I. Si tú no eres capaz.
Abril Martinelli
Soy Abril Martinelli; vivo en Italia, tengo veinte años y estoy estudiando gestión empresarial; no me considero una chica hermosa o como las de la televisión, pero digamos que soy termino aceptable. Tengo ojos verdes y cabello entre café y negro. Soy de estatura mediana y de complexión delgada...
No soy una chica que le encante andar a la moda, solamente me coloco lo que tenga frente a mí. ¡Por favor! No soy alguien de dinero como para comprarme ropa que esté a la moda. Como lo dije, mi familia no es de dinero, tenemos una economía estable, pero tampoco para desperdiciar el dinero en cosas innecesarias. Tengo dos hermanos, ambos son hombres, uno ya tiene su propia familia y trabajo, mientras que el otro, apenas entrará a la universidad.
Trabajo una pequeña cafetería que está en el centro de la ciudad; y con eso ayudó a mis padres para poder pagar las cuotas escolares. Ya que estoy en una universidad bastante costosa, debido a que recibí una beca que cubría la mitad de la colegiatura, mis padres pagan la mitad de la mitad y yo pago la otra mitad
Tengo novio, Dylan, lo conocí cuando entré a la secundaria y tres años después, nos hicimos pareja. Él es dos años mayor que yo; y, bueno, soy feliz con él. A pesar de que a veces se comporte un tanto impulsivo...
— ¡No sé porque te hice caso de venir, esto está fuera de control! — grito a Diego, mi mejor amigo, quién solamente ríe
A él lo conozco desde que era una niña, nuestras madres son mejores amigas, con eso les explico todo...
— Tú eres la aburrida, esto es normal de una fiesta
— Entonces odio tus fiestas — hablo y el ríe nuevamente, antes de desaparecer entre la multitud
Comencé a caminar hacia la barra e intentar pedir alguna bebida que no tuviera alcohol; solamente a Diego se le ocurre venir a una fiesta en miércoles, y a mí, hacerle caso...
Cuando finalmente logré conseguir un poco de agua, tomé asiento intentando encontrar un poco de calma en todo este caos, ¿Por qué vine? Me pude haber quedado mirando alguna novela, o yo qué sé...
Después de casi media hora intentando que esto se hiciera divertido, decidí ir a buscar a mi mejor amigo cuando vi misión fallida en encontrar algo de emoción en este lugar. Pero todo se fue a la borda cuando choque con alguien por accidente
— Lo siento — digo sin ver a aquella persona
— No pasa nada — mire el dueño de aquella voz y solamente sonríe falsamente
— Bien, adiós — digo alejándome para seguir en busca de Diego
Pero, todo se detuvo, cuando sentí que alguien me tomaba con mucha fuerza del brazo y me jalaba entre toda la gente
— ¡¿Qué te pasa?! — grito, pero siento mi garganta secarse cuando veo a aquella persona. — Dylan — susurro, y un inexplicable miedo me recorrió todo mi ser
— ¡¡¿¿Qué estás haciendo aquí??!! ¡¿Por qué estás en este maldito lugar?! — me grita molesto, pero yo no encuentro mi voz por ningún lugar — ¡¿A quién le pediste el maldito permiso de vestirte esa forma?! – grita, mirándome con asco
— Yo...creí que me veía bien y....
—¿Qué te veías bien? Por favor Abril, te ves absurdamente ridícula, ¿qué fue lo que te pasó por esta tonta cabeza, que algo como eso, se te vería bien a ti? — dice sarcástico y yo, solamente bajo mi cabeza mientras siento las lágrimas amenazar a salir — ahora mismo, quiero que te largues de aquí...
— Pero...
— ¿Me vas a desafiar? — me pregunta molesto y yo, simplemente, me callo — ¡¿Y qué esperas?! ¡Muévete! — habla, para después irse hecho una furia
Comencé a caminar hacia la salida, pero mi corazón se terminó de destrozar, cuando me di la vuelta entera, y vi que, Dylan, se estaba besando con otra chica...
¡Por dios! ¡Hace un momento me estaba gritando y ahora se besa con alguien más!
¿Otra vez me haces esto, Dylan?
— Tú lo provocaste. Siempre lo haces....
La vez en la que escuche por primera vez el odio en su voz. Ese desprecio que jamás se había hecho presente...
Cuando lo hizo por primera vez, cuando me engaño con ella...
Y me quedé ahí, viendo como la persona que creía amarme, se besaba con alguien más sabiendo que yo estaba ahí, que probablemente no me había ido. No le bastó herirme con sus palabras, no le bastó ver cómo me afectaban sus palabras, simplemente, no le importo nada...
— ¡¿Por qué sigues aquí?! ¡¿Qué no escuchaste que te largarás?! — me grita de la nada, Dylan. Mientras que yo dejaba que me empujara hacia la salida de aquel lugar. Y no sé detuvo, hasta que llegamos al aparcamiento. — ¡Lárgate de una vez si no quieres problemas, Abril!
— ¿Enserio? — susurro, sintiendo mi voz quebrarse — ¿Otra vez, Dylan? ¿Por qué?
— No me salgas con eso Abril. Tú sabes la maldita respuesta; ¿o acaso quieres que la repita para que tu estúpido cerebro lo entienda?
— ¡Pero sabias que estaba ahí! ¡Y eso no te importo! — grito, y el aprieta fuertemente su mandíbula
— ¡Jamás me ha importado! ¿A caso creíste que la primera vez me importo?, ¿Qué realmente me arrepentí de lo que hice?, ¡por supuesto que no! Créeme, lo disfrute demasiado... — me dice con una sonrisa de cinismo. Mientras que yo siento como me comienzo a destruir. — Y lo haría nuevamente, te lo aseguro; porque tú eres tan poca cosa... Eres tan basura para estar con alguien como yo....