Peter Ferman despertó y al ver a su amada a su lado suspiró y dijo: —Prometí que no iba a dejarte jamás sola ni a tí ni a los niños. Voy a protegerte siempre.
Chloe, al ver a su esposo despierto lo abrazó con fuerzas y se había olvidado de sus heridas hasta que él le recordó que todavía estaba mal herido.
—Creí que te perdía para siempre —dijo ella y unas lágrimas rodearon sus mejillas.
Él acarició su rostro suavemente y dijo: —Aquí estoy, cariño. Fue una pesadila.
Cuando le dieron el alta, Peter recordó pequeños fragmentos del accidente. Sufrió mucho la perdida del piloto y de su manager quien era uno de sus mejores amigos.
Fue in golpe muy duro para él.
A su salida del hospital lo esperaban su hijo de sangre, su hijo de corazón, su suegro y su nuevo amigo (ex esposo).
Se sintió bendecido de volver a vivir.
Peter y Chloe, recordarán aquella tragedia por siempre y todo aquello fortaleció más su amor.
Como cenicienta, Chloe vivió con su principe azul feliz por el resto de su vida.