad de su vida de poder saludar a Peter Ferman. Y una oportunidad como aquella no se daba todos los días.
Su esposo había organizado una hermosa cenar familiar. Mientras desayunaban con su esposo e hijo, él le contaba todo lo que tenía organizado.
—Amor, hoy tengo es el live —le recordó ella a su esposo con una amplia sonrisa y muy contenta—. Quizá tenga la suerte de poder hablar con él.
—Mmm... No quiero ser aguafiesta, cariño —dijo su esposo mientras meneaba la cabeza de un lado a otro —. Van a estar miles de fans conectados, es una oportunidad en un millón.
—Lo sè —respondió ella con una gran sonrisa—. Pero hoy tengo un buen presentimiento.
Chloe miró su celular porque había sonado una notificación de hangouts. Era Oliver quien le había enviado un mensaje. Él estaba muy nervioso, sabía que iban a llenarlo y ahogarlo de preguntas por su divorcio pero por otro lado estaba feliz porque iba hablar con Chloe sin esconderse detrás de un «alias».
OLIVER. —¡Feliz cumpleaños querida amiga! Te mando un gran abrazo a la distancia y espero que seas muy feliz hoy y siempre 🎂❤.
CHLOE. —¡Muchas gracias! Estoy muy feliz a pesar de que es un año más pero hoy sera un cumpleaños super diferente, lo sé.
OLIVER. —Hablando de cumpleaños diferentes... Tengo un obsequió para ti. No me agrada «tu amor platonico», pero como sé que vivió aquí en Menston, me tomé la tarea de averigiar donde vivió y hablé con algunos de sus vecinos, algunos están muertos pero sus hijos me prestaron algunos testimonios.
Chloe, quedó pasmada, no podia creer lo que leía. Peter le envió el video y al cabo de unos minutos el video se completo, ya estaba descargado, ella estaba anonadada y unas lágrimas rodearon sus mejillas.
Su esposo la miraba sorprendido sin entender nada.
Chloe miró el video y no podía creerlo, ver la casa donde Peter creció era como estar muy cerca de él. Jamás se habían mostrado imagenes ni fotos de aquel lugar y se sintió agradecida por tener en su poder aquella belleza. No tenía palabras de agradecimientos para su amigo, y oir anécdotas de Ferman antes de ser famoso, contado en primera persona por sus vecinos fue algo sorprendente y prometió guardar aquello como su más preciado tesoro.
—No tengo palabras para esto —dijo Chloe en un mensaje de voz enviado a Oliver, con su voz entrecortada. Ella estaba muy emocionada.
—No hay que agradecer nada. Eres una gran persona, humilde y muy sincera. Me pareció algo bueno ya que eres una loca enamorada de él —expresó Oliver.
—Estoy muy feliz, no puedo hablar. Soy muy sencible —dijo Chloe.
—¿Leiste algo de lo que salió? —preguntó Oliver.
—No, no he leido nada —comentó Chloe—. ¿Pasó algo?.
—Leí que Ferman y su esposa Hanna se divorciaron —afirmó Oliver—. Tal vez el live de hoy será para explicar su situación sentimental públicamente.
—O para negarlo —dijo Chloe —. No he leido nada. Ahora voy a buscar ¿ De dónde sacaste eso?
—Está en una pagina del NYT. Estoy en mi trabajo y tengo un periodico en mano, te voy a enviar una fotografia — dijo Oliver.
—¡Gracias! —le agradeció ella y acotó —. Aquí, no venden el New York Time. Sólo venden periodicos locales.
—Lo siento, tienes razón —dijo èl —. Es que yo te hablo como si estuvieras viviendo aquí a unas cuadras de distancia.
—😂😂😂😁😁. ¡No hay problema! —expresó Chloe entre risas —. La verdad, no creo que se hayan divorciado, han inventado cada cosa, hasta leí que él tenía problemas con el alcohol y las drogas. Y si fuera verdad, ya debe tener una gran lista de hermosas mujeres esperando al acecho.
Peter, no respondió el audio de Chloe. Pero mucho de lo que ella habia nombrado era verdad, tuvo un episodio bastante traumático con las drogas y actualmente bebía no en muchas cantidades como la prensa rumoreaba.
Sintió ganas de decirle que era él, que no le importaba otra mujer que no fuera ella.
Sentía deseos de tenerla en sus brazos.
Peter estaba enamorado sin dudas de ella. A la distancia, ella se había ganado su corazón con pequeños gestos, tan simples y sencillos.
—Disculpa, amor —dijo su esposo —. A veces, eres muy inocente. No puedes confiar en alguien que no conoces personalmente. Ese video, quizá, sea grabado en cualquier lugar y tú crees que es la casa de tu actor favorito. No quiero que te ofendas, pero es como que cualquier persona con un pérfil trucho te diga que es él y tú creas una mentira tan grande.
Ella no digo nada, agachó la mirada y quedó pensando en las palabras de su esposo. Sabía que él tenía razón. Si le decía las cosas no era para lastimarla sino para protegerla. Ella era muy soñadora y era una persona muy confiada. Ella confiaba en todos y muchas veces resultaba lastimada.