El alma de las palabras

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Nadie la creyó capaz,
jamás podrían imaginar lo que sucedió, 
porque aquel día 
todo cambio.

Lo que se decía de ella,
no era mentira, 
pero tampoco era verdad.

"Cuando sonríe" solían decir,
"Las estrellas brillan y las tormentas desaparecen".
Todos se acercaba a oír esas historias, 
"¡Es una bruja!"

Y todos les creían a quien contaba,
con todo el misterio que podía,
aquellas hazañas que poco tenían de reales.
"Pero no la hagan enojar, ¡porque podría matarlos!"

Entonces la gente se asustaba,
no se acercaban a ella,
ni mucho menos eran amables.

Poco le importaba a la joven,
que merodeaba por los bosques,
siguiendo aquella vos, que en su cabeza susurraba
"Ven a mí".

Nadie sabía su edad,
ni su nombre,
y, para ser honestos,
ella tampoco tenía idea.

Esa noche decidió ir en busca de esa voz,
que la atormentaba y no la dejaba dormir,
caminó descalza por el frío bosque,
con tan solo un vestido blanco.

Lo que encontró, la impactó.
Y desde entonces, nadie sabe nada de ella,
pero las historias que se cuentan, son aterradoras.

 




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