Mierda mierda y más mierda, pregunta ¿qué es peor que despertar tarde? bueno, en su caso tal vez sus madres los despertaran con un gentil movimiento y tendrán una buena charla con ella sobre su irresponsabilidad, peeero en el mío: mi madre me despierta, no con un ligero movimiento, sino con agua helada y no, no me mojo con el rociador, sino con un ¡¡¡BALDE!!!
¿Mi madre está loca? Tal vez
¿Necesito mudarme con la abuela? Posiblemente
¿Desayune? No
¿Hot cakes? 4 para llevar, por favor
—Sam, te he dicho que no comas en el auto, lo ensuciaras
—Lo sé, pero esta es mi venganza porque no eres una madre normal
—Claro que soy normal —reclamo.
—¡Claro que no! Ninguna madre normal haría lo que tú hiciste —dije masticando mi hot cake.
—Está bien, prometo que no lo volveré a hacer
Yo estaba totalmente distraída y feliz comiendo mi hot cake, cuando de repente el auto frena. La mire con los ojos entrecerrados, ella sabía lo que estaba haciendo y solamente sonrió. Mire mi camisa y bufé, el plato con los hot cakes estaba pegado a mí, lo quité con cuidado y pude ver la gran mancha que había dejado la miel sobre mi camisa.
—¡Mamá! —reclame.
—Bueno, supongo que hoy irás así
El auto giro a la derecha, seguimos avanzando por unas cuantas calles más y aparcó, entonces busque en los asientos de atrás algo que ponerme.
—¿Jay llego tarde ayer verdad? —pregunte mientras sacaba su sudadera negra.
—No sé qué tiene tu hermano en la cabeza, andando de fiesta en fiesta cada fin de semana, es su último año y el primer día no asiste
—Deberías de encadenarlo a su cama —sugerí bromeando, aunque lo que decía iba enserio.
—O tal vez lo obligue a hacer todas las labores del hogar
—También puede funcionar —me rendí, mamá jamás haría caso de alguna de mis fantásticas ideas.
Me puse la sudadera, ella me miró con una ceja elevada y yo le sonreí.
—Cuando salgas de la escuela espera a que Jayden llegué, no quiero que te vayas sola a casa.
Me quejé, puedo irme a casa sola y aunque la escuela no estuviera tan lejos de casa, sabía que mamá no cambiaría de opinión así que no me quedaba más que aceptar.
—Está bien, pero... — obviamente agregando un condición— si yo regreso a casa sola y él sigue acostado, lo despertaré de una manera para nada agradable —dije sonriendo con malicia.
—Está bien —al escuchar eso sonreí— pero nada de colgarlo de cabeza o pegarlo a su cama con cinta —sabía que mi felicidad no duraría mucho.
—Has una excepción con lo de la cinta —rogué.
—Oh no —me respondió— la última vez que lo pegaste con cinta, se quejaba tanto cuando la quitábamos que tuvimos que cortar el colchón y comprar uno nuevo.
No pude evitar reír. Súper sería en la escuela y todo un desastre en casa.
—Está bien, cero cinta y nada de colgarlo de cabeza.
—Muy bien tenemos un trato —estrechamos las manos— entonces ahora puedes bajar del auto, llegarás tarde.
—¿Me estás corriendo? —pregunte "ofendida".
—Obviamente, ahora bájate —comenzó a reír.
Besé su mejilla y baje del auto.
—Te amo mamá
—También te amo Sam, llamaré a Jay, hazlo tú también para recordarle
—Okay
Me di la vuelta y comencé a caminar hasta la escuela, recorriendo los pasillos hasta llegar al casillero que me habían asignado, en el, deje varias cosas que probablemente no ocuparía, todo estaba tranquilo hasta que sentí como si una bola de demolición golpeara mi costado derecho.
—¡¡Saaaaaam!! —ya sabía quién era.
—Ahh... maldita sea Megan, ¿podrías dejar de sentirte jugador de americano y dejar de taclearme así? —la regañé a la vez que sobaba mi lado derecho.
—Sabes que no
—Tonta
—Dime por lo que más quieras que nos quedamos en el mismo grupo —suplico entregándome su horario.
—¿No lo has mirado?
—Obviamente no, con estos ojos tan lindos —señalo su rostro— yo podría dar mala suerte a cualquiera que yo quiera
—Dímelo a mí, por tu culpa en vacaciones estuve golpeándome con un montón de cosas, ¿Y cómo hiciste para no ver el grupo?
—Mamá lo imprimió, le pedí que no me dijera nada del grupo y los horarios, y sobre mis ojos, oh no nena, eso no fue culpa mía, tu —me señalo— eres muy torpe con esos pies —golpeó mi frente con uno de sus dedos.
—Ya cállate
Claro que era torpe, pero no lo decidía yo, era mi tonta suerte. El destino esta contra mí. Dejando de lado mi muy mala suerte, miré el horario de Megan y el mío.
—Vaya, me alegro de que no lo hayas visto con tus ojos de mala suerte porque si lo hubieras hecho no nos hubiéramos quedado juntas —le sonreí.