Yo de nuevo, Gaburah Lycanon, y con una resaca del diablo. Debería dejar de tomar tanto. El mejor tónico para superar la resaca es el café, grano destilado, fuliginoso tinte que tiñe las aguas más cristalinas de la "de-mencia". Un líquido tan oscuro como mi propio Espíritu, absorbe cualquier rastro de luz en su negrura infinita. Sabor amargo, apenas endulzado por la caña mezquina de la zafra. Aroma impregnado de recuerdos y un humo vaporoso que se disuelve como calmas nubes del verano boreal. Bebo mi venenoso grano, cafeína destilada y memorias perdidas de nostalgia sobre la taza. ¡A la mierda tanta palabrería!
Fausto, Fausto, por el poder de la verdad, yo, estando vivo, he conquistado el universo. Trato de engañar al diablo y él trata de engañarme. «Rimsky Korsakov – Sheherazade», música clásica del Nacionalismo Ruso, y yo sigo con mis paranoias rusas. Ésta era una de las obras favoritas de Diana. Cuando la conocí ya tenía un oído muy educado para la música clásica, más de lo usual para su época, edad y situación geográfica. Pero en este paradigma que representa la música, lo que realmente me aproximaba a aquella dulce chica con perfume de sandía, era mi admiración por su manera de tocar el piano. Es cierto que todo se puede sofisticar, aún más si hablamos de música. Sin embargo, la capacidad de tocar y lograr despertar emociones en quien oye es algo diferente. Es la magia de un músico. Y Diana sabía eso, de ella lo aprendí.
Estando vivo he conquistado mi universo por el poder de mi verdad, me alié con la desesperanza, amé la ira y me fui de guerra contra toda la humanidad; aprendí del dogma, me embriagué con el dogma y lo entendí profundamente. Entendí lo harto que me hallaba de vivir en una paradoja de mundo feliz, como en las pesadillas de Aldous Huxley. Sometido dentro de una manada que pastorea alrededor de una filosofía fundamentada en datos científicamente correctos y tecnológicamente posibles. En ciudades donde solo sirve la técnica, lo consumible, lo económicamente rentable. En países enteros con gente incapaz de mirarse o hablarse sin que un teléfono celular sirva de intermediario. Rodeado de individuos virtuales igual de vacíos que un foco incandescente, con igual alma a la de un Replicante de ciencia ficción. Me cansé de vivir entre humanos enamorados de un holograma.
Como sea, tengo resaca y aún no terminé de narrar los hechos. Y éste argumento de la "resaca" es lo que abre el retruécano y lo vuelve divertido, es decir, resulta gracioso que las cosas continúen su curso de esta manera. A partir de ahora seré yo quien termine de contar la historia. Resulta que los hechos que vienen desde aquí son muy confusos. Los diarios de Diana y Rodrigo no aportan nada comprensible y se necesitaba un trabajo muy fino de "decodificación" para lograr comprender lo que pasó.
Con toda franqueza, jamás me hubiera creído que todo cuanto Rodrigo y sus amigos escribieron fue literalmente real. Uno se pone a pensar: "¿demonios?, ¿misiones familiares y ciudades perdidas?, ¿reliquias, guerras y otras dimensiones? ¿Acaso estos amigos se fumaron alguna cosa rara que le sobró a algún hippie de Woodstock, o quizás vieron mucho Indiana Jones?". Obviamente, una persona en sus cinco sentidos pensaría esto, pero las cosas que ahora contaré no pueden percibirse con nuestros sentidos. Hay gente que cree en fantasmas y OVNIS, otros creen en un Dios que no ven; mientras que algunos ignoran lo que no es materia consumible y no le dan crédito a otras cosas poco "rentables". Pero por muy complicado de creer que sea lo que viene a continuación, lo cierto es que nada de ello aleja la presente obra de su premisa, y esta no es otra sino tributar los hechos reales en los que se basa. Creo que nada más por eso el segundo libro de esta saga será totalmente novelado, sin intervenciones mías. A pesar de todo, aún aspiro a la literatura. Pero, ¡qué demonios escribir! Ojalá "El Arco de Artemisa" fuera un invento mío, una de mis creaciones, y no la maldita herencia de un imbécil al que tuve por primo. Lo siento, pero tenía que decirlo.
Ahora bien, Diana dio su versión de los hechos, también lo hizo Rodrigo. Ambos son sospechosos de demencia y culpables de inconsistencia. Un jurado los condenó a cadena perpetua de olvido mientras el juez se llevaba la billetera llena de dinero judío. El alguacil los llevó a sus celdas apestosas y los dejó a merced de los psiquiatras. La putridez del asilo mental se asomaba desde las sombras, anunciando días sin luz. Un par de ojos me observan desde el vaso de vodka, me dicen que soy un escriba de espíritus malditos; me gusta eso, merece un brindis.
Ya que Diana no pudo explicar los hechos y la versión de Rodrigo es "aburrida", yo narraré lo "incomprensible" de acuerdo a mi lente, no sé si lo haré bien. Como sea, pienso acabar el Primer Episodio antes del verano, luego habrá gente con razones legítimas de odiarme y luego olvidarme. ¿Soy negativo?, ¡Desde luego!, tengo una jodida y postmoderna resaca de mierda.
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Estelas de hielo recorren las venas de tu Espíritu. Finalmente terminaste esta perfecta sinfonía de sueños y locura. Será y lo verás, tu Valor gracia te concederá y El Arco de Artemisa encontrarás, tu destino será y en el Amatista lo marcarás.
Debla Pantera De Hielo, Epicus Tabula.
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Editado: 22.05.2022