El Amor Duele

CAPITULO CINCO

“Calle, German Amezaga Nº 375 – Cuidad Universitaria Lima. Universidad Nacional Mayor de San Marcos”

Al ver la dicha dirección, lo primero que pensé fue, ella estudia en esa universidad. Y nuevamente me invade esa sensación de querer volver a casa. Luego me dije a mi mismo, si ella estudia en la San Marcos que hace aquí. Sin darme cuenta ya era tarde y yo aún seguía pensando en ella. En aquella chica tonta y alocada, pero a la vez tan hermosa… solté una risa pensando en ella. Al rato estaba viendo hoja por hoja y letra por letra el libro. En partes algunas oraciones estaban resaltadas con un resaltador color naranja, como también un título en particular.

…“Cuando amas alguien, después de que sientes que el amor no existe”...                                                                …“Como olvidar la fecha en que te vi sonreír por primera vez y escuchar tu suave voz raposa, diciéndome tengo frio”…                                                                                                                                                                          …“Ahora me dos cuenta lo que siempre quise eras tú, que siempre te querré a escondidas y en silencios”…              …“No sé porque, pero presiento y siento que me vas hacer sufrir”…

Al ver las palabras marcadas, pude saber que era una chica muy romántica. Estaba agotado, solo quería descansar. Cerrar los ojos y poder olvidar en lo profundo de mi sueño las palabras hirientes de mi hermano Fabio. Cerré el libro para guardarlo, y de repente cae una hoja doblada en dos de la mitad. En ella había estaba escrito a mano lo siguiente:

Hagas lo que hagas con tu vida será insignificante, pero es importante hacerlo, porque nadie más lo hará por ti. Como cuando alguien llega a tu vida y lo cambia todo. Una parte de ti… te dice “Aun no estás listo” pero la otra parte dice…

“Hazlo” Me pregunto qué dirías, si supieras que me escuchas susurrar y que siempre estoy contigo desde antes que nacieras. Que dirías si supieras que te quiero y que nunca he dejado de quererte. Dirías, lo sé, te extraño, te amo, te perdono. Me gustaría saber que palabras escondes para mí.

Las palabras eran muy profundas… pero lo más sorpréndete fue encontrar al final de la hoja, un nombre que conocía muy bien. Era algo tan raro que me dio escalofríos al ver mi nombre escrito..

Para: Simón Fernández Quispe.

Esto era algo macabro. Habiendo tantas causalidades en el mundo, pero esto no era una casualidad.

¿Quién era la chica? ¿Cómo se llamaba? ¿De dónde me conoce? ¿Qué hace aquí? Tenía tantas preguntas. Pero más importaba esta ¿La conozco yo?... No, no la conozco, nunca antes la había visto en mi vida. La caligrafía de aquella nota parece que lo había visto antes, se me parecía familiar. Pero no podía reconocer de quién era. Por lo pronto solo tenía que averiguar quién era ella y que hace aquí.

Lo primero que se me pasa por la mente es mi padre tendrá que ver algo en todo esto. Porque mi padre sería capaz de hacer lo que sea, pero esto no, no perdería tiempo en tonterías. Y lo segundo mi mejor amigo que vive en el Perú. La verdad muestra infancia fue lo mejor, pero ahora me odia, él siente que yo arruine su vida. Por una parte quizás es así, quizás por eso me mandaron a EE.UU para ya no causar más problemas en allá. Simplemente despejo mi mente. Y por último me dijo a mí mismo, sé que mi amigo necesita odiar alguien para no sentir culpa. Mañana buscare a la chica, ahora no puedo dejar de pensar lo que paso hace ocho años con mi madre y como perdí su amistad de mi amigo.



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En el texto hay: secretos, dolor

Editado: 29.04.2018

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