"Si te dijera sobre la oscuridad dentro de mi... ¿Me seguirás viendo como si fuera el sol?"
Lucien
Otro día en que tengo que verla en el hospital. Por suerte, es el último. Cuando entro a su habitación esta ahora cambiada con su ropa de instituto y su rostro aun que parece aun decaído, no puedo saber bien lo que ella está sintiendo después de lo que paso. Después de que esos idiotas la encerraran para congelarse.
Sin embargo, hay algo que reconozco al verla que es algo que no había notada hasta ahora. Una sonrisa que le ilumina la cara. Parece estar alegre de salir de aquí.
Ya que Xavier y yo hablamos con sus padres, termino entrándome que no vive con ellos. Al parecer no pasan en casa muy seguido, solo sus hermanos mayores que se encargan de todo por ella. Eso me da la sensación de querer golpear a sus padres por ausentarse de sus hijos. Se por experiencia propia que la relación con los padres puede ser o muy unida, o una cicatriz dolorosa.
Gracias a Xavier pudimos concordar de encargarnos nosotros de ella. Hoy el siguiente día después de lo sucedido la dan de alta. Por suerte aseguraron que ella se a recuperado muy bien y solo debemos estar pendientes de algún dolor interno por si sus órganos internos sufrieron algún daño del cual no nos enteramos.
Ella llego hasta ese punto de congelamiento que en su interior estaban dejando de funcionar bien su sistema.
Esto no se va a quedar así, por supuesto que esto no puede volver a ocurrir y me encargare de ello.
—¿Lista?
Davina asiente, al salir del hospital debo dejar que se vaya con su amigo en auto, no debatí mucho. Creo que es mejor que llevarlo en mi motocicleta. Pero aun así voy detrás de ellos.
Una vez en el instituto, ayudo bajando su mochila de la parte trasera y entregándosela. Ella comparte una tímida mirada conmigo y agradece para después verla irse.
Voy por los pasillos topándome con el grupo de idiotas. Me detengo enfrente de ellos y los analizo con la mirada. Niños, son unos niños con cuerpos delgados. Por lo cual sería muy fácil despedaza-... Encargarme de ellos.
Estos al notar mi mirada puedo ver en sus ojos sus pupilas encogerse. Sonrió al ver como retroceden y luego caminan por mi lado de manera cuidadosa viendo su hago algún movimiento peligroso. Pero no, aun no. Solo les doy el mensaje silencioso de que algo que no les gustara va a suceder.
Cuando se a perdido de mi vista camino al pasillo de los casilleros donde ahí para mi suerte puedo ver a la pequeña ángel. Ella esta viendo estresada dentro de su casillero a lo que me parece buscando algo que no puede encontrar. Camino dando buenas pisadas para que me escuche acercarme y no asustarla.
Me recuesto al lado de ella viendo como deja un libro y me ve.
—Oh, hola de nuevo — saluda.
—¿A que clases vas ángel?
Suspira frustrada, aun que no se si por el apodo o por las clases.
—Biología. Ayer perdí parte de mis clases, y creo que perdí mi libro de Biología.
—Xavier debe tenerlo, el recogió tus cosas ayer.
—Cierto, tienes razón gracias.
Cierra su casillero y veo el número que es y lo memorizo para pasar mas a menudo por aquí. 707
Intenta dar media vuelta para caminar a su clase, pero la tomo gentilmente del brazo regresándola a que me mire de nuevo.
—¿Pasa algo Lucien?
—Una pregunta
—Dime
—¿Estas aun enojada? ¿Vas a estar distante conmigo angelito?
Sus ojitos azules van al suelo, arruga su boca dejándola ver aún más bonita ya que se le nota un tono mas rojizo en ellos cuando hace eso.
—Mmm supongo que tenemos una tregua ya que tu fuiste uno de mis salvadores ayer. Gracias por eso, por cierto.
Siento mis hombros relajarse algo que no había notado es que estaban tensos.
—Cualquier cosa por ti
Conecto mi mirada con la suya mirándola por el tiempo que ella me deja antes de que separe su mirada.
—Una pregunta mas
Ella no niego solo se queda esperando a ver lo que tengo que decir.
—¿Me dejas besarte ángel?
Veo el color pintar sus mejillas y nariz lo que mueve mi corazón. Es increíblemente satisfactorio ver que la puedo hacer reaccionar así.
Una de sus manos tapa su boca mientras intenta ocultar una sonrisa.
—No diablillo, no te dejare besarme.
Estoy a punto de seguir molestándola, pero su mano tapa mi poca sacándome su sorpresa su toque.
—No insistas — ella quita su mano —Te veo luego supongo.
Ella se aleja al igual que su toque. Me quedo quieto mientras la veo alejarse hasta que no puedo verla más.
Ella es un misterio, uno con una cálida sonrisa y de alma cerrada.
Nunca me deja ver más allá de lo que ella permite, y creo que es lo que me gusta. Me suele ser fácil identificar cuando una persona es realmente buena y cuando hay una oscuridad oculta dentro. Sin embargo, con ella no es fácil decir si solo es la dulce y angelical chica que muestra, o si hay algo que su timidez oculta.
Y debido a ello me siento atrapado y atraído hacia ella, y eso causa que sienta el deseo de protegerla. Falle ayer, así que no volverá a fallar.
Espero, espero el momento adecuado. Paso las clases de la mañana pacientemente, las clases nunca ha sido una dificultad para mi como para otros estudiantes. Aprendo y comprendo muy rápido lo que me da ventaja académica. Mi punto fuerte es escuchar y entender.
Hora de almuerzo.
Localizo a los idiotas innombrables en su esquina afuera, aunque cerca de la cafetería. Siempre los he visto ahí, aunque nunca tuve que prestarles atención hasta ahora.
Ren aparece a mi lado y saca de su mochila lo que le pedí. Cuando el bate llega a mis manos camino determinado hacia ellos.