LA ÚLTIMA TABERNA
Aries seguía trotando ligero por el extenso desierto helado, las ráfagas de viento hacían pequeños cortes en las mejillas. Aún estaba conmocionada por la reciente invasión de esos demonios a la prisión de Noregard. Incluso Frey que parecía inamovible, se vio aterrado por el aviso del guardia sobre el ataque a la prisión. El silencio de los ahora cuatro era incómodo, aunque por la sonrisa de Kia que estaba apoyada sobre el barandal izquierdo del trineo. Parecía un momento especial; tenía una cicatriz cerca de su oreja cuando volteó el rostro.
—¿Sabes Matthew que clase de demonios son?—preguntó M.J, pero fue Kia quien habló.
—Eurinomos—respondió antes de que Matthew lo haga—: Son demonios carroñeros que están en el infierno, devorando las entrañas de los cadáveres que les entregan a cambio de ayuda— se volvió y sus ojos bronce pasaron por cada uno—. Pero seguro que al final lo sabían, ¿no?, deben de estar adiestrados en la mayoría de demonios, monstruos y bestias que amenazan al mundo mortal y sobrenatural.
Todos quedaron en silencio siendo irrumpido por el silbante viento y los bufidos de Aries al trotar. Kia rio y negó con la cabeza.
—El Parlamento debe de estar desesperado por haber mandado a unos niños hacer el trabajo de adultos.
—Matthew y yo estuvimos en una batalla—dijo M.J de brazos cruzados con la capa de escarcha cubriendo sus hombros, parecía un muñeco de nieve molesto—. El presidente nos dió permiso para…
—Yo no habló de experiencia en combate—interrumpió Kia haciendo que M.J infle los cachetes y se tiñeron de carmín—, habló de conocimiento a lo que está afuera. A lo que posiblemente puede matarlos. Para eso están los Paladines y las Casas Grandes.
—¿Paladines y Casas Grandes?—inquirí confundida. Kia me miró con una ceja levantada.
—Cierto que tú eres nueva en esto—dijo pero los chicos estaban igual de confundidos que yo, la chica soltó un suspiro cansado y hablo—. Los Paladines son esos que están haciendo guardia en el Parlamento, de seguro son esos quienes los ayudaron a pelear con el ejército de Caín—se acomodo un mechón de cabello detrás de su oreja—. Las Casas Grandes era como antes les decían a los aquelarres, aunque hay algunos brujos y brujas que usan el término aquelarre para sus propios fines. Cómo sea, las Casas Grandes están ubicadas en cada parte del país para protegerlo, respondiendo al Parlamento con sus leyes. Avalon es un lugar de entrenamiento para estos Paladines; dónde aprenden a cómo poder sobrevivir y ayudar mortales.
»Uno de sus muchos trabajos es evitar que monstruos y demonios ataquen al mundo. También que los brujos oscuros no hagan desastre y revelen a los mortales de nuestra existencia. Es mejor mantenernos en incógnito, no los queremos metidos en ninguno de nuestros asuntos.
—¿Por qué?—pregunté.
Kia me miró y rió sin gracia.
—Por Neron, usó magia oscura e infernal para crear esa lira, ese objeto maldito, que nos puso a la vista del mundo entero. Los Juicios de Salem fue la gota que derramó el vaso; todos nos ocultamos y varios proyectos de ley estúpidos e innecesarios surgieron—con una uña comenzó a raspar la barandilla—. Mucha sangre mágica, muchos seres sobrenaturales murieron por mano del hombre, la Guerra Secreta es el ejemplo clave de lo que habló: un conflicto que involucró a ambas especies a una matanza para demostrar quién era el mejor. La Liga nació de ese conflicto, Artemis Van Helsing vio cómo un hombre lobo mataba a su padre, y desde ese momento odia a todo ser que tenga gen mágico.
»Mi familia fue arrastrada por la ambición de un niño herido y traumatizado. Muchas generaciones después aparezco, una cría que le dieron la espalda cuando pudieron. Tal vez la Liga no me quería pero mis padres si, ellos querían ocultarme pero su pasado los alcanzó y mató. Y está es una de las razones por las que no puedo decirles su ubicación—se corrió el pelo de la nuca y mostró un tatuaje; un cráneo de ciervo con astas atravesado con una daga.
»Es la Promesa del Cazador, se la hacemos a Gwyn ap Nudd cuando nos iniciamos. Y entre esas promesas está «nunca revelar a mis enemigos mi camino a casa», si lo hacemos una maldición nos convierte en un jabalí. La única forma de librarnos de la maldición es la muerte.
Su rostro estaba apagado, como si la chispa fanfarrona que mostró en la prisión, hubiera desaparecido. La Liga fue creada por un niño, un Van Helsing, ese apellido está en los libros pero realmente existió. ¿Cuántas cosas más existieron que ahora son leyendas o interpretaciones de lo que fueron?. Entonces todas las historias son así, niños involucrados en conflictos, aunque hayan pasado siglos.
Aries se detuvo por completo, volvimos a ver el extenso y oscuro mar. El cielo también tenía su propio mar de estrellas plateadas que iluminaban está oscuridad. Todos nos bajamos del trineo caminando hasta la orilla, aunque la escena transmite tranquilidad no podía dejar de estar ansiosa. Mi familia dependía de mi, Ghanzel y Leila también, me quedé pensando en el poder de detener el tiempo. Si se pudiera hacer eso entonces podría regresar, Matthew mismo me lo dijo—No se si fue él o otra cosa hablando por él—, pero después lo que pasó con Marie Laveau me queda bastante claro. Ariel sabe algo que no me quiere decir, además de que manipuló mi cuerpo de vuelta en la prisión cuando habló con Kia.
—¿Qué hacemos ahora?—preguntó, mirando a Kia que hizo una fuerte inhalación para después volver a su sonrisa arrogante.
—Iremos a una taberna—dijo emocionada. M.J y yo miramos a Kia que volvía a subirse al trineo. Matthew estaba acuclillado, mirando su reflejo en las oscuras aguas, la pluma brillaba tenue y perfilaba su rostro apagado, las bolsas debajo de sus ojos eran más oscuras. Casi parecía un zombi.
—Matthew, debemos irnos—dije, él no respondió pero se levantó y fue directo al trineo sin mirarme ni tampoco a su amigo—. ¿Qué le pasa?