La tensión podía percibirse a simple vista entre los jóvenes que coincidentemente en esa mañana de sábado se encontraron en el patio escuela de Michael, donde se llevaba a cabo una especie de feria de ciencias en la cual los estudiantes daban a conocer sus conocimientos a través de exposiciones en diferentes temas, a quienes ese día visitaban dicha institución.
—Nathan es tímido por eso te ignora. —Era la aclaración del joven con una sonrisa inmutable mientras fijaba su mirada en las dos chicas que incrédulas devolvían la mirada a esa simple y extraña excusa después del preámbulo intrigante que dio antes les pareció poco creíble.
El otro le miraba de reojo ahora estaba más que convencido que fue un error haber asistido a un evento público indirectamente con él, nunca antes se había sentido tan incómodo, sensación que le causaba molestia, sabía que debían mantenerse en la decisión de seguir de forma discreta su relación como lo habían venido haciendo por meses.
—Michael... Si ustedes tienen algo más que una amistad no deben justificarla ante nosotras. Cada quien es libre de andar con quien quiera.
Eran las palabras de Dana que aunque siempre parecía un poco despreocupada al hablar en lo que dijo anteriormente lo hizo con bastante seriedad sorprendiendo incluso a su mejor amiga, porque entendía que en si no era un tema que les incumbía a ninguna de las dos ya que ellos quienes extrañados le miraban también no les habían dado esperanzas de querer algún tipo de relación. Trataba de ponerse en su lugar, si ella estuviera en una situación similar no le gustaría que alguien por conocerle un poco se diera el derecho a cuestionarla o exigir una justificación, era solo cuestión de empatía.
—Tienes razón en eso pero no te hagas ideas equivocadas. —Se dirigía Michael a la joven sin borrar su amable sonrisa— Me alegra que los tres hayan venido a visitarme.
Acertó a decir para cambiar el tema que resultaba un tanto incómodo.
—Yo debo irme mi madre pasará a recogerme en unos minutos. —Susurró Nathan mientras revisaba su celular, el no daría razón alguna al tema que estaban discutiendo, se sentía bastante molesto y prefería marcharse antes de desquitarse que alguien mereciera o no su disgusto.
—¿En serio? ¿Ya debes irte?
—Fue un gusto visitarte— Era la respuesta que daba a Michael quien disimulaba su tristeza al no poder estar un rato más juntos— Nos vemos el lunes.
Se despedia de los tres mientras emprendía su andar hacia la puerta principal de la escuela con una sensación entremezclada de tristeza y enojo al marcharse de esa manera.
—Me siento mal por ustedes... Nosotras arruinamos su día. —Comentaba Dana con aparente tristeza que parecía ser sincera.
—No insistas en eso que Nathan y yo tenemos algo —Replicó con seriedad— El es mi amigo, un amigo muy cercano y no quisiera que rumores malintencionados vayan a afectarlo en la escuela o con su familia.
—Nosotras entendemos —En un murmullo Carla aclaraba— Entendemos muy bien... Vámonos.
Tomando a su amiga de la mano en una confusa actitud se alejaban a paso firme de Michael que entre aliviado porque ya se iban y un poco intrigado por la actitud de ella las miraba a la vez que suspiraba resignado, lo que más pesar le causaba era que Nathan se marchara enojado y en parte le daba la razón de que lo estuviera, en un principio el no quería estar en ese evento por el mismo motivo pero insistió tanto así que ahora seguramente también estaría molesto con el confirmándolo porque al llamarlo por teléfono no le respondía .
—Mamá no tienes que entrar... —Malhumorado Nathan le hablaba a su madre cuando estaban en la puerta principal donde él la encontró cuando salía.
—Lo siento ya estacioné el auto a una cuadra de aquí y no será en vano el esfuerzo, solo iré a saludar a Michael y nos vamos. —Hablaba ella mientras ingresaban notando como su hijo actuaba más extraño de lo normal— ¿Qué te pasa? Espero que no estés enojado por mi culpa
Este negaba con la cabeza sutilmente sin mencionar palabra alguna en si no sabía como explicarlo sin que pareciera sospechoso el motivo de su enojo.
—Hace calor. —Se decidió a responder sin más explicación mientras caminaban a donde se hallaba el joven.
—Si hace algo de calor pero tampoco es para ponerse de tan mal humor.
Michael los veía acercarse a unos metros cambiando la breve depresión de minutos atrás por un sentimiento de alegría, no era usual que alguien asistiera a sus eventos decidiendo caminar con prisa hacia ellos porque no quería que Sara notara que sus compañeros comenzaran a murmurar extrañamente al verla, ya que estos no disimularían.
—Sara... —Se acercaba emocionado a saludarla, dándole un pequeño beso en la mejilla de forma respetuosa como ya lo tenía por costumbre hace algunos días.
—Hola Michael... Que guapo te ves en uniforme. —Le halagaba en ese saludo con una sonrisa sincera.
—Gracias por el halago y por haber venido, me alegra tanto verlos a los dos.
—De nada, no tienes que agradecerlo quería venir a verte aunque por aqui alguien ya me andaba impidiendo entrar. —De reojo miraba a Nathan quien torcía la mirada.
—El calor lo pone de mal humor. ¿No? —Murmuró Michael al ver que todavía estaba molesto, parecía como un niño haciendo berrinche haciéndolo adorable ante sus ojos pero lo disimulaba, lo conocía tan bien que hasta sus mentiras y excusas podía adivinar.
—Si eso me dijo, creo que tu lo conoces y comprendes mejor que yo. —Dijo ella con un pequeño gesto de resignación pero sonreía.
—¿Esa es la madre de Nathan? —Carla cuestionaba a una distancia prudencial de ellos en una ubicación que con dificultad pudieran ser vistas, a pesar de que se habían despedido abruptamente minutos antes aún seguían dentro de la institución.
—Si lo es, la he visto en las reuniones de la escuela, parecen muy cercanos. —Acotaba su amiga sin dejar de verlos o más bien de espiarlos— Ahora creo que tu loca idea de que tienen una relación no es tan loca en si, tiene sentido.
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Editado: 10.04.2019