El Cambio

Capítulo 18: Erika

     En realidad, finjo haberme acostumbrado a todo esto de tener mucho dinero y ser la novia de un tipo multimillonario. No es tan fácil cambiar de vida, debo verme adecuada para ser la novia de Eduardo para que así la sociedad no juzgue de una mala manera. Yo verdaderamente amo a Eduardo, pero ¿qué diría la gente si supieran que su novia era una indigente?

     Me gusta la forma de vestir que lleva esta vida, aunque prefiero lo sencillo. Carmen se ha acostumbrado mejor que yo a esto, sospecho que es novia de Mike incluso. Me dirijo al lugar de trabajo de Eduardo el Centro Comercial Montereal, tiene otros sitios de trabajo, pero este es el más importante ya que desde aquí dirige los demás.

     Daniel nos lleva en un auto distinto al que Eduardo usó para ir al hospital hace un mes. Eduardo me dio una especie de manual donde venían muchas cosas de la casa, de su trabajo y demás, ahí decía que este carro era un Lexus RX 450hL.

      La verdad me costó aprenderme el nombre. El otro en cambio es un Lamborginni aventador nuevo. Daniel es el chofer personal de Eduardo. Puede tener sus cuarenta y algo. Su pelo ya es algo canoso, pero deja ver algunos cabellos negros, sus ojos son celestes.

     Al llegar lo primero que veo es un edificio muy pero muy grande, puede tener sus 4 pisos, es muy extenso. Sin embargo, a su lado hay uno delgado y de unos 12 pisos creo, ahí es donde entramos. Eduardo me toma de la mano, Mike y Richter viene detrás de nosotros.

      - ¿Qué te parece todo? – dice Eduardo. 

     - Demasiado grande, ¿Cuántos pisos tiene esto?

     - Catorce, ¿por qué? - pregunta. 

     - Nada, solo quería saber. Yo pensé que eran doce. A todo esto, el Centro Comercial es el edificio de afuera ¿cierto? - le digo.

     - Pues sí, queríamos hacerlo grande, pero delgado no se podía - los empleados agachan la cabeza cuando pasa Eduardo y le dicen “jefe”. Se nota que lo aprecian mucho aquí. Subimos a un ascensor.

     - ¿A dónde vamos? – digo. 

     - Al último piso, todo este edificio es de oficinas. En el último piso está mi despacho. 

     - Ya veo. Por cierto, se ve que todos te quieren. Debes de ser un gran jefe - le digo mirando sus ojos.

     - Tómalo cómo desees, a mi parecer aún me falta bastante - dice él apenado.

     El ascensor sigue subiendo en silencio. Al llegar descubro que lo que me dijo Eduardo es cierto, todo son oficinas. Aunque todo es lugar es una gran sala blanca con piso de mármol del mismo color. Hay varias estaciones para secretarias esparcidas por todo el lugar. Más al fondo están varias oficinas cerradas con paredes de vidrio traslúcido con un tono azulado.

     Caminamos hasta el final de la sala donde hay una oficina más grande a las demás, sus paredes son del mismo material que las paredes del resto del edificio, solo la puerta es de vidrio, que al igual que el resto es traslúcido sin embargo este no tiene el tono azulado, sino que es del color natural del vidrio. Eduardo abre la puerta y me invita a pasar en la habitación más grande.

     - Este es mi despacho, adelante – con su mano me indica que pase.

     Dentro todo está muy ordenado, las paredes son de cemento, pero tienen un enchapado de madera. Los muebles son elegantes y del mismo color que el enchapado de madera. Tiene pequeños adornitos en ellos y otros están llenos de papeles bien acomodados. En la pared izquierda cuelgan varios títulos y medallas que supongo son de Eduardo.

     El escritorio está en el centro de todo, aunque más cercano a la pared del fondo que es de vidrio, tiene una lámpara negra y varios papeles sobre él. Se ve que es de una madera pesada, elegante y cara. Hay dos sillas de la misma madera frente a este. Mientras que la silla detrás del escritorio es de cuero con metal, rotable.

     - Bonito lugar – digo y me doy vuelta.

     - Gracias – cierra la puerta tras él. Mike y Richter se quedan afuera haciendo guardia.

     Paso mis manos por el escritorio, la madera se siente muy suave. Eduardo se sienta en su asiento detrás del escritorio.

     - Me gusta el escritorio, es una madera muy hermosa – me siento en una silla enfrente. 

     - Jaja, que bueno que te guste. Antes era de vidrio – acomoda los papeles sobre el escritorio y se pone a leerlos - pero lo rompí así que compré este. 

     - Sabes… me voy a aburrir si te pasas todo el día leyendo - le digo. 

     - Ayúdame entonces, debes leer lo que dice cada hoja y decirme si me serviría ese trato - contesta. 

     - ¿No es muy difícil? No entiendo de lo hablan - le digo. 

     - Solo dame un resumen – me pasa el papel que estaba leyendo antes.

     Lo sujeto y lo leo, llevo mucho tiempo sin leer así que me cuesta un poco pero conforme lo hago me acostumbro. Luego de un momento sé lo que le tengo que decir a Eduardo y al bajar la hoja para contestarle veo que me mira atentamente, esperando una respuesta. Me está evaluando para ver si lo hago bien o no.

     - Dice que quieren hacer un trato contigo para traer ropa francesa de marca para vender en una de las tiendas más… - veo el papel - importantes del Centro Comercial. A cambio de esta suma de dinero – le enseño el papel. 



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En el texto hay: romance, dinero

Editado: 16.03.2020

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