Cuando soltamos, ya sea material, espiritual, o el motivo que caracterice nuestro malestar. Nos deja una enseñanza y lo positivo es aprender de ella. Esa enseñanza se manifiesta en esa mochila cargada en nuestra espalda, plagada de piedras duras y pesadas que no nos permite prosperar, y al desengancharse damos paso al alivio, al descanso, al esmero de que no se encuentra oprimiendo esa parte de nuestro cuerpo. Si se puede soltar, descubrir la tranquilidad que el interior precisa. Y no verás más el cielo deslucido, se dispersa y reparas en el blanco y celeste. Ignorados ojos se dejan atrás y los nuevos colores de tu futuro, arraigan un camino redundante y progresivo. Lo bueno de soltar, es abordar a amarse a uno mismo, no importa el motivo o la situación, lo importante es dar inicio y el primer paso para abandonar lo que nos duele.
Editado: 16.05.2023