De regreso camino pensando en lo que pasó con mi hermano mayor hace cinco años atrás. Desde entonces siempre se muestra frente a mí como alguien que odia y que no quiere ver en su vida.
Intento llamar nuevamente… y nada, simplemente no quiere responderme. Aun me sigue odiando.
Llamo al primer secretario. A lo cual me responde, enseguida.
- Si, Simón.- responde.
- Primer secretario, quería preguntarle es importante que vaya a esa reunión.- digo.
- Hay una fiesta familiar con los accionistas estadounidenses, en la finca. Su padre dice que debe asistir. Necesitas estar allí a mediodía, mañana. Su hermano debería haber llegado ahora.
- Mi padre sabe que mi hermano se va enojar si voy.
- Su padre quiere que usted vaya…
- Pero secretario Alex.- digo.
- Si usted quiere saber los pensamientos de su hermano, pues entonces tienes que ir y pedirle en persona.- dice.
- De acuerdo.- digo por ultimo.
- Buena suerte, Simón.
- Gracias…
Me senté encima de la cama… respiro profundo y exhalo. Me sentí como si fuera mi fin.
Y tome una decisión, que de seguro mi hermano le iba a molestar mucho, como a mi padre también.
Puse mi alarma para las 6:00 am. Y cuando al fin suena, me levanto. Y salgo de la cuidad hacia la granja donde esta esa junta de accionista.
Durante todo el camino solo pensaba en mi hermano de cómo lo iba a tomar mi presencia. Cuando al fin logro llegar al lugar. Entro. Me acerco hacia donde había bulla.
Desde lo lejos puedo ver a mi hermano conversando con dos personas. Al verlo me siento emocionado y feliz. Veo como sonríe, y también veo como se desvanece su sonrisa al verme. Y unos segundos más se dirigía hacia mí, con su rostro serio.
- Fabio.- digo.
Y pasa por mi costado sin verme.- Sígueme, ahora.- dice medio molesto.
Espero unos segundos y lo sigo. Mi hermano se dirigía hacia afuera de la finca, hacia las plantas de uvas. Se detiene en medio. Y él no decía ni una sola palabra, hasta que al fin logro decir.
- Cuanto tiempo sin verte, Fabio.- asustado.
- ¿Quién te contacto?.- fue lo primero que pregunto.- Fue el secretario.- dice por ultimo.
- Durante todo este tiempo, sí.- digo.
- Así que te ha llamado todo este tiempo… Tú crees que puedes mostrar tu cara en un lugar como este.- dice.
No sabía que responder, mis pensamientos estaban en blanco. Cuando de repente mis sentimientos ganan.
- ¿Cómo podría no venir? Si, sé que mi hermano está aquí.- respondo.
El solo se queda callado mirándome fijamente a los ojos por unos segundos. Cuando las palabras quieren salir de mí.- Lo que tú dices y ahora lo que he visto…
- No te das cuenta que esto es un negocio y no un juego. Esto es por qué los niños como tú son difíciles de manejar.- dice interrumpiéndome.
- Pero, yo…
- Como puedes actuar así, simplemente porque quieres ver a alguien.- dice, sin dejarme decir una palabra más.- Ni siquiera sabes el significado de todo esto.- dice molesto.
- Ya han pasado 3 años. Y yo he crecido.- digo sonriéndole.
El hace una mueca, como si no le importara.
- ¿Qué has estado haciendo en Estados Unidos?... Quiero decir, solo haces nada.- al oírlo decir eso me da mucha tristeza, pero aún me contengo de todo sus palabras que hieren mi corazón.- Venir hasta aquí es demasiado valiente de tu parte, Simón.- dice y se aleja dejándome solo en medio de todo esto.
Me quede paralizado, por completo sin saber qué hacer. Solo pienso porque mi hermano fue tan duro conmigo hoy. Lo único que sentía era mucha ira de no saber porque el actuaba de esa manera conmigo. Conduje, tres horas solo para ver a mi hermano. Creí que sería el mejor día, pero no lo fue. Simplemente mi hermano me dio un regaño.
No tenía que hacer nada más en este lugar. Y mi presencia no hacía falta aquí. Así que volví al auto y regrese.
A casa llegue al atardecer. Me di un baño. Revisé mi celular y no había nada en especial. Tome el libro y cuando estoy por cruzar la puerta de mi habitación, mi celular suena.
Llamada entrante de abuela…
No respondo y salgo de casa. Como siempre no hago nada, solo me dirijo a la cafetería.