Cuando Brian ingresó en su celda, por primera vez, vio a uno pequeño hombre, de alrededor de 1.50 m de estatura, sentado en la cama llorando.
—¿Le pasa algo? -pregunto Brian.
—Hoy al almuerzo pisé a un tipo, y amenazó con golpearme cuando salgamos al patio.
—Tal vez yo pueda hablar con el, explicarle que fue un accidente.
—¿Arias eso por mi?
—Lo intentaré.
—¡GRACIAS! Por cierto soy Juanito.
—Brian.