El Bosque de Sarana [crónica de los Marginados]

Capítulo 2. Ladrón

El sonido del fuego chisporroteando es lo único que acompaña los pasos del hombre del laúd. Avanza hasta colocarse a medio camino entre la hoguera y la sombra. Con sumo cuidado, agarra el instrumento colocado en su espalda. Parece viejo y muy usado. Aun así, cuando sus dedos rasgan las cuerdas, estas entonan una melodía perfectamente afinada.

Ante la expectación de los demás, tanto humanos como criaturas, inspira profundamente.

−Esta es mi canción para vos, mi señora −dice, haciendo sonar de nuevo el instrumento−. Se titula “La canción del ladrón”.

Los primeros acordes comienzan a sonar. Es un ritmo bastante alegre. Podría decirse que no combina demasiado bien con el ambiente tan sombrío del bosque. En cambio, el contraste que provoca la melodía la hace embriagadora y fascinante.

Les lanza una sonrisa a sus compañeros de la hoguera, que están sorprendidos por el modo con el que prefiere afrontar la situación. Con voz grave comienza a cantar:

Esta es la historia

de un ladrón muy perspicaz

conocido en todos lados

por su maña al hurtar.

Invisible en la noche

por los tejados deambula

esperando su oportunidad

de tus tesoros saquear.

¡Oh, Ladrón! ¡Oh, Ladrón!

Con tu sombra negra

en las casas te cuelas

y con tus largas manos

los bolsillos ahuecas.

Ni clemencia ni lágrimas

en él funcionarán

pues es experto

en la palabra y el engaño.

Ten cuidado

si ruidos en la noche oyes

pues será el ladrón

que de tus bienes te despoja.

¡Oh, Ladrón! ¡Oh, Ladrón!

Con tu sombra negra

en las casas te cuelas

y con tus largas manos

los bolsillos ahuecas.

Se dice que le gustan

las cosas brillantes

y de fácil agarre,

que quepan en el bolsillo

sin mucho embarre.

Cuida de tus monedas

pues al oírlas resonar

en sus manos terminarán.

¡Oh, Ladrón! ¡Oh, Ladrón!

Con tu sombra negra

en las casas te cuelas

y con tus largas manos

los bolsillos ahuecas.

Nunca le han atrapado,

ni lo lograrán

pues la suerte acompaña

siempre a este galán.

Y esta es la historia

del ladrón perspicaz

conocido en todos lados

odiado en muchos más.

Las últimas notas de la canción se pierden en el aire al mismo tiempo que un fuerte viento menea las copas de los árboles de alrededor. Las criaturas del bosque se asoman, dejando ver sus pequeñas cabecitas. Sus ojos brillan de hambre y curiosidad a partes iguales.

El hombre de laúd hace una reverencia a la sombra.

−Espero que haya sido de vuestro agrado, mi señora.

En mi bosque nunca ha sonado una melodía tan viva. Mis hijos y yo estamos complacidos.

−Me alegra escuchar eso.

Tu deuda ha sido saldada. Te permitiremos vivir un día más.

−Sois muy generosa, mi buena señora.

Pero recuerda. Si mañana por la noche continúas en este bosque, deberás volver a pagar el tributo.

−Entendido, señora.

No acepto dos veces la misma moneda. Deberás usar otra canción para entretenerme.

−No lo olvidaré −el hombre levanta la cabeza, terminando su reverencia y camina hacia atrás, de nuevo a su lugar junto a la hoguera−. Espero haberos proporcionado el tiempo suficiente para que penséis en una manera de entretenerla −susurra a los demás.

−No me creo que le haya gustado semejante bazofia −se queja el mercader−. Una canción que exalta a un ladrón, ¡menuda vergüenza!

−Una completa y absoluta vergüenza, desde luego. Pero yo estoy a salvo de morir esta noche, al contrario que vos, mi robusto amigo.



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En el texto hay: aventura, monstruos y bestias, hechicera

Editado: 27.06.2023

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