Querido lector,

Caminaba tranquila, con mi libro favorito en una mano y una pequeña canasta de comida en la otra, tratando de no pensar en los problemas del día a día.

Nunca me había animado a ir al bosque que estaba fuera de la ciudad, pero ese día sentía que lo necesitaba.

Alejado, olvidado y sobretodo tranquilo, el lugar perfecto para despejar mi agobiada mente.

No pensaba sumergirme demasiado dentro, a decir verdad, me aterraba la idea ¿y si había alguien? ¿Y si algún animal salvaje me atacaba?

Sin querer arriesgarme, me quedé recostada en el árbol más cercano.

Podían oírse los pájaros cantar, el viento recorrer las hojas, las pequeñas ardillas saltar de árbol a arbol; esos hermosos sonidos de la naturaleza me dieron lo que no había tenido hace tanto tiempo, paz.

Abri mi libro en la página que había marcado con anterioridad, solo recuerdo haber leído un par de hojas antes de que el sueño se apoderase de mi.
Mis ojos se cerraron lentamente mientras esa sensación tan agradable de paz me invadía.

No se cuanto abre dormido, pero al despertar ya era de noche. 

Sabia que debía sentirme aterrada, la única luz que había, provenía de la luna llena, la cual se veía más grande de lo normal.

Debía sentirme aterrada, pues no desperté en el mismo lugar... me encontraba durmiendo a la orilla de un lago, podía oír una pequeña cascada no muy lejos. 
No sabia donde estaba, ni como llegue ahí... pero lo único que sentí en ese momento, fue paz. 

Era tarde y seguramente peligroso tratar de buscar la salida, así que, junte un par de ramas y piedras, y armé una fogata. 

Una vez el fuego estuvo listo, me senté cerca y mire a mi alrededor, los árboles de pino parecían ser más altos, habían unas pocas pequeñas y hermosas flores silvestres a la orilla del lago, eran lilas, mi color favorito... creo...

No recuerdo cuánto pasó hasta caer dormida de nuevo, el canto de las aves y el sol en mi rostro me despertaron la mañana siguiente. 

Me sentía confundida.

Me arrodillé frente a la pequeña fogata ya extinta, y me quedé mirándola fijamente... en ese momento solo podía pensar en los problemas del día a día, en que seguramente... seguramente... 

...No lo recuerdo... pero no debía ser nada importante... mi memoria es confusa desde que llegué.

Lo siguiente que recuerdo es que camine y camine por horas, volviendo siempre al mismo punto, en ese momento buscaba una salida, cosa que no puedo comprender ahora, la paz que me inunda en estos momentos nunca la había tenido antes, me siento tranquila... ¿por qué deseaba volver?

Un pequeño venado se acercó a mi, dejándome para mi sorpresa una pequeña canasta de comida.

Esto se repitió los siguientes días mientras buscaba inútilmente una salida.

No me entiendo la verdad...

Este lugar es hermoso, ese día lo pude ver bien, flores de todos los olores y colores por todos lados, hermosos y grandes árboles con deliciosas frutas, la luna llena y las estrellas en su máximo esplendor, el agua cristalina fluyendo por ese hermoso lago; ¿por qué quería volver? 

El sonido del bosque me relaja... siento la paz que nunca había sentido en mi anterior vida... 

Desde que llegué he olvidado muchas cosas, entre ellas mi libro favorito, es extraño, sus páginas se llenaron de garabatos ilegibles, es lo único que lamento...

Pero después, no siento que valga la pena recordar... dudo si realmente tuve lugar en otro lado...

Nadie me espera, nadie me extraña, me abrían buscado de ser así ¿verdad?

Solo deseo seguir sintiendo esta paz, por siempre...

Después de todo, ¿de que vale recordar? Ya he sido olvidada, al igual que todos lo seremos algún día.

Así que amable lector, si me permites, dormiré otro rato más, tu de mientras puedes disfrutar conmigo, en el bosque del olvido.